2005
Tu fascinante historia
junio de 2005


Ven y escucha la voz de un profeta

Tu fascinante historia

Imaginen conmigo a una huerfanita de seis años caminando por las planicies de los Estados Unidos; se llama Elsie Ann; su madre falleció cuando la niña contaba dos años; el padre volvió a casarse y por un tiempo ella tuvo una madrastra. Luego su papá falleció en Winter Quarters cuando ella tenía cinco años. La madrastra volvió a casarse y se fue, dejando a la pequeña huérfana a cargo de unos parientes suyos, Peter y Selina Robison. Elsie Ann partió de Winter Quarters con la familia Robison en julio de 1849 en dirección al Oeste. El corazón de Elsie Ann anhelaría sin duda el amor de su propia madre y quizás a veces hasta se preguntara: “¿Dónde está mi mamá?”. Elsie Ann fue mi bisabuela.

Mis abuelos han ejercido una gran influencia en mi vida y, aunque fallecieron hace muchos años, aún siento su amor. Uno de mis abuelos, James Akerley Faust, falleció antes de que yo naciera; sólo lo conozco a través de los relatos que mi abuela y mis padres me contaron de él. Sin embargo, me siento fuertemente unido a él porque, en parte, soy lo que él fue. Entre otras cosas, fue vaquero, ranchero y jefe de una sucursal de correos de un pueblito en el centro de Utah. Cierto invierno, se fue de viaje a Idaho, donde se encontró con un conocido que vivía en la pobreza; hacía frío y su amigo no tenía abrigo, por lo que el abuelo se quitó el suyo y se lo dio.

Deseo alentarlos a que empiecen a descubrir quiénes son ustedes realmente aprendiendo más de sus antepasados. Ellos fueron personas muy reales, vivas, con problemas, esperanzas y sueños semejantes a los nuestros. Las virtudes que ellos tuvieron pueden ser nuestras virtudes, sus puntos fuertes los nuestros y, en cierta forma, sus desafíos pueden ser nuestros desafíos. Quizás tengamos también algunos de sus rasgos. Hace un tiempo me fijé en que uno de nuestros nietos, un niñito, parecía tener una forma curiosa de caminar. Mi esposa me dijo: “¡Pero si camina como tú!”. Ahora me pregunto de quién habré heredado esa característica.

Cada uno de nosotros cuenta con una historia familiar fascinante. La búsqueda de sus antepasados quizás resulte en uno de los rompecabezas más interesantes en el que ustedes puedan ocuparse; puede ser más fascinante que cualquier película o juego de computadora.

Debido a que esta obra es algo sumamente espiritual, podemos esperar que se nos dé ayuda del otro lado del velo. Podemos percibir el ánimo de los parientes que están aguardando a que los encontremos a fin de que se pueda llevar a cabo la obra de las ordenanzas del templo por ellos. Éste es un servicio cristiano porque hacemos por ellos aquello que ellos no pueden hacer por sí mismos.

Tomado de un discurso de la conferencia general de octubre de 2003.