2006
La entrevista de despedida
abril de 2006


La entrevista de despedida

Hubo cierta conversación que ha sido y seguirá siendo por siempre una gran bendición para mi progreso espiritual. Al término de mi servicio misional, tuve una entrevista de despedida con mi presidente de misión. Me habló de los cambios que tendría en mi vida al volver a casa y me dijo que si deseaba permanecer activa, iba a necesitar tener siempre un llamamiento; y que si no lo tenía, debía hablar con mi obispo. El otro consejo que me dio fue mucho más firme. Me dijo que si no me iba a casar en el templo, entonces que no me casara.

Seguí sus consejos al pie de la letra y cada vez que me veía tentada a casarme fuera del templo, recordaba sus palabras, las cuales me dieron la fortaleza necesaria para aferrarme a mi decisión de casarme en el templo.

Por lo general, los ex misioneros tienen problemas porque desean casarse demasiado pronto, y nos resulta aún más difícil cuando los miembros de nuestras unidades nos preguntan por qué no lo hemos hecho todavía. El tiempo pasa y si seguimos solteros, solemos oír conversaciones que nos ofenden y tal vez nos amarguen.

Pero me siento agradecida por mi presidente de misión, que me dio el sabio consejo de casarme sólo en el templo, pues ahora estoy recogiendo sus frutos. Pasaron diez años desde el término de mi misión hasta que encontré a mi compañero eterno. Nos casamos en el Templo de Caracas, Venezuela, en el 2000; fue una hermosa experiencia. Durante la espera, nada podía impedir que confiara en las palabras del siervo del Señor.

Ahora tengo la buena suerte de ser la madre de una niñita y me siento feliz por haberle dado la bendición de nacer en el convenio. Cada vez que la miro, veo el impacto de la conversación que tuve con mi presidente de misión.

Ofelia J. Hurtado es miembro del Barrio Las Delicias, Estaca Maracay, Venezuela.