Escuela Dominical: Doctrina del Evangelio
‘Jehová mira el corazón’


Lección 22

“Jehová mira el corazón”

1 Samuel 9–11; 13; 15–17

Objetivo

Animar a los miembros de la clase a confiar en el Señor y no en su propia prudencia.

Preparación

  1. Estudie los siguientes pasajes de las Escrituras y ore al respecto:

    1. 1 Samuel 9–11. Saúl busca la guía de Samuel (9:1–14, 18–24). El Señor revela a éste que Saúl debe ser el rey (9:15–17). Samuel aconseja a Saúl y lo unge como primer rey de Israel (9:25–27; 10:1–8). Saúl renace espiritualmente y profetiza (10:9–13). Samuel presenta a Saúl ante los del pueblo (10:17–27). En una batalla contra los amonitas, Saúl conduce a Israel a la victoria (11:1–11). Rehúsa castigar a los hombres que dudaron de su capacidad para dirigir al pueblo (11:12–15).

    2. 1 Samuel 13:1–14. Saúl ofrece un holocausto sin poseer la debida autoridad.

    3. 1 Samuel 15. Se manda a Saúl destruir a los amalecitas y todas sus pertenencias, pero él guarda algunos de sus animales para ofrecerlos como sacrificio (15:1–9). El Señor rechaza a Saúl como rey y Samuel le explica a éste que la obediencia es mejor que los sacrificios (15:10–35).

    4. 1 Samuel 16. El Señor escoge a David, un joven pastor, para que suceda a Saúl en el trono (16:1–13). El Espíritu Santo se aleja de Saúl y un espíritu malo se apodera de él (16:14–16; adviértase que la Traducción de José Smith corrige estos versículos para demostrar que el espíritu malo no era de parte de Dios). Saúl escoge a David para que toque el arpa y sea su paje de armas (16:17–23).

    5. 1 Samuel 17. David mata a Goliat con la fuerza del Señor.

  2. Lectura complementaria: 1 Samuel 12; 14.

  3. Si lo desea, pida a uno de los miembros de la clase que prepare un resumen del relato de cuando el Señor escoge a David para que sea rey (1 Samuel 16:1–13) y a otro, que prepare un resumen del relato de cuando David mata a Goliat (1 Samuel 17:1–54).

  4. Si utiliza cualquiera de las actividades para despertar la atención, escriba el siguiente pasaje de las Escrituras en la pizarra o en un cartel: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5–6). Si va a utilizar la primera actividad, escoja una palabra de la Guía para el Estudio de las Escrituras, cuyo significado los miembros de la clase desconozcan o con la cual no estén muy familiarizados, como por ejemplo, seol, Magog, publicano, etc. Escriba esa palabra en la pizarra o en el cartel.

  5. Si lo cree conveniente y tiene a su disposición los siguientes materiales audiovisuales, utilícelos como parte de la lección:

    1. “ ‘El Señor… me ha librado’ ”, un segmento de cuatro minutos acerca de David, de las Presentaciones en video sobre el Antiguo Testamento (53224 002).

    2. La lámina de David mata a Goliat (62073; Las bellas artes del Evangelio 112).

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Actividad para despertar la atención

Si lo desea, utilice una de las actividades siguientes (o una de su preferencia) para comenzar la lección. Escoja la actividad que sea más apropiada para su clase.

  1. Muestre a los miembros de la clase la palabra poco común que haya escrito en la pizarra o en el cartel (véase la sección “Preparación”). Pida a los miembros de la clase que traten de adivinar la definición de esa palabra. Después de algunas tentativas de los miembros por adivinar qué quiere decir, pídales que busquen la definición correcta en la Guía para el Estudio de las Escrituras.

    Explique que adivinar la definición de una palabra desconocida es como tomar decisiones basándonos solamente en nuestra propia comprensión. Ponga a la vista el pasaje de Proverbios 3:5–6. Haga hincapié en que, de la misma forma en que buscamos una buena fuente de información para aprender la definición correcta de una palabra, debemos confiar en el Señor y averiguar cuál es Su voluntad para tomar decisiones correctas en nuestra vida. En esta lección se establece un contraste entre la conducta de dos hombres, Saúl y David, para enseñar la importancia del confiar en el Señor y buscar Su guía cuando tomemos decisiones.

  2. Pida a los miembros de la clase que comenten sobre algunas de las decisiones importantes que hayan tomado últimamente. Pregúnteles qué les ha ayudado a tomar esas decisiones.

