Historia de la Iglesia
Predicar en Peguche


Predicar en Peguche

Mientras visitaba Otavalo en 1965, el élder Spencer W. Kimball, del Cuórum de los Doce Apóstoles, instó a los misioneros a que dieran a conocer de inmediato el Libro de Mormón a los indígenas de Otavalo. Sin embargo, al comenzar a predicar, los misioneros y los primeros conversos locales enfrentaron una fuerte oposición. Se esparcieron rumores acerca de los misioneros extranjeros por todos los pueblos quichuas (kichwas) de la zona montañosa de Imbabura, y ya que los misioneros no hablaban quichua, tuvieron dificultades para vencer las ideas equivocadas y los obstáculos con el idioma.

En una nueva visita a Ecuador, dos años después, Kimball mismo predicó entre los quichuas. Algunos miembros locales y misioneros de la rama se unieron a Spencer y Camilla Kimball en una reunión al aire libre. En el pueblecito de Peguche, cerca de Otavalo, una loma cerca del camino y del cruce de las vías del tren formaban un anfiteatro natural en el que, ya entrada la tarde, los autobuses dejaban a muchos trabajadores. A medida que los residentes locales bajaban de los autobuses, los misioneros los invitaban a escuchar a un apóstol viviente de Jesucristo. Pronto se reunieron cerca de veinte personas. Al comenzar la reunión, la audiencia creció hasta llegar a más de cien personas y entonces el élder Kimball se puso de pie para hablar.

Los traductores transmitieron su mensaje en español y en quichua. Kimball habló de los antepasados sagrados de aquellas personas y de la visita de Jesucristo al continente americano. “De todas las reuniones a las que he asistido, ninguna ha conseguido eclipsar aquella”, escribió Kimball sobre el evento. Señalando al cielo, habló del sonido de la voz apacible y delicada de los cielos anunciando la aparición del Hijo de Dios, como se registra en el Libro de Mormón. “Todas las miradas siguieron mi movimiento apuntando al cielo”, recordó, “como si el Salvador estuviera descendiendo en medio de las delgadas nubes”. Conforme Kimball concluyó sus palabras, la multitud lo rodeó para estrecharle la mano. Aquella escena lo dejó sin palabras.

Los misioneros continuaron tratando de acercarse a las personas originarias de Otavalo después de que Kimball partió. Un día, dos misioneras comenzaron a enseñar a Rafael Tabango y le hablaron de un libro que hablaba de sus antepasados del convenio. Tabango se sentía atraído por el mensaje, pero su dificultad para leer en español complicaba su capacidad para comprenderlo. Él oró, tal como las misioneras le habían enseñado, y en un sueño vio al ángel Moroni, que le leía partes del Libro de Mormón. Decidió unirse a la Iglesia, pero le ponía nervioso la idea de contarle a otros su decisión.

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Rafael y Teresa Tabango en Church News

Rafael y Teresa Tabango en la portada de Church News, 4 de marzo de 1972

Tabango se bautizó el 14 de julio de 1968. Ese mismo día, se dio cuenta de que sería incorrecto guardar silencio en cuanto a su recién descubierta fe: tenía que actuar como un mensajero a su pueblo. Como primer Santo de los Últimos Días nativo de Otavalo, Tabango trabajó sin descanso junto con los misioneros para compartir el Evangelio en quichua. Predicaron nuevamente en Peguche, algunas veces hasta última hora de la tarde. La rama creció y, con el tiempo, Tabango ayudó a traducir el Libro de Mormón al quichua. Menos de quince años después, se organizó una estaca en Otavalo: la primera de Sudamérica conformada casi completamente por personas indígenas. Rafael Tabango fue llamado como su primer patriarca.