Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
Tengo sentimientos


Lección 21

Tengo sentimientos

Objetivo

Que cada alumno reconozca y comprenda mejor las emociones que experimenta y sepa qué hacer para estar contento.

Preparación

  1. Estudie, con la ayuda de la oración, Lucas 15:11–32.

  2. Materiales necesarios:

    1. Una Biblia.

    2. La figura de la cara que sonríe y frunce el ceño (el dibujo se encuentra al final de esta lección).

    3. Tiza y borrador.

    4. Las siguientes láminas: 1–45, de una niña ayudando a lavar los platos; 1–46, de dos niños dándole una flor a la mamá; 1–47, de dos niños peleando; 1–48, de unos niños jugando con bloques; 1–49, del hijo pródigo (“Las bellas artes del Evangelio” 220; 62155).

  3. Haga los preparativos para las Actividades Complementarias que desee llevar a cabo.

Actividades de aprendizaje

Pida a un alumno que ofrezca la primera oración.

Actividad para despertar la atención

Muestre a la clase la figura de la cara que sonríe y frunce el ceño. Después, canten o repitan varias veces la letra de la canción “Sonrisas” (Canciones para los niños, pág. 128); y mientras cantan, dé a los niños la oportunidad de tener la cara en la mano y ponerla del lado de la sonrisa o del ceño fruncido, según lo que estén diciendo.

Si en tu cara enojo hay, lo debes quitar, con una sonrisa tú lo puedes disipar.

El enojo en tu faz nadie quiere ver, tu sonrisa a otros puede muy feliz hacer.

En nuestra cara y en nuestras acciones se refleja lo que sentimos

• ¿Qué sienten ustedes cuando están sonrientes?

• ¿Qué sienten cuando tienen el ceño fruncido?

Dígales que muchas veces los demás saben cómo nos sentimos sólo con mirarnos la cara. Pídales que le muestren sus caritas contentas (alegres).

Actividad

Dibuje en la pizarra cuatro círculos grandes y hágales facciones sencillas que expresen estas emociones: alegría, tristeza, enojo y miedo (vea la ilustración). A medida que vaya dibujando, pregúnteles qué sentimiento expresa la cara que usted dibujó. Después, pídales sucesivamente que le muestren cara de alegría, de tristeza, de enojo y de miedo.

Imagen
different faces

• ¿Qué les hace sentirse contentos (alegres)?

• ¿Qué los pone tristes?

• ¿Qué les hace enojar?

• ¿Qué les da miedo?

Hábleles de algo que le haya hecho sentir tristeza, enojo o miedo y de otra cosa que le haya hecho sentir alegría.

Podemos aprender a controlar nuestras emociones

Explíqueles que es bueno demostrar nuestros diversos sentimientos, pero que debemos demostrarlos de buenas maneras, especialmente cuando estamos enojados.

Muéstreles la lámina 1–47, de los niños peleando.

• ¿Qué creen ustedes que sentirán estos niños?

• ¿Qué se estarán diciendo el uno al otro?

• ¿Qué debemos hacer cuando estamos enojados?

Explíqueles que aunque cuando estamos enojados quizás sintamos deseos de pegar, gritar o lastimar a la otra persona, debemos aprender a demostrar lo que sentimos de manera amable y bondadosa. Si pegamos o gritamos, nos enojaremos aún más; pero si somos amables, eso nos hará sentir mucho mejor.

Actividad

Deje que los niños se turnen para dramatizar lo que muestra la lámina; ayúdeles a pensar en lo que podrían decirse el uno al otro en lugar de pegarse o gritarse; por ejemplo, “¿Me dejas jugar a mí ahora?”; “Una vez tú y otra vez yo”; “No me gusta que me digas esas cosas feas” o “No me gusta que hagas eso”.

Muéstreles la lámina 1–48, de los niños jugando con bloques. Hágales notar que esos niños están muy entretenidos jugando y que tienen caras alegres porque están compartiendo un juego y porque se tratan bien el uno al otro.

• ¿Quién les puede ayudar a sentirse mejor cuando están tristes, enojados o con miedo?

Explíqueles que la mamá, el papá y otras personas mayores pueden ayudarles a entender por qué se sienten así. Y si oramos a nuestro Padre Celestial, el Espíritu Santo nos ayudará a sentirnos bien y también a saber qué hacer para poder estar otra vez contentos.

Actividad

Diga a los niños que se pongan de pie y hagan varias veces el siguiente verso de movimiento:

Lo que yo siento

A veces muy triste yo estoy (poner cara de tristeza),

mi mamá me abraza y feliz me voy (cruzar los brazos como abrazándose y sonreír).

Y otras me siento enojado (poner cara de enojo),

hablo con papá y me voy calmado (poner cara pacífica y asentir con la cabeza).

Y si hay algo que me ha dado miedo (poner cara de asustados),

doy una oración y tranquilo quedo (cruzar los brazos e inclinar la cabeza).

Y después, cuando vaya a jugar,

muy contento otra vez voy a estar (poner cara de alegría).

Cuando ayudamos a otras personas, nos quedamos contentos

Muéstreles la lámina 1–46, de los niños dándole una flor a la mamá.

• ¿Qué creen ustedes que sentirán las personas de esta lámina?

• ¿Por qué sentirán eso?

• ¿Qué sienten ustedes cuando dan algo a otra persona?

Muéstreles la lámina 1–45, de la niña ayudando a lavar los platos.

• ¿Qué está haciendo esta niña?

• ¿Qué sentiría la niña de la lámina? ¿Por qué?

• ¿Qué sienten ustedes cuando ayudan a alguien?

