Todos, incluso las personas más populares y sociables, se sienten solos a veces; es una parte difícil de la vida. Esta es una sugerencia pro de algunos de nosotros que ya hemos pasado por ello: comienza a crear un “conjunto de herramientas” emocional para cuando eso suceda (recolectar ideas para actividades, pasatiempos y recursos multimedia edificantes a los que puedas acudir al tener esos sentimientos desagradables).
Y esta es una idea para dar inicio a tu colección: ¡las Escrituras pueden ser una fuente sorprendentemente poderosa de consuelo! Especialmente cuando los memorizas, los versículos pueden llegar a ser como amigos fieles que siempre están allí cuando los necesitas. No solo llenan tu mente de luz y verdad, sino que también invitan al Espíritu, que es el Consolador supremo.
Aquí hay cuatro pasajes de las Escrituras que pueden ser útiles cuando nos sentimos solos. ¿Qué otros ejemplos puedes encontrar?
- Isaías 41:10: “No temas; porque yo estoy contigo”.
- Doctrina y Convenios 84:88: “Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros”.
- 1 Nefi 21:15: “¡Pues aun cuando ella se olvidare, yo nunca me olvidaré de ti, oh casa de Israel!”.
- Juan 16:33: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción. Pero confiad; yo he vencido al mundo”.
Recuerda, nunca estás verdaderamente solo. El Señor te ama, nuestros líderes de la Iglesia oran por ti. Y hay personas en ambos lados del velo que te están alentando.