Historia de la Iglesia
Introducción


“Introducción”, Historias mundiales, 2018

Introducción

La salvación de todos los hijos de Dios es primordial para Su evangelio. Él prometió que “serán bendecidas todas las naciones de la tierra” por medio de la simiente de Abraham (Génesis 22:18) y a los humildes pastores en Judea se les declaró que las “nuevas de gran gozo” eran para “todo el pueblo” (Lucas 2:10). En la primeras páginas del Libro de Mormón, Nefi declaró que el Señor “no hace nada a menos que sea para el beneficio del mundo; porque él ama al mundo, al grado de dar su propia vida para traer a todos los hombres [y mujeres] a él” (2 Nefi 26:24; cursiva agregada).

Poco después de que se organizó La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el Señor mandó a los santos a predicar el Evangelio en todo el mundo: “Porque desnudará su santo brazo ante los ojos de todas las naciones…”, dijo el Señor en 1831, “… preparaos, preparaos, oh mi pueblo […], óigase el pregón entre todo pueblo” (Doctrina y Convenios 133:3–4, 10). Asimismo, los santos fieles han aceptado el llamamiento de predicar en todo el mundo, el Libro de Mormón ha sido traducido (completo o en parte) a más de 110 idiomas, se han establecido congregaciones y estas se han propagado por todo el mundo.

Aunque muchos de los Santos de los Últimos Días comprenden que la Iglesia es una religión mundial, la historia de esta no es muy conocida en muchas partes del mundo. Estas historias mundiales procuran compartir la historia inspiradora de cómo el mensaje de la Restauración ha sido aceptado y compartido en todo el mundo.

Cada historia contiene una reseña breve, una selección de historias de fe, una cronología, información estadística y algunas fuentes adicionales que los lectores pueden consultar. Las historias se centran en los miembros locales que han escuchado y seguido el llamado del Salvador de “declar[ar] la palabra en las regiones circunvecinas” (Doctrina y Convenios 52:39) y que han ejercido fe para sobreponerse a los desafíos únicos de ser Santos de los Últimos Días en su tierra natal.