Actividad

Dirija a los niños en el siguiente verso con movimientos:

Ayudar me hace feliz

Me gusta ayudar a mamá (hacer los movimientos de ponerse un delantal),

que tiene mucho que hacer.

Le ayudo a lavar los platos (simular que se está secando platos)

y al bebé doy de comer (hacer como si se le diera la leche a un bebé).

Me gusta ayudar a papá (simular que se pone guantes)

pues tiene que trabajar (hacer movimiento de trabajar con una azada);

le voy a regar las flores (hacer como si se regaran las flores con una regadera)

y las hierbas arrancar (agacharse y hacer el movimiento de arrancar hierbas).

Cuando ayudo soy feliz (señalar la cara sonriente),

y los que ayudo también (seguir con la cara sonriente);

pues si hago algo por otros (extender los brazos hacia los lados),

sólo estoy haciendo el bien (cruzar los brazos y asentir con la cabeza).

El Padre Celestial y Jesús quieren que seamos felices

Explíqueles que el Padre Celestial y Jesucristo quieren que estemos contentos, y que saben que podemos estar contentos si hacemos lo que ellos nos dicen.

Relato

Muéstreles la lámina 1–49, del hijo pródigo, y cuénteles con palabras fáciles de entender la historia que se halla en Lucas 15:11–32. Hábleles sencillamente de los sentimientos que expresaron el padre y sus dos hijos; al mencionar esas emociones, pida a uno de los alumnos que señale en la pizarra la cara que las describa. Por ejemplo, usted podría decir: “Un muchacho quería irse de la casa a un lugar que estaba muy lejos; cuando se fue, el padre se quedó muy triste. Después de un tiempo, todos los amigos abandonaron al muchacho y entonces él se puso triste. Tampoco tenía dinero; y sintió mucho miedo porque no tenía nada para comer y nadie le daba comida…” Y continuar así.

• ¿Qué sentiría el muchacho cuando volvió a casa?

• ¿Por qué se sentía feliz el padre cuando su hijo volvió? (Véase Lucas 15:24.)

• ¿Por qué se enojó el hijo mayor cuando su hermano menor regresó? (Véase Lucas 15:28–30.) ¿Qué podría haber hecho para sentirse contento otra vez?

Testimonio

Asegure a los niños que aunque quisiéramos estar contentos siempre, todos nos sentimos tristes, enojados o asustados en algunos momentos; por eso, debemos aprender a demostrar dichas emociones en la forma apropiada. Repítales que nuestro Padre Celestial y Jesucristo quieren que seamos felices. Testifíqueles lo feliz que se siente usted cuando hace lo que el Padre Celestial y Jesús quieren que hagamos.

Actividades complementarias

Elija algunas de las siguientes actividades para llevar a cabo durante la lección.

  1. Haga que los niños se pongan de pie y formen un círculo; dígales que se queden bien serios. Luego, “empiece” una sonrisa en el círculo sonriendo usted y diciendo: “Le paso una sonrisa a (el nombre de un niño)”; éste tiene que sonreír y repetir la frase, pasando la sonrisa a otro alumno. Continúen así, hasta que todos estén sonriendo.

    Recuérdeles que cuando sonreímos a otras personas, casi siempre ellas también sonríen; y que es muy difícil sentirse triste o asustado o estar enojado cuando se sonríe.

  2. Canten “Cuando ayudamos” (Canciones para los niños, pág. 108) o “Cristo me manda que brille” (Canciones para los niños, pág. 38).

  3. Diga a los niños que piensen en algo que puedan hacer para estar contentos y ser felices; a continuación, tírele a un alumno una bolsita de granos u otro objeto blando y diga: “(El nombre del niño) es feliz cuando ___________”. El niño debe entonces decir lo que pensó que le hace feliz y devolverle la bolsita u objeto. Continúe hasta que todos los alumnos hayan participado en el juego.

  4. Haga a la clase un cuento sobre un niño que deseaba hacer algo para ayudar a su mamá y llevó a cabo alguna tarea del hogar (como limpiar un cuarto de baño, lavar los platos, etc.). La mamá no sabía quién la había ayudado, así que preguntó a todos sus hijos quién lo había hecho. Cuando llegó al niño que había hecho la tarea, se dio cuenta en seguida de que ése era por la gran sonrisa que tenía; él no podía contener la sonrisa, pues se sentía muy feliz de haber hecho algo bueno.

Otras actividades para los niños más pequeños

  1. Dirija a los niños en los movimientos correspondientes, mientras usted les dice el siguiente versito. Repítalo, si a los niños les gusta.

    Días felices

    Dos ojos para ver todo lo bueno (señalarse los ojos),

    dos labios para alegre sonreír (hacer una gran sonrisa);

    dos manos para ayudar a otros (levantar las manos y moverlas de un lado a otro);

    dos oídos con los que puedo oír (poner las manos ahuecadas junto a las orejas).

    Una lengua para hablar cosas bonitas (señalarse la boca);

    un corazón para poder amar (ponerse las manos sobre el corazón);

    dos pies que corren muy veloces (señalarse los pies),

    y días felices para poder jugar (sonreír nuevamente).

  2. Canten “Si te sientes feliz” (Canciones para los niños, pág. 125) haciendo los movimientos que indica la letra. Repítanla con otras frases como las que se sugieren al pie de la página en el libro de canciones.

  3. Dirija a los niños para que pongan una cara alegre, una cara triste, una cara enojada y una cara cansada. Explíqueles que, en lugar de llorar o ponerse fastidiosos, ellos pueden decir lo que sientan, y que cuando hablamos de lo que sentimos, eso nos hace bien y nos tranquiliza.