Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
Jesucristo es el Hijo de nuestro Padre Celestial


Lección 5

Jesucristo es el Hijo de nuestro Padre Celestial

Objetivo

Que los niños comprendan que Jesucristo es el Hijo de nuestro Padre Celestial.

Preparación

  1. Estudie, con la ayuda de la oración, Mateo 3:13–17, Lucas 1:26–35 y 2:1–7, 41–52. Consulte también Principios del Evangelio (31110 002), capítulo 3.

  2. Con la aprobación previa de la presidenta de la Primaria, invite al padre de uno de sus alumnos a visitar la clase y hablar a los niños sobre su hijo o hija cuando era bebé; pídale que lleve alguna fotografía del niño y, si es posible, uno de sus juguetes preferidos, y que exprese el amor que siente por su hijo o hija.

  3. Materiales necesarios:

    1. La Biblia.

    2. Las siguientes láminas: 1–16, “La Navidad” (“Las bellas artes del Evangelio” 201; 62495); 1–17, “El Niño Jesús en el templo” (“Las bellas artes del Evangelio” 205; 62500); 1–18, “Juan el Bautista bautiza a Jesús” (“Las bellas artes del Evangelio” 208; 62133).

  4. Haga los preparativos para las Actividades Complementarias que desee llevar a cabo.

Nota al maestro: Al hablar sobre los padres en esta lección, tenga en cuenta a cualquier niño que no tenga a su padre en la casa. Recalque el hecho de que todos tenemos un Padre Celestial que nos ama. Si algún niño tiene padrastro, hágales notar que el padrastro puede amarlo y cuidarlo como si fuera su papá.

Actividades de aprendizaje

Pida a un alumno que ofrezca la primera oración.

Actividad para despertar la atención

Pregunte a los niños si saben quién es el visitante y pida al hijo o hija de éste que lo presente a la clase. Luego, deje que él hable sobre su hijo (hija). A continuación, pida a los niños que digan algo sobre su papá, tal como de qué color tiene el pelo o los ojos, de qué se ocupa, etc.

Jesucristo es el Hijo de nuestro Padre Celestial

Dígales que cada uno de ellos tiene dos padres: su papá terrenal y el Padre Celestial. El terrenal es el padre de nuestro cuerpo físico; el Padre Celestial es el padre del espíritu que está dentro de nuestro cuerpo. Jesús tiene sólo un padre, porque el Padre Celestial es a la vez padre de Su espíritu y de Su cuerpo físico. Por eso, se dice que Jesús es el Hijo de Dios.

Relato

Muéstreles la lámina 1–16 de la Navidad, y cuénteles la historia del nacimiento de Jesús que se encuentra en Lucas 1:26–35 y 2:1–7. Haga hincapié en el hecho de que el ángel le dijo a María que su niño era el Hijo de Dios. Hágales las siguientes preguntas, señalando la parte correspondiente de la lámina:

• ¿Cuál de estas personas es la madre de Jesús?

• ¿Cómo se llama ella? (Véase Lucas 1:27.)

• ¿Quién es este hombre que está en la lámina? (Véase Lucas 1:27.)

• ¿Quién es el padre de Jesús? (Nuestro Padre Celestial. José era un hombre bueno que el Padre Celestial eligió para cuidar de María y de Jesús.)

Canción

Haga que los niños se pongan de pie y canten o repitan la letra de “Jesús en pesebre” (Canciones para los niños, pág. 26), improvisando los movimientos apropiados para ilustrar las palabras.

Jesús en pesebre

Jesús en pesebre sin cuna nació;

Su tierna cabeza en heno durmió.

Los astros, brillando, prestaban su luz

al niño dormido, pequeño Jesús.

Jesús ama al Padre Celestial y le obedece

Relato

Muéstreles la lámina 1–17 del niño Jesús en el templo y reláteles la historia que se halla en Lucas 2:41–52. Recalque que Jesús fue al templo porque amaba al Padre Celestial y quería enseñar a las personas acerca de Él.

• ¿Qué estaba haciendo Jesús en el templo? (Véase Lucas 2:46.)

Actividad

Haga a los niños ponerse de pie y realizar el siguiente verso de movimiento varias veces:

El niño Jesús fue al templo (hacer el movimiento de caminar sin salir del lugar)

antes de ser alto y fuerte (estirar los brazos hacia arriba),

a hacer la obra de su Padre (poner las manos hacia adelante, palmas arriba, y separarlas moviéndolas hacia los costados)

por lo mucho que nos quiere (cruzar los brazos poniendo las manos en los hombros, como abrazándose).

Relato

Muestre a la clase la lámina 1–18, de Juan el Bautista bautizando a Jesús, y cuénteles con palabras sencillas el bautismo de Jesús, que se relata en Mateo 3:13–17. Explíqueles que Jesús se bautizó porque ama al Padre Celestial y siempre le obedece; además, Él quería dejarnos un buen ejemplo. Léales las palabras Este es mi Hijo amado del versículo 17 y explíqueles que eso lo dijo el Padre Celestial y que Él estaba contento porque Jesús se había bautizado.

• ¿Han visto ustedes a alguien que se haya bautizado?

Dígales que una de las formas de ser obedientes a nuestro Padre Celestial y demostrarle su amor es que los niños se bauticen al llegar a los ocho años de edad.

Testimonio

Exprese su testimonio de que Jesús es el Hijo de nuestro Padre Celestial y hábleles de su amor y su gratitud hacia Jesucristo.

Actividades complementarias

Elija algunas de las siguientes actividades para llevar a cabo durante la lección.

  1. Coloque las tres láminas que se utilizan en esta lección boca abajo en su falda o sobre la mesa y llame a uno de los alumnos para que elija una, la muestre a la clase y diga qué hecho ilustra esa lámina; repita la acción con las otras dos.

  2. Dirija a los niños para cantar o repetir la letra de la primera estrofa de “Dime la historia de Cristo” (Canciones para los niños, pág. 36).

  3. Dirija a los alumnos en una dramatización de la historia del nacimiento de Jesús, utilizando sencillos elementos de utilería como una muñeca, un chal (pañoleta, rebozo) o pañuelos grandes de cuello.

Otras actividades para los niños más pequeños

  1. Muéstreles la lámina 1–16 de la Navidad y pregúnteles si saben quién es el bebé que se ve en ella. Cuénteles la historia del nacimiento de Jesús.

    Explíqueles que Jesús no es pequeño, sino que creció y es un hombre, y que Él es la Persona que más le ayuda a nuestro Padre Celestial. Muéstreles la lámina 1–3 de Jesucristo, y dígales que Él nos quiere mucho y siempre nos ayuda.

  2. Haga que los niños se pongan de pie y canten las siguientes palabras con la música de “Éste era un mono” (Canciones para los niños, pág. 121). Emplee movimientos de agacharse para la primera estrofa y de estirarse para la segunda.

    Una vez yo era un bebito,

    un bebito muy chiquitito.

    Pero alto, alto voy a ser,

    y grande, muy grande he de crecer.

  3. Con anticipación, hable con los padres de los alumnos para conseguir fotografías de cada niño cuando era un bebé o algún juguete pequeño con el que le gustaba jugar. Muéstrelos a la clase y diga de quién es la foto o el juguete. Explíqueles que cuando eran pequeñitos, eran como las fotos los muestran y jugaban con esa clase de juguetes.