Cuando pienso en ustedes, jóvenes y jóvenes adultos, siento una profunda ternura por ustedes. Al pensar en ustedes, ¡me veo a mí mismo!

Cuando era joven, me paraba ante el vallado de un aeropuerto internacional y observaba aquellas “magníficas máquinas voladoras”. ¡Cuánto deseaba estar en la cabina de pilotaje de alguna de aquellas aeronaves impresionantes y sentir la emoción de elevarme del suelo, ascender por encima de las nubes y viajar a nuevos horizontes!

Pero ¿era posible aquel sueño? No había nacido en una familia rica; habíamos sido refugiados en dos ocasiones, en las cuales debimos llevar con nosotros tan solo lo que podíamos cargar. Algunas personas me consideraban una persona marginada. Mientras los demás niños jugaban con sus amigos, yo tenía que pasar las tardes y los fines de semana trabajando en el negocio de lavandería de nuestra familia, a menudo como repartidor.

Digo esto porque quizás algunos de ustedes también se pregunten si sus sueños alguna vez se harán realidad. Comprendo cómo se sienten. Si pudiera retroceder en el tiempo y hablarle al muchacho que se paraba al otro lado del vallado anhelando un futuro mejor, le diría:

“No será fácil, pero puedes hacerlo. Todo saldrá bien. El trayecto estará lleno de desafíos, Dieter; sin embargo, esa misma lucha te transformará en la persona que quieres ser. Trabaja con ahínco; sé constante; concéntrate en las cosas que puedas cambiar, y no tanto en aquello que no puedas controlar. Ten fe, ten esperanza, confía en Dios. Has de saber que si haces tu parte, las cosas saldrán bien”.

Hoy les doy ese mismo consejo también a ustedes. Sin importar cuán lejos parezca su destino, deben saber esto: tal vez no lleguen a donde desean llegar en un día, ni en una semana o ni siquiera en un año; no obstante, si siguen poniendo un pie delante del otro y se esfuerzan cada día por seguir su plan, las cosas saldrán bien y alcanzarán sus objetivos. Sin duda, hallarán sorpresas y desafíos inesperados durante su aventura, pero eso es lo que constituye una historia de éxito: ¡la historia de su vida! Y, en especial, recuerden que si confían en el Señor, aprenden de Él y tienen fe en Él, Él enderezará sus veredas.

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