2022
Hacer que la ministración sea significativa
Enero de 2022


Principios de ministración

Hacer que la ministración sea significativa

Si se ha preguntado si su ministración es significativa, considere las siguientes ideas.

Imagen
woman hugging a young woman in a wheelchair

Es fácil preguntarse si nuestra ministración está marcando una diferencia, sobre todo cuando hacemos frente a nuestros propios problemas.

Antes de quedar en silla de ruedas, me encantaba ver el portapapeles que circulaba en la Sociedad de Socorro. A menudo ponía mi nombre para dar servicio. Era una manera de mostrar mi disposición a “llevar las cargas los unos de los otros” (Mosíah 18:8).

No era culpa del portapapeles que yo ya no pudiera anotarme. De hecho, ni siquiera podía escribir mi nombre. A causa de mi discapacidad, me era imposible hasta sujetar el portapapeles. Nadie esperaba que yo me anotara. ¡Pero cuánto deseaba hacerlo! El servicio nos estrecha con el amor de Dios y nos conecta con los demás. Yo misma necesitaba con desesperación ese sentimiento de conexión.

Debido a que necesitaba de personas que me atendieran, mi servicio parecía no valer la pena el esfuerzo que tendrían que hacer los demás para ayudarme. El portapapeles se convirtió en un recordatorio de lo que ya no podía hacer, al menos hasta que mi hermana ministrante se dio cuenta de mi añoranza.

Me preguntó qué deseaba hacer para servir, no solo lo que necesitaba que hicieran por mí. Después, puso mi nombre en el portapapeles. Ella vino a mi casa y me ayudó a hacer la comida que yo me había ofrecido a preparar para otras personas. Nunca insinuó que yo tenía necesidad de tanta ayuda que no debía tratar de ayudar a los demás. Estaba contenta de pasar tiempo conmigo.

Al final, me di cuenta de que mis esfuerzos valían la pena. Con la ayuda de mi hermana ministrante, pude hacer algo. Ya sea que ese algo haya tenido significado o no para otra persona, marcó una diferencia para mí. Si bien no benefició directamente a mi familia ni sanó mi cuerpo, sí ayudó a sanar mi corazón.

EmRee Pugmire

Utah, EE. UU.

Con Su ayuda, eres más que capaz

Imagen
the Old Testament prophet Enoch and people from the city of Zion

La Ciudad de Sion es trasladada, por Del Parson; fotografía de la lupa de Getty Images

Es común sentirse incapaz de hacer la obra del Señor. El profeta Enoc también se sintió así. Cuando el Señor le mandó que llamara al pueblo al arrepentimiento, se preocupó porque él no era “más que un jovenzuelo, y toda la gente [lo] desprecia[ba], por cuanto [era] tardo en el habla” (Moisés 6:31).

No obstante, el Señor le prometió que estaría con él y que Su Espíritu reposaría sobre él, y que “justificar[ía] todas [sus] palabras […]; por tanto”, lo invitó: “… anda conmigo” (Moisés 6:34).

Enoc fue obediente a lo que el Señor mandó y llegó a ser una gran influencia para el pueblo, no por su propio poder, sino por “el poder de la palabra que Dios le había dado” (Moisés 7:13).

Principios a considerar

Si se ha preguntado si su ministración es significativa, considere estos principios:

  1. Entender la ministración y sus propósitos nos ayudará a evaluar nuestro esfuerzo de forma más precisa.

    • La ministración tiene que ver más con cultivar relaciones fuertes; tiene que ver con ayudar a los demás a fortalecer su relación con el Salvador1.

    • La ministración no es solo una asignación; es la forma en que vivimos nuestros convenios de servirle a Él al cuidar el uno del otro.

    • En la ministración no se sigue un formato predeterminado. Hace que nos esforcemos a medida que nos adaptamos a la situación y procuramos inspiración para ministrar como lo haría el Salvador.

  2. Entender la manera en que Dios ve nuestra ministración puede cambiar nuestra perspectiva.

    • Dios no mide la ministración en función de resultados espectaculares ni de si nuestros empeños siquiera se aprecian (véase el ejemplo de Oliver Granger en Doctrina y Convenios 117:12–13)2.

    • Si nuestros deseos son buenos y hacemos un verdadero esfuerzo, nuestra ministración es significativa para Él (véase Doctrina y Convenios 4:2, 5).

    • Dios está dispuesto a magnificar incluso nuestro “servicio pequeño e insignificante”3 (véase Doctrina y Convenios 123:17).

¿Qué podemos hacer?

En lugar de preocuparse por lo que piense que no puede hacer, considere con espíritu de oración aquello que sí pueda hacer. Luego ponga manos a la obra. Conforme actúe en el nombre del Señor, Él magnificará sus esfuerzos y se valdrá de ellos para bendecirle a usted y a los demás (véase 2 Nefi 32:9).

Notas

  1. Véase Russell M. Nelson, “Ministrar con el poder y la autoridad de Dios”, Liahona, mayo de 2018, págs. 69–70.

  2. Para saber más acerca de Oliver Granger y la forma en que Dios mide nuestro éxito, lea Boyd K. Packer, “Mis hermanos más pequeños”, Liahona, noviembre de 2004, págs. 86–88.

  3. Henry B. Eyring, “Elévense a la altura de su llamamiento”, Liahona, noviembre de 2002, pág. 77.