Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
Debo ser reverente


Lección 38

Debo ser reverente

Objetivo

Que los niños aprendan que el ser reverente es una manera de demostrar amor hacia nuestro Padre Celestial y Jesucristo.

Preparación

  1. Estudie, con la ayuda de la oración, Éxodo 3:1–10.

  2. Materiales necesarios:

    1. Una Biblia.

    2. Las siguientes láminas: 1–19, “Jesús y los niños” (“Las bellas artes del Evangelio” 216; 62467); 1–66, “Moisés en la zarza ardiente” (“Las bellas artes del Evangelio” 107; 62239); 1–67, de una clase reverente.

  3. Haga los preparativos para las Actividades Complementarias que desee llevar a cabo.

Actividades de aprendizaje

Pida a un alumno que ofrezca la primera oración.

Actividad para despertar la atención

Diga a los niños que crucen los brazos y se sienten en silencio mientras usted les canta “Con quietud” (Canciones para los niños, pág. 11). Si ellos conocen la canción, diríjalos para que canten con usted.

Con quietud pensaré reverente en ti, Señor.

Con quietud cantaré reverente a ti loor.

Con quietud y humildad pido en oración,

tu Espíritu haz morar en mi corazón.

Cuando termine, agradézcales la reverencia con que se han comportado.

Debemos ser reverentes en la Iglesia

Muéstreles la lámina 1–67, de una clase reverente.

• ¿Dónde están estos niños?

• ¿Qué están haciendo?

• ¿En qué creen ustedes que están pensando los niños?

• ¿Cómo se comportan ustedes en la Primaria?

Explíqueles que cuando vamos a la Iglesia, debemos portarnos de una manera a la que se le llama “ser reverentes”.

Haga que los niños repitan varias veces la palabra reverente.

• ¿Qué creen ustedes que quiere decir ser reverente?

Explíqueles que ser reverente quiere decir hacer cosas que demuestran el respeto que sentimos hacia nuestro Padre Celestial y Jesús; y que demostramos ese amor por Ellos haciendo lo siguiente (dirija a los niños para que representen con acciones lo que usted les vaya mencionando):

  • Caminar sin hacer ruido y hablar en voz baja.

  • Sentarse callado y quieto, y escuchar lo que se diga en las oraciones y las lecciones.

  • Levantar la mano cuando se quiere decir algo.

  • Cruzar los brazos, para estar más quietos.

  • Mantener limpio y ordenado el centro de reuniones.

Dígales que cuando hacemos esas cosas, nuestro Padre Celestial y Jesús saben que los amamos y que nos sentimos felices de estar en la Iglesia.

Actividad

Dirija a los niños para que repitan la letra de la canción “Reverencia mostraré” (Canciones para los niños, pág. 13). Repítala hasta que la aprendan o tantas veces como lo desee.

Oh Padre Celestial,

reverencia mostraré

en tu casa al entrar,

y junto a ti estaré.

• ¿Por qué debemos ser reverentes en la Primaria?

Hágales notar que cuando somos reverentes, escuchamos mejor a los maestros y aprendemos sobre nuestro Padre Celestial y Jesús; además, con nuestro ejemplo enseñamos a otros a ser reverentes también.

• ¿En qué edificio estamos ahora? (¿Cómo se llama este lugar donde estamos?)

• ¿De quién es la casa donde tenemos las reuniones de la Iglesia?

Explíqueles que el centro de reuniones (sea una casa o un edificio con una capilla) pertenece a nuestro Padre Celestial y a Jesús, y que es un lugar donde aprendemos a conocerlos y donde se nos enseña lo que Ellos quieren que hagamos.

Actividad

Lleve a cabo con los niños el siguiente verso acompañado de movimientos con los dedos. Improvise los movimientos que representen las partes de un centro de reuniones.

El centro de reuniones

Estas son las altas paredes

con puertas que nos invitan a entrar;

aquí está el techo que cubre la casa

y las ventanas que dejan la luz pasar.

Aquí venimos a cantar y a orar (cruzar los brazos e inclinar la cabeza)

y en este lugar se siente el amor (ponerse las manos sobre el corazón);

por eso esta casa queremos cuidar (extender los brazos hacia los lados)

y por ella dar las gracias al Señor (cruzar los brazos e inclinar la cabeza).

• ¿Cuáles son algunas de las cosas que debemos hacer en el centro de reuniones?

• ¿Cuáles son algunas de las cosas que no debemos hacer en el centro de reuniones?

Ayúdeles a comprender que hay ciertos lugares de ese edificio y ciertos momentos en los cuales se puede correr o jugar, pero que en casi todas partes (especialmente en la capilla) y todos los domingos debemos ser reverentes. Haga hincapié en que, además de permanecer sentados y en silencio durante la Primaria y en la capilla, debemos siempre caminar por los pasillos sin hacer ruido.

