2020
Todavía es nuestra
Octubre de 2020


Todavía es nuestra

Mi esposo y yo íbamos a sellarnos, pero esa ordenanza sagrada era importante para más personas que solamente nosotros dos.

Imagen
photo of baby and temple

Ilustración por Joshua Dennis.

Después de siete años de desear y esperar tener hijos, mi esposo y yo finalmente fuimos bendecidos con una hija. Alicie era la luz de nuestra vida, pero vivió solo cinco meses antes de morir de pulmonía.

Esa fue la experiencia más difícil de mi vida. Todos los días llegaba a casa del trabajo y me sentaba a llorar. A menudo, mis suegros se sentaban conmigo para darme fortaleza. Seguí orando para tener otro hijo, pero ninguno llegó. Me sentía desolada.

Mis suegros comenzaron a alentarnos a mi esposo y a mí para que viajáramos al Templo de Suva, Fiyi, para ser sellados. Nunca habíamos ido al templo y decidimos que esa era la mejor manera de encontrar esperanza y sanación.

¡Nada podría haberme preparado para lo que sentí ese día! Sabía que mi esposo y yo seríamos sellados por la eternidad. Ese conocimiento me llenaba de gratitud y amor; pero no había entendido que esa ordenanza sagrada era importante para más personas que solamente nosotros dos.

En el templo aprendí que Alicie podía ser sellada a nosotros. Lloré de alegría cuando conocí esa sagrada doctrina. ¡Nuestra hija sería nuestra para toda la eternidad! Testifico que Dios ha proporcionado en Su santa casa todo lo que necesitamos para lograr la felicidad.

En los años posteriores, mi esposo y yo hemos sido bendecidos con un hijo y tres hijos adoptivos. Sin embargo, nunca olvidaremos a Alicie. Gracias a las ordenanzas del templo, nuestra hija es parte de nuestra familia para siempre.

Cuando conozco a una persona que ha perdido un hijo, siento su dolor junto con ella; pero también sé que ese dolor no es el final. Debido a la pérdida de Alicie, al igual que al haber experimentado otras pruebas, sé que Dios está allí para mí. Cuando me desanimo o me quejo de las cosas, sé que Dios siempre está ahí.

Sé que volveré a ver a Alicie, y esa verdad continúa llenándonos de profundo gozo a mi esposo y a mí.