2015
El rompecabezas de la familia de Lindsay
Septiembre de 2015


El rompecabezas de la familia de Lindsay

“Tengo una sorpresa para ti”, dijo el papá sonriendo.

“A seres amados veremos; buscando sus nombres aquí estaremos” (Liahona, octubre de 2001, págs. A10–A11).

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Product Shot from September 2015 Liahona

Lindsay bajó las escaleras corriendo cuando oyó que su papá la llamaba.

Últimamente, habían hecho mucha obra de historia familiar juntos. El papá la ayudaba a entrar al sitio web FamilySearch y juntos buscaban fotografías y relatos de la familia. ¡Tan sólo el otro día ella había encontrado un documento muy antiguo de su abuelo en la misión!

Lindsay llegó al final de las escaleras, donde su papá la estaba esperando. “¿Vamos a hacer historia familiar esta noche?”, preguntó ella.

“Sí, y tengo una sorpresa para ti”, dijo el papá sonriendo. Entonces le dio un papel largo y enrollado que había estado escondiendo detrás de la espalda. Lindsay lo desenrolló con cuidado. Miró fijamente el enorme abanico de la página. ¡Su nombre estaba en la parte inferior! Había muchísimos otros nombres colocados en hileras alrededor de su nombre.

“Aquí están tú y mamá”, dijo Lindsay, señalando los nombres más cercanos al de ella. “¡Y ahí están el abuelo y la abuela!”.

“Así es”, dijo el papá. “Este cuadro en abanico muestra los nombres de tus antepasados de nueve generaciones”.

Había muchos nombres, pero algunos de los espacios estaban en blanco. Lindsay se preguntó en cuanto a los nombres que faltaban. “Parece como los rompecabezas que solía hacer con el abuelo”, dijo ella. El abuelo había fallecido hacía algunos años y Lindsay lo extrañaba mucho.

El papá asintió. “Sí, es como un rompecabezas. Un rompecabezas muy importante, y cada miembro de la familia es como una pieza del rompecabezas”.

Lindsay casi se rió cuando imaginó a su abuelo en forma de una pieza de rompecabezas.

“Cuando encontramos el nombre de una persona y hacemos la obra del templo por ella, la vinculamos al resto de la familia; es como poner juntas las piezas de un rompecabezas. Tú estás ayudando a armar este rompecabezas”.

“¡Qué increíble!”. Lindsay pasó el dedo por los nombres; sabía que la historia familiar era importante, pero ahora estaba todavía más entusiasmada por ayudar. ¡Toda su familia podía estar vinculada para siempre!

Lindsay pegó su nuevo cuadro familiar en el techo, justo encima de su litera (cama marinera, cucheta). Le encantaba mirar el cuadro y estudiar todos los nombres; se imaginaba a todos agarrados de la mano, unidos como las piezas de un rompecabezas. Se sentía feliz; ¡ese era el rompecabezas más grande que había visto!

Una noche, Lindsay no podía dormir; su habitación estaba muy oscura. La pequeña luz de noche hacía sombras que daban miedo en las paredes. Se puso la cobija (manta) por encima de la cabeza y cerró los ojos con fuerza.

Después de un rato, asomó la cabeza por la cobija y vio el cuadro. Leyó su nombre, y después leyó los nombres de su mamá y su papá. Cuando llegó al nombre del abuelo, tuvo un sentimiento de calidez y paz.

Recordó cómo le sonreía el abuelo cuando hacían rompecabezas juntos. “Cuando ayudo a papá a hacer la historia familiar”, pensó ella, “estoy uniendo a nuestra familia”. Se imaginó al abuelo sonriendo todavía más por ello; ya no sentía miedo. Sonrió, se acurrucó en su cobija y se durmió soñando en personas, en rompecabezas y en unir a su familia.