2004
Solo frente a ellos
julio de 2004


Solo frente a ellos

Un lunes por la mañana fui a la escuela, donde soy uno de los cinco miembros de la Iglesia de entre 1.200 alumnos, y se me acercaron unos muchachos que me invitaron a formar parte de su grupo. Me sentí solo frente a todos ellos. Se habían hecho perforaciones en el cuerpo (body piercings) y eran más altos y más fuertes que la mayoría de los chicos; incluso intimidaban a los que no se unían a ellos.

Yo también soy más fuerte que la mayoría de los chicos y pensaba unirme al grupo porque soy tímido. Pensé que el unirme a ellos compensaría mi timidez y les pregunté: “¿Puedo pensarlo?”. Dijeron que sí.

Entonces, le pedí a mis padres su opinión y me dijeron que debía orar y leer las Escrituras. Antes de acostarme, leí las Escrituras y Para la fortaleza de la juventud , donde dice: “Elige amistades que tengan los mismos valores que tú a fin de que puedan fortalecerse y animarse mutuamente a vivir normas elevadas” ( Ibíd. , 2001, pág. 12). También oré en busca de ayuda: “¿Son las amistades adecuadas para mí?”.

A la mañana siguiente, durante la clase, saqué el folleto Para la fortaleza de la juventud, tamaño bolsillo, volví a leerlo y supe qué respuesta debía de darles. Cuando me preguntaron: “¿Te unirás entonces a nuestro grupo?”, dije sin vacilar: “No”.

Me preguntaron por qué y simplemente les dije que no quería hacerme perforaciones en el cuerpo ni usar mi fuerza para hacer daño a los demás; dije que deseaba ser bueno con todos y seguir a Jesucristo. Me miraron como diciendo: “Estás perdiendo tu oportunidad de tener amigos respetados”.

Actualmente tengo un grupo de amigos diferentes a los de aquella banda. Mis amigos son buenos alumnos, de buena apariencia y educados, y ahora sé que si busco la ayuda de mi Padre Celestial, Él me ayudará.

Paolo Martin N. Macariola es miembro del Barrio Tangub, Estaca Bacolod Sur, Filipinas.