Hacer que las Escrituras sean reales para nuestros hijos
Tenga en cuenta estas ideas para ayudar a los niños a sentir la realidad y la influencia de las Escrituras.
Recortes de papel del arca de Noé por Brittany Call; ilustraciones por David Green; fotografías por Ryan Hender
Nunca olvidaré ese día. En mi clase de la Primaria, Brandon y su amiguito llevaban puestas batas de baño, con el resto de la clase de pie, detrás de una silla plegable. Representábamos la historia de Alma y Amulek, cuando se quemó a las personas justas, y Brandon interpretaba a Alma. Al leer el pasaje de las Escrituras en el que Alma fue constreñido por el Espíritu a no salvar a esas personas, le corrieron lágrimas por las mejillas. Al final, me miró con desesperación: “Hermana Boyack, ¡no puedo leer esto; es demasiado triste!”.
Brandon por lo general era un poco difícil de controlar en el salón de clases, pero ese día estaba sintiendo un espíritu poderoso; ese día el Libro de Mormón se convirtió en algo muy real para él.
Hacer que las Escrituras sean reales
El mandamiento que el Señor dio a Adán también se aplica a nosotros: “Enséñalo, pues, a tus hijos, que es preciso que todos los hombres, en todas partes, se arrepientan, o de ninguna manera heredarán el reino de Dios” (Moisés 6:57). El Señor continuó con palabras similares: “… te doy el mandamiento de enseñar estas cosas sin reserva a tus hijos” (Moisés 6:58).
Como adultos que se preocupan por los niños, deseamos ayudarlos a aprender a amar las Escrituras. Una manera de lograrlo es hacer que las Escrituras sean reales para ellos. Los niños estarán entusiasmados y dispuestos a fijarse metas para estudiar el Antiguo Testamento si les enseñamos de tal forma que sientan que las Escrituras son relevantes para su vida (véase 1 Nefi 19:23).
Hay varios modos en que podemos ayudar a los niños a sentir la realidad y la influencia de las Escrituras.
Dramatización
Los relatos del Antiguo Testamento cobran vida con las dramatizaciones. Ya sea que se vistan como Noé y reúnan a todos sus animales de peluche en el “arca”, que creen una “cueva” debajo de una mesa con un león de peluche dentro y que su hijo pequeño interprete al valiente Daniel, o que su hija sea la valiente profetisa Deborah que guía a sus hermanos y hermanas como los ejércitos de Israel, la dramatización puede conseguir que las historias del Antiguo Testamento cobren vida.
Nunca olvidaré un día, hace décadas, cuando estaba sentada en Seminario matutino en Michigan. Mi maestro hablaba sobre la misión a los zoramitas en el Libro de Mormón. De repente, saltó a la mesa y comenzó a leer en voz alta la oración del Rameúmptom; ¡eso nos despertó a todos! Eso fue hace ya muchos años, pero se me quedó grabado en la memoria; un maestro que interpretó una dramatización tuvo una profunda influencia en un grupo de adolescentes.
A lo largo de los años, a cada uno de mis hijos les encantaba pararse en el respaldo del sofá y fingir que eran Samuel el Lamanita que predicaba en lo alto del muro, o Moisés, que sostenía una vara y proclamaba: “¡Deja ir a mi pueblo!”.
Cuando los niños tienen la experiencia de representar relatos de las Escrituras, estas se vuelven muy reales para ellos.
Ambiente
Para los niños, el tener experiencias reales les ayuda a aprender, entender y poner en práctica la información recibida. Podemos hacerlo al establecer el ambiente adecuado para conectar las Escrituras con su entorno y su vida. Por ejemplo, cuando nuestros cuatro hijos eran pequeños, estudiábamos juntos el Libro de Mormón. Una noche de hogar tuvo lugar en nuestra tienda de campaña, donde hablamos de que Lehi y su familia viajaron por el desierto. Hablamos de cómo fue para la familia de Lehi viajar y vivir en una tienda por tanto tiempo, y así ese relato cobró vida para ellos.
Al enseñar la experiencia de Abraham cuando aprendió sobre las estrellas y los cielos, el ambiente puede marcar una gran diferencia. Imagínate esa lección, que se enseña por la noche, acostado sobre la hierba con tus hijos, bajo las estrellas. La experiencia de Abraham será significativa para ellos de una manera más profunda.
En lugar de simplemente leer sobre la destrucción de los muros de Jericó, podría sentarse junto a un muro elevado y leer la historia allí. Ese milagro impresionará profundamente a los niños.
En lugar de hablar de que Salomón construyó un templo, podría llevar a sus hijos al templo si tienen uno cerca y leerles ese relato en los jardines del templo y hablar de lo importante que es la Casa del Señor para ellos.