Actividad

Repita la letra de “Mis inquietos piececitos” (Children’s Songbook, pág. 270), que está a continuación, mientras dirige a los niños para que caminen callados alrededor de la sala, cuidando de no hacer ruido con los zapatos.

Mis inquietos piececitos

rápidos y alegres son;

con ellos brinco y juego

y a todos lados voy.

Pero en la iglesia saben

tan suavemente andar

que, aunque vayan caminando,

nadie los oye pasar.

• ¿Qué hacen con los pies en los pasillos de la Iglesia? ¿Y en la capilla? ¿Y en la clase?

• ¿Qué hacen con las manos?

• ¿Cómo hablan en la Iglesia?

Podemos tener sentimientos reverentes

Muéstreles la lámina 1–19, de Cristo con los niños, y exprese lo que usted siente al pensar en Jesucristo y en el amor que Él nos tiene. Explíqueles que esos son sentimientos reverentes; anímelos para que expresen ellos lo que sientan por Jesús.

Relato

Muéstreles la lámina 1–66, de Moisés y la zarza ardiente y cuénteles con palabras muy sencillas el relato que se encuentra en Éxodo 3:1–10. Haga hincapié en los sentimientos de reverencia que Moisés debe de haber experimentado cuando el Señor le habló desde la zarza (arbusto) ardiente y lo llamó para que sacara al pueblo de Israel de Egipto. Léales estas palabras del versículo 5 y explíqueles lo que quieren decir: “Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”.

• ¿Por qué se sacó Moisés los zapatos?

Explíqueles que ésa era una manera de ser reverente, pero hágales comprender que no tenemos que quitarnos los zapatos para demostrar reverencia, sino que hay muchas otras formas de ser reverentes.

• ¿Cómo pueden ustedes ser reverentes?

Somos reverentes en casa también

Diga a los alumnos que la Iglesia no es el único lugar donde debemos ser reverentes.

• ¿Qué hacen ustedes en su casa cuando alguien está dando una oración?

• ¿Qué hacen durante la noche de hogar?

Testimonio

Exprese el amor que usted siente por su Padre Celestial y Jesucristo y su gratitud por poder demostrarles ese amor siendo reverente. Anime a los niños para que ellos también lo hagan por medio de la reverencia en la Primaria y en la reunión sacramental, y durante las oraciones familiares y la noche de hogar en su casa.

Actividades complementarias

Elija algunas de las siguientes actividades para llevar a cabo durante la lección.

  1. Si es posible, lleve a los niños a hacer un recorrido reverente por los pasillos del centro de reuniones y, si no hay ninguna reunión, llévelos a la capilla. Cuando regresen a la sala de clase, elógielos por haber sido reverentes y hable con ellos sobre la forma en que la reverencia que demostraron ayudó a otras personas a ser reverentes en sus propias clases.

  2. Cante o repita la letra de la canción “Reverencia mostraré” (Canciones para los niños, pág. 13).

  3. Prepare de antemano hojas de papel, una para cada niño, con el verso “Mis inquietos piececitos” (que aparece en esta lección) escrito en cada una. En la clase, trace en las hojas la forma de los pies de cada alumno y déjelos colorearlas y llevarlas a su casa.

  4. Haga que los niños se turnen para demostrar alguna forma de ser reverentes en la clase, por ejemplo, estar sentado en silencio, cruzar los brazos, levantar la mano para contestar una pregunta, etc. Hable con ellos de la razón por la que debemos ser reverentes en la casa de nuestro Padre Celestial.

  5. Diríjalos para que repitan las palabras de uno o de los dos versos siguientes, improvisando movimientos que correspondan a la letra:

    Las abrimos, las cerramos (las manos)

    Las abrimos, las cerramos,

    las abrimos, las cerramos

    y un golpecito damos.

    Las abrimos, las cerramos,

    las abrimos, las cerramos,

    y en la falda las dejamos.

    Sacudo las manos

    Sacudo las manos,

    las hago golpear;

    luego, en remolino,

    las pongo a girar.

    Levanto las manos,

    las vuelvo a bajar;

    después, en la falda

    las voy a dejar.

    Descanso los pies

    y me quedo quieto;

    y en esta silla

    derecho me siento.

    Bajo la cabeza

    y los ojos cierro;

    para la oración

    me quedo en silencio.

Otras actividades para los niños más pequeños

  1. Diga a los niños que cierren los ojos y que levanten la mano si oyen un ruido; luego, deje caer una moneda o botón sobre una mesa o en el suelo. Después (sin que ellos vean), envuelva la moneda o el botón en un trocito de tela o en un pañuelo pequeño; hágales cerrar los ojos de nuevo y dígales que escuchen con atención y que levanten la mano si oyen un ruido; deje caer el objeto (envuelto) nuevamente. Explíqueles que si escuchamos con atención, oiremos muchas cosas interesantes; por eso, es muy importante ser reverentes y escuchar para aprender.