2005
Comentarios
junio de 2005


Comentarios

Un aumento de testimonio y de fe

Desde que me bauticé, me ha maravillado el amor de Cristo por mí. Él nunca me falla. Su amor me da esperanza, luz y ánimo en los momentos difíciles de la vida. El artículo del élder Jeffrey R. Holland titulado “Él los amó hasta el fin” (véase Liahona, sept. de 2002, pág. 11) me ayudó a aumentar mi testimonio y mi fe en Jesucristo. Además, me dio la determinación de continuar con fe a pesar de cualquier obstáculo o dificultad que tenga que pasar.

Maricar Caro, Rama Mangapsang, Distrito La Carlota, Filipinas

Algo indispensable en estos tiempos

Gracias por el artículo del élder Henry B. Eyring: “El Libro de Mormón cambiará sus vidas”, que apareció en el número de febrero de 2004. Todos deberíamos ser como Ammón, que estableció el ejemplo de un liderazgo similar al de Cristo rindiendo servicio a aquellos a quienes debía enseñar. La revista Liahona es indispensable en estos tiempos y el mundo sería mejor si todos pusiéramos en práctica los consejos que encontramos en ella.

Ekpo E. Akiba, Barrio Okokomaiko, Estaca Lagos, Nigeria

El arrepentimiento trae paz

Leí por primera vez solo el artículo “Para recibir una corona de gloria”, un mensaje de la Primera Presidencia por el presidente James E. Faust (véase Liahona, abril de 2004, pág. 3); después lo estudiamos en una noche de hogar, y más adelante lo estudiamos otra vez en una reunión del quórum de élderes. En aquella época estaba preparándome para ir al templo a sellarme con mi esposa. Al estudiar las palabras del presidente Faust con respecto al pecado y al arrepentimiento, me di cuenta de que debía confesar al obispo un pecado del pasado. Después de hacerlo, sentí la paz que se nos promete si nos arrepentimos sinceramente. Estoy agradecido al Señor por Su Iglesia y por Sus líderes que nos guían en la actualidad.

Nombre omitido

Las respuestas a mis preguntas

Hace nueve años que me bauticé en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En los últimos cinco años, he vivido en un pueblito que está a unos setenta kilómetros de mi rama, por lo que no tengo muchas oportunidades de tener contacto con los miembros. Pero, por medio de la revista Liahona, puedo tenerlo con mis hermanos de todo el mundo. Leo los relatos y los testimonios con mucho placer, porque me ayudan a entender mejor al Padre Celestial y a resistir la tentación. En el número de octubre de 2003, el artículo “Todo tiene su tiempo”, por el élder Dallin H. Oaks, me impresionó en particular porque en él encontré respuestas a mis preguntas. Me encanta leer esta revista, de tapa a tapa.

Svetlana Tochilkina, Rama Saratovsky Zavodskoy, Distrito Saratov, Rusia