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Bendecir a los enfermos


“Bendecir a los enfermos”, Ordenanzas y bendiciones del sacerdocio (2018).

“Bendecir a los enfermos”, Ordenanzas y bendiciones del sacerdocio.

Bendecir a los enfermos

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un hombre bendice a una mujer

Pautas generales

Solamente los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec pueden bendecir a los enfermos o afligidos. Por lo general, dos o más poseedores del sacerdocio bendicen a los enfermos, aunque uno solo puede efectuar solo tanto la unción como el sellamiento, si es necesario. Si no se dispone de aceite consagrado, se puede dar una bendición sin la unción en virtud de la autoridad del sacerdocio.

Los padres que poseen el Sacerdocio de Melquisedec normalmente deben bendecir a los miembros de su familia que estén enfermos.

Los hermanos deben bendecir a los enfermos a solicitud de la persona enferma o de aquellos a quienes les incumba principalmente la salud de esta, a fin de que la bendición se reciba de acuerdo con su fe (véanse Doctrina y Convenios 24:13–14; 42:43–44, 48–52). Los poseedores del sacerdocio de Melquisedec que visiten hospitales no deben solicitar oportunidades de bendecir a los enfermos.

Si una persona solicita más de una bendición para la misma enfermedad, el poseedor del sacerdocio no tiene que ungir con aceite después de la primera bendición. En lugar de ello, da la bendición imponiendo las manos y por la autoridad del sacerdocio.

La bendición de los enfermos consta de dos partes: la unción con aceite y el sellamiento de la unción.

Ungir con aceite

La unción la lleva a cabo un poseedor del Sacerdocio de Melquisedec. El poseedor del sacerdocio:

  1. Vierte una gota de aceite consagrado sobre la cabeza de la persona.

  2. Pone las manos levemente sobre la cabeza de la persona y la llama por su nombre completo.

  3. Declara que actúa por la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec.

  4. Declara que unge con aceite que ha sido consagrado para ungir y bendecir a los enfermos y afligidos.

  5. Termina en el nombre de Jesucristo.

Sellar la unción

Normalmente, dos o más poseedores del Sacerdocio de Melquisedec ponen las manos levemente sobre la cabeza de la persona. El que sella la unción:

  1. Llama a la persona por su nombre completo.

  2. Declara que sella la unción por la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec.

  3. Pronuncia palabras de bendición de acuerdo con lo que le indique el Espíritu.

  4. Termina en el nombre de Jesucristo