En lugar de simplemente hablar sobre los miembros de la Casa de Israel que viajaron a la tierra prometida, podría llevar a sus hijos de caminata y entonar canciones de la Primaria a lo largo del camino.
Las experiencias pueden ser increíbles para ayudar a los niños a sentir la realidad de los relatos de las Escrituras que escuchan y leen. Además, tales experiencias crearán recuerdos duraderos para sus hijos, que harán que las Escrituras cobren vida para ellos.
Formular preguntas
Para ayudar a los niños a entender mejor las Escrituras, podemos formular preguntas.
“¿Cómo te sentirías si nadie te escuchara?”, hace que la historia de Noé sea real.
“¿Cómo sería estar en prisión en un país extranjero, donde nadie creía en Dios como lo haces tú?”, hace que la historia de José sea real.
“¿Cómo sería el ser arrojado a un horno de fuego?”, hace que la historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego sea real.
Cuando formulemos preguntas, es muy importante que nuestros hijos se sientan libres de expresar sus puntos de vista sin que se les critique. Permítales que hablen y que asimilen la historia, y además, anímelos a formular muchas de sus propias preguntas.
Aplicación
Algunas de las mejores preguntas que podemos hacer son las que ayudan a los niños a aplicar las Escrituras a sí mismos.
“¿Qué has aprendido de la experiencia de José Smith? ¿Has pensado en orar para recibir respuestas? ¿Cuáles han sido tus experiencias?”.
“Al leer acerca de Jonás dentro de la ballena, ¿cómo te ayuda eso a decidir seguir los mandamientos de Dios?”.
“¿Cómo crees que se sintió María cuando el ángel le dijo que iba a tener un bebé que era el Hijo de Dios? ¿Cómo te ayuda eso a seguir el plan que Dios tiene para ti?”.
La aplicación es importante sobre todo para los adolescentes, a medida que comienzan a tener en cuenta la doctrina y los principios que se enseñan en las Escrituras y comienzan a incorporarlos en su vida. El llevarlos a la práctica también es útil para reforzar que la mayoría de las respuestas a sus preguntas se encuentran en las Escrituras y que estas son relevantes para las experiencias que tengan en la vida.
Tipos de aprendizaje
Las personas aprenden mejor de diferentes maneras, algunas por medios visuales como la lectura; algunas por medios auditivos tales como escuchar; y otras por medios táctiles como moverse, realizar una actividad o construir algo con las manos.
Para ayudar a los niños a comprender y poner en práctica las Escrituras, es mejor utilizar el método que corresponda a su estilo de aprendizaje. Es útil además evaluar qué tipo de estilo de aprendizaje atrae a cada niño. Los maestros de la Primaria pueden trabajar con los padres para entender los estilos de aprendizaje de los niños, a fin de que los maestros puedan adaptar sus métodos de enseñanza para ayudar a cada niño en particular.
Los alumnos que aprenden mejor mediante medios visuales se beneficiarán de tener su propio juego de Escrituras para que puedan leerlas y marcarlas. También podría colocar láminas de relatos de las Escrituras en sus dormitorios o en otros lugares del hogar.
A los alumnos que aprenden mejor mediante medios auditivos les gusta escuchar las Escrituras. Los niños podrían leer las Escrituras ellos mismos en voz alta, escucharlas en sus computadoras o dispositivos, o pedir a uno de sus padres o hermanos que se las lean.
Los alumnos que aprenden mejor mediante medios táctiles necesitan un componente de actividad física en su estudio de las Escrituras. Si lo desea, invítelos a hacer un dibujo del relato de las Escrituras a medida que lo lean. Esos niños también se beneficiarán al tener sus propias Escrituras que puedan marcar o colorear.
Combinar estilos de aprendizaje puede resultar especialmente eficaz para hacer que las Escrituras cobren vida. Así que en lugar de solo hablar de Moisés y los Diez Mandamientos, el hecho de que los niños construyan tablas de barro o realicen un dibujo de Moisés al recibir los Diez Mandamientos en la montaña mientras les cuenta la historia, hará que les sea más fácil aprender. Al estudiar Ven, sígueme, reparta crayones o lápices de colores para que los niños mayores marquen con colores las Escrituras mientras que los niños pequeños dibujan en el momento que la mamá y el papá leen el relato de las Escrituras. Esta es una combinación de aprendizaje visual, auditivo y táctil que es sumamente eficaz.
Podemos hacer muchas cosas que servirán para que las Escrituras sean reales para los niños. Al hacerlo, ellos aprenderán más de las Escrituras, las disfrutarán más y las pondrán en práctica en su vida de manera mucho más eficaz. Se espera que, durante ese proceso, lleguen a amar las Escrituras de manera profunda, y eso hace que todo el esfuerzo valga la pena.