    Ponga a la vista el pasaje de Proverbios 3:5–6 (si lo desea, pida a los miembros de la clase que procuren aprenderlo de memoria). Explique a la clase que en esta lección se comparan las experiencias de dos hombres, Saúl y David, para enseñar la importancia del confiar en el Señor y buscar Su guía cuando tomemos decisiones.

Análisis de las Escrituras y conceptos para poner en práctica

Al enseñar los siguientes pasajes de las Escrituras, analice la forma en que se podrían poner en práctica en el diario vivir. Aliente a los miembros de la clase a relatar experiencias que se relacionen con los principios de las Escrituras. Como sería imposible hacer todas las preguntas o tratar en detalle todas las partes de la lección, ore para escoger el material que satisfaga mejor las necesidades de los miembros de la clase. Por ejemplo, si desea concentrar su lección en David y Goliat, dedique menos tiempo a analizar la vida de Saúl.

1. Saúl busca la guía de Samuel y es ungido como rey.

Enseñe 1 Samuel 9–11 y analícelo con la clase.

• Los israelitas deseaban tener un rey como tenían el resto de las naciones que los rodeaban. Cediendo al deseo de los israelitas, el Señor le dijo a Samuel que ungiera a Saúl como primer rey de Israel. Saúl era “joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él” (1 Samuel 9:2). [La hermosura de Saúl no sólo era física sino también espiritual.] ¿Qué hizo Saúl antes de ser ungido rey y poco después de serlo que demostró sus buenos atributos?

  1. Buscó con diligencia las asnas de su padre (1 Samuel 9:3–4).

  2. Estuvo dispuesto a escuchar y seguir los sabios consejos del criado de su padre (1 Samuel 9:5–10).

  3. Confió en el profeta Samuel y estableció una relación con él (1 Samuel 9:18–25).

  4. Fue humilde (1 Samuel 9:20–21).

  5. Renació espiritualmente y profetizó (1 Samuel 10:6–10).

  6. Perdonó a quienes lo habían criticado (1 Samuel 11:11–13).

  7. Reconoció la ayuda del Señor en la victoria de Israel sobre los amonitas (1 Samuel 11:13).

2. Saúl ofrece un holocausto sin poseer la debida autoridad.

Enseñe 1 Samuel 13:1–14 y analícelo con la clase.

• Dos años después de haber sido Saúl ungido como rey, los filisteos reunieron un poderoso ejército para pelear contra Israel. Los hombres de Saúl tuvieron tanto miedo que muchos se escondieron y desertaron. ¿Por qué deseaba Saúl que el profeta Samuel fuera en ese momento hasta dónde él se encontraba? (Véase 1 Samuel 13:7–8. Saúl deseaba que Samuel ofreciera un holocausto al Señor para bien de su pueblo.) ¿Qué hizo Saúl cuando Samuel se demoró y no llegó cuando él lo esperaba? (Véase 1 Samuel 13:9. Saúl ofreció él mismo el holocausto aun cuando no poseía la autoridad del sacerdocio para hacerlo.)

El élder James E. Talmage escribió: “Saúl mismo preparó el holocausto, olvidándose de que aunque ocupaba el trono, lucía la corona y portaba el cetro, estas insignias de poder real ningún derecho le daban para oficiar… en el Sacerdocio de Dios; y por éste y otros ejemplos de su injusta presunción, Dios lo rechazó y fue puesto otro rey en su lugar” (Los Artículos de Fe, pág. 205).

• ¿Cuál fue la reacción de Samuel al ver que Saúl había ofrecido un holocausto sin poseer la debida autoridad? (Véase 1 Samuel 13:10–14.)

• El que Saúl ofreciera un holocausto sin poseer la debida autoridad para hacerlo, ¿qué dice de él? (Que ya no era más un “un varón conforme a[l]… corazón [del Señor]” [1 Samuel 13:14]. Se había vuelto impaciente, no confiaba en el Señor ni le obedecía. Además, su presunción de poseer la debida autoridad para ofrecer sacrificios demuestra que él tenía una opinión exagerada de su poder y de su importancia.) ¿En qué formas nos impacientamos a veces con el Señor o con Sus siervos? ¿Cuáles podrían ser las consecuencias de esa impaciencia?

¿Cómo llegamos a confiar plenamente en el Señor?

3. Saúl desobedece al Señor en la batalla contra los amalecitas y se le rechaza como rey.

Enseñe 1 Samuel 15 y analícelo con la clase.

• ¿Qué le mandó el Señor a Saúl que hiciera con los amalecitas? (Véase 1 Samuel 15:1–3.) ¿Qué hizo Saúl en cambio? (Véase 1 Samuel 15:4–9.) ¿Qué revela sobre él su forma de actuar? (Véase 1 Samuel 15:11. En lugar de hacer la voluntad del Señor, él hizo lo que le pareció más conveniente.)

• ¿Cómo trató de justificar Saúl su desobediencia al no haber matado los animales mejores de los amalecitas? (Véase 1 Samuel 15:13–15, 20–21, 24. Él culpó a su gente de haber deseado salvar los animales.) De acuerdo con Saúl, ¿por qué su pueblo perdonó lo mejor de los animales de los amalecitas? (Véase 1 Samuel 15:15, 21.) ¿En qué forma tratamos a veces de justificar el desobedecer al Señor? (Nos justificamos diciéndonos: “Es un pecado chiquito”, “yo obedezco el espíritu de la ley en lugar de la letra de la ley”, “no le hago mal a nadie”, “sólo por esta vez”, “otras personas también lo hacen” o “ese mandamiento no tiene nada que ver conmigo”.) ¿Cómo podemos vencer la tendencia a excusar o justificar nuestros pecados?

• ¿Qué respondió Samuel cuando Saúl le explicó por qué no había destruido los animales de los amalecitas? (Véase 1 Samuel 15:22.) ¿En qué forma se aplican a nosotros las palabras de Samuel?

• Al reprender a Saúl por su obstinación y por rechazar la palabra del Señor, Samuel le dijo que “como… idolatría [es] la obstinación” (1 Samuel 15:23). ¿Por qué es la obstinación como una idolatría? ¿Cuáles fueron las consecuencias del convertirse Saúl en una persona obstinada y rebelde? (Véase 1 Samuel 15:23, 26, 28.) ¿De qué manera somos en ocasiones obstinados y rebeldes? ¿Cuáles son las consecuencias de nuestra obstinación y nuestra rebeldía? ¿Qué podemos hacer para darnos cuenta de esas actitudes y vencerlas?

4. El Señor escoge a David como rey.

Enseñe 1 Samuel 16 y analícelo con la clase. Si lo desea, pida a la persona a la que haya asignado con anterioridad que haga un breve resumen de ese relato. Explique que, a pesar de que Samuel ungió a David como rey, David no sucedió en el trono a Saúl sino hasta que éste murió varios años más tarde.

• ¿Qué aprendió Samuel mientras trataba de determinar cuál de los hijos de Isaí debía suceder a Saúl como rey? (Véase 1 Samuel 16:6–7.) ¿De qué manera se asemeja la forma en que el Señor escogió a David con la forma en que Él escoge a Sus líderes en la actualidad? ¿Qué nos enseña lo que dice en 1 Samuel 16:7 acerca de la forma en que el Señor nos conceptúa? ¿Qué busca el Señor en nuestro corazón?

El élder Marvin J. Ashton dijo:

“Tendemos a evaluar a los demás según su apariencia física o exterior: si la persona es o no apuesta, su condición social, su abolengo, los títulos que posee o su situación económica.

“Sin embargo, el Señor tiene una norma diferente para evaluar a las personas… Cuando el Señor mide a una persona, no le coloca una cinta métrica alrededor de la cabeza para determinar su capacidad mental, ni alrededor del pecho para saber si es fuerte, sino que le mide el corazón, lo que le indica la capacidad y el potencial que tiene esa persona para bendecir a sus semejantes” (“La medida de nuestro corazón”, Liahona, enero de 1989, pág. 16).

• ¿Por qué es importante que, en nuestra relación con los demás, veamos más allá de su apariencia física y miremos en cambio el corazón de la gente?

¿Cómo podemos mejorar nuestra capacidad y obligación de hacer eso?

• Por haber sido Saúl desobediente, el Espíritu del Señor se alejó de él (1 Samuel 16:14). ¿Qué hizo Saúl para procurar alivio del espíritu malo que se había apoderado de él? (Véase 1 Samuel 16:15–23.) ¿Qué fuentes exteriores buscan las personas en la actualidad para aliviarse de sus pecados? ¿Qué desea el Señor que hagamos para buscar alivio de nuestros pecados? (Véase Mateo 11:28–30; D. y C. 58:42.)

• ¿Qué atributos poseía David que lo hacían merecedor de ser líder? (Véase 1 Samuel 16:18.)

5. David mata a Goliat con la fuerza del Señor.

Enseñe 1 Samuel 17 y analícelo con la clase. Si lo desea, pida al miembro de la clase al que haya asignado de antemano que haga un breve resumen de este relato.

• ¿Qué podían perder o ganar los israelitas en su lucha contra Goliat? (Véase 1 Samuel 17:8–9.) ¿Por qué tenían miedo Saúl y su ejército de pelear contra Goliat? (Véase 1 Samuel 17:4–11. Ellos no creían poder vencerlo debido al tamaño que tenía Goliat, a su fuerza, a su armadura y a las armas que poseía.)

• ¿Cómo adquirió David la valentía para pelear contra Goliat? (Véase 1 Samuel 17:32–37, 45–47. David se había dado cuenta de que el Señor lo había salvado de un león y de un oso mientras cuidaba las ovejas de su padre y confiaba en que el Señor le ayudaría a pelear contra Goliat.)

• ¿Qué dijo Goliat cuando vio que David se acercaba para pelear con él? (Véase 1 Samuel 17:42–44.) ¿Qué le contestó David? (Véase 1 Samuel 17:45–47.)

¿En qué forma puede ayudarnos el recordar la respuesta de David cuando alguien se burla de nosotros o nos amenaza?

• Las victorias que tuvo sobre el león y el oso en su juventud prepararon a David para la gran prueba de enfrentarse a Goliat. ¿Qué pruebas podríamos enfrentar ahora que nos preparen para oponernos a otras aún mayores? ¿En qué forma influye nuestra reacción ante esas pruebas en la capacidad que tengamos para combatir los Goliats que puedan aparecer más adelante? Testifique que, a medida que vayamos venciendo los leones y los osos que aparezcan en nuestra vida, iremos adquiriendo la confianza, el carácter y la fe para vencer a nuestros Goliats.

• ¿Qué Goliats enfrentamos en la actualidad? ¿Qué aprendemos de David sobre la forma de vencerlos? (Véase 1 Samuel 17:45; Efesios 6:11–18.) ¿De qué manera les ha ayudado el Señor a vencer los Goliats que han tenido que enfrentar? El presidente Gordon B. Hinckley dijo:

“Hay Goliats alrededor, enormes gigantes con la mala intención de destruiros. No son hombres de casi tres metros de altura, sino que son los atractivos pero malignos elementos que pueden acometeros, debilitaros y destruiros. Entre ellos se cuentan la cerveza, los licores y el tabaco. Aquellos que promueven su consumo quisieran esclavizaros en el uso de sus productos. Hay drogas de diversas clases que, se me ha dicho, son relativamente fáciles de conseguir en muchas escuelas secundarias. Para los que las venden, es un negocio que les reporta millones de dólares, una red gigante de iniquidad. Está la pornografía, seductora, tentadora y provocativa, que ha llegado a ser una industria gigante que produce revistas, filmes y otros materiales destinados a quitaros el dinero y a conduciros a actividades que os destruirán.

“Los gigantes que se esconden tras esas caretas son formidables y hábiles. Han obtenido una vasta experiencia en la guerra que sostienen. A ellos les gustaría seduciros.

“Es casi imposible evitar sus productos por completo, pues se ven por todas partes. Pero no tenéis que temer si tenéis la honda de la verdad en vuestras manos. Habéis recibido enseñanzas y consejos. Tenéis en vuestro poder la piedra de la virtud, el honor y la integridad para usar en contra de esos enemigos que quisieran conquistaros. Pero vosotros sí podéis ‘herirlos en la frente’, hablando en lenguaje figurado. Podéis triunfar sobre ellos disciplinándoos para evitarlos. Podéis decirles a todos ellos, como David a Goliat: ‘Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado’.

“La victoria será vuestra… tenéis Su poder dentro de vosotros para sosteneros. Podéis tener ángeles ministrantes a vuestro lado que os protejan. No permitáis que Goliat alguno os atemorice. Manteneos firmes y no perdáis terreno, y saldréis triunfantes” (“Venzamos a los Goliats en nuestra vida”, Liahona, julio de 1983, pág. 74).

Conclusión

Anime a los miembros de la clase a confiar en el Señor y a obedecerle. Prométales que si lo hacen se fortalecerán y tendrán la promesa del Señor de ayudarlos a vencer a los Goliats personales. Recuerde a los miembros de la clase que el Señor mira nuestro corazón y no nuestra posición económica o social o la forma en que nos adaptemos a las normas populares.

Otros conceptos didácticos

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.

1. La justificación del pecado

La siguiente cita del élder Spencer W. Kimball le puede ayudar al hablar sobre la desobediencia de Saúl concerniente a los amalecitas:

“Saúl se justificó. Le fue fácil obedecer la forma de deshacerse de los reyes, puesto que ¿qué provecho se podía sacar de los reyes conquistados? Pero ¿por qué no conservar los carneros y las vacas? ¿No era su juicio real acaso superior