2010
Preguntas y respuestas
Diciembre de 2010


Preguntas y respuestas

“Me cuesta mucho motivarme para leer las Escrituras. ¿Cómo puedo encontrar esa motivación?”

El estudio de las Escrituras puede ser difícil al principio. Hay muchos conceptos que aprender y las personas y los lugares parecen muy ajenos, pero el estudio de las Escrituras llegará a ser una experiencia gratificante si se persevera en ella.

Intenta llevar a cabo el experimento que describió el profeta Alma (véase Alma 32:27–34). Él enseñó que si “das cabida” en tu vida a la palabra de Dios, ésta ensanchará tu alma e iluminará tu entendimiento. También te motivará a seguir leyendo las Escrituras porque, como prometió Alma, la palabra de Dios empezará a ser deliciosa para ti (véase Alma 32:28).

Otra manera de encontrar motivación es buscar las muchas bendiciones que provienen del estudio de las Escrituras:

  • El estudio habitual y sincero de las Escrituras invitará al Espíritu a tu vida, contestará tus preguntas, te ayudará a tener pensamientos limpios, te motivará a servir a los demás, te ayudará a orar con más eficacia y a edificar tu testimonio de Jesucristo y de la Restauración.

  • Las Escrituras te enseñarán a tener fe, a reconocer al Espíritu Santo y a arrepentirte. Te enseñarán a entender por qué necesitamos un Salvador, por qué es necesaria la oposición, por qué se creó esta tierra, y mucho más.

Al experimentar estas bendiciones, no tendrás que obligarte a ti mismo a leer; lo desearás.

Las Escrituras contienen respuestas

Al leer 2 Nefi 32:3, puedes comprender inmediatamente por qué necesitamos leer y estudiar las Escrituras. ¡Yo sé que en las Escrituras se encuentran todas las respuestas a nuestras preguntas! Debemos comprender que las Escrituras se dan para ayudarnos a progresar hacia la perfección, lo cual es necesario en esta vida. Cada día, todos tenemos unos minutos que podemos dedicar a la lectura de las Escrituras.

Sergij C., 21, Novosibirsk, Rusia

Un testimonio más fuerte

Yo no había estado leyendo las Escrituras hasta que mi presidenta de Mujeres Jóvenes me sugirió que trabajara en mi Progreso Personal. Me pidió que leyera las Escrituras todos los días durante unas semanas. Después de eso, nunca dejé de leerlas. Mi mejor consejo es que debes trabajar en tu Progreso Personal o Mi Deber a Dios. Desafíate a ti mismo o a ti misma a leer las Escrituras más y más; verás un cambio dentro de ti. Te digo esto sin duda alguna; verás que tendrás un testimonio más fuerte.

Paola S., 16, Cortés, Honduras

Ora para tener entendimiento

Aun cuando yo tengo muchos proyectos y asignaciones de la escuela, los dejo a un lado y primero leo las Escrituras. Comienzo con una oración para invitar al Espíritu a fin de entender la palabra de Dios; y mediante la ayuda de los manuales de seminario, mi motivación para leer las Escrituras se ha desarrollado y sigue creciendo.

Elieser N., 16, Ilocos Norte, Filipinas

La armadura de Dios

La clave para desarrollar cualquier hábito es el deseo. Haz que tu deseo sea leer cada día. Mantén un registro de cuánto lees e intenta leer a la misma hora todos los días. Eso te ayuda a desarrollar constancia. Leer las Escrituras es como ponerte la armadura de Dios. A la batalla no irías sin tu armadura. No vayas a un mundo de pecado sin la armadura de Dios. Protégete; lee las Escrituras.

Andrew G., 18, Maine, EE. UU.

Algo para todos

Me ayuda pensar acerca de lo que hay en las Escrituras. No sólo contienen el Evangelio, las enseñanzas de Cristo y los mandamientos, sino que son, especialmente el Libro de Mormón, un gran libro de aventuras, lleno de guerras, héroes y personajes buenos y malos. Las Escrituras tienen algo para todos.

Eve W., 15, Nevada, EE. UU.

No es tan sólo un libro

No pienses que las Escrituras son tan sólo un libro que tienes que leer para seminario, o porque es una obligación. Tienes la oportunidad de leer la palabra de Dios; contiene aventuras, aflicciones, guerras. Las Escrituras son un testamento de Jesucristo: de que Él es nuestro Salvador, que sangró y murió por nosotros. Los profetas profetizaron de Su divinidad. Muchos murieron porque no quisieron negar lo que sabían que era verdad. Su fe fue inquebrantable. Todos debemos esforzarnos por llegar a ser tan fieles como ellos.

Kaleb L., 14, Utah, EE. UU.

Él quiere hablar contigo

Nuestro Padre Celestial tiene la respuesta a cada pregunta que le hagas; lo único que tienes que hacer es leer las Escrituras y aplicarlas a tu vida. El saber que tu Padre Celestial quiere hablarte y contestar tus oraciones te ayudará a buscarlo diariamente en las Escrituras. Al obedecer Su palabra, tu vida mejorará y encontrarás refugio y tranquilidad. Serás feliz si das oídos a Su voz.

Elberth R., 18, Ixtapaluca, México

Forma el hábito de leer

Formar un hábito puede ayudar tremendamente. Comienza despacio; lee quizás uno o dos capítulos cada día. Pronto deberás tener el hábito de leer las Escrituras. Yo suelo leer un par de capítulos cada noche y cantar un himno. Esta rutina me eleva y me mantiene optimista para lo que me deparará el día siguiente; y tengo una mejor comprensión de las lecciones de seminario. Las Escrituras son una bendición. Aprovéchalas.

Taylor C., 15, Washington, EE. UU.

Consejo para tu vida

En las Escrituras se relatan las experiencias de personas que atraviesan dificultades similares a las nuestras. Al comenzar tu lectura de las Escrituras, ofrece una oración y ten fe de que encontrarás consejo para tu vida. Las Escrituras son uno de los medios por los cuales nuestro Padre Celestial se comunica con Sus hijos. En las Escrituras encontramos la fortaleza para enfrentarnos a toda clase de pruebas, y doy mi testimonio de que si somos bien instruidos, tendremos éxito en discernir el bien del mal y evitaremos las trampas de Satanás.

Anderson F., 19, São Paulo, Brasil