2022
¿Cómo podemos ayudarle?
Enero de 2022


Servir en la Iglesia

¿Cómo podemos ayudarle?

El autor vive en Utah, EE. UU.

Cuando era un joven misionero, solía ver el servicio como algo que había que programar en vez de como algo que se ofrece cuando es necesario.

Imagen
a woman washing dishes while two missionaries talk to her through an open window

Ilustración por Kathleen Peterson

Al prepararme para enseñar una lección de la noche de hogar, quería darles a mis hijos una idea de los rigores y desafíos de la obra misional. Cuando abrí mi diario misional para buscar un ejemplo adecuado, encontré el resumen de un día nada atípico.

Primero, mi compañero y yo fuimos a ver a María, que estaba lavando la ropa. “¿Podrían regresar más tarde esta mañana?”, nos preguntó.

Fuimos a ver a otro investigador, pero estaba durmiendo. Cuando regresamos a la casa de María a las 11:30 de la mañana, aún estaba lavando la ropa.

Luego, a las 3:00 de la tarde, teníamos una cita con otro investigador. Cuando llegamos, él estaba preparando grasa.

“Estoy muy ocupado en este momento”, nos dijo. “¿Pueden volver más tarde?”.

Regresamos a la casa de María, pero ahora ella estaba lavando los platos. Luego fuimos a visitar a otro investigador llamado Junior, que estaba ocupado cocinando.

“¿Qué les parece si vuelven mañana?”, nos preguntó.

Escribí en mi diario personal: “Tratamos de planificar muy bien, nos esforzamos por cumplir con nuestras citas, hacemos un plan B y un plan C y oramos en busca de inspiración. Tiene que haber un modo más práctico de ayudar a la gente”.

Al releer esas experiencias desde un punto de vista más maduro, me causó gracia. La lección que había querido enseñar a mis hijos acerca de desarrollar tenacidad para afrontar las desilusiones ahora parecía menos importante que la lección que acababa de aprender.

Mi súplica exasperada 30 años atrás ahora me parecía graciosa. La respuesta a mi exasperación estaba ahí mismo, en mi súplica. Pensando en mí cuando era más joven, reflexioné: “Élder Jackson, ¿qué habría pasado si hubiese tratado de ayudar a las personas ayudándolas cuando lo necesitaban?”.

Hoy en día, si mi compañero y yo viéramos a María frente a una carga de ropa sucia y platos por lavar, le diríamos: “¿Cómo podemos ayudarle?”.

Hoy en día, si el hombre con quien habíamos programado una cita estuviese ocupado preparando grasa, exclamaríamos: “¿Puede enseñarnos? ¡Nos encantaría ayudarle!”.

Hoy en día, si viéramos que Junior está ocupado preparando la comida, le diríamos: “¡Estamos aquí para servirle! ¿Qué quiere que hagamos?”.

Cuando era un joven misionero, solía ver el servicio como algo que había que programar en vez de como algo que se ofrece cuando es necesario. Hoy trato de enseñar a la gente en cuanto al amor de Jesucristo demostrándoles Su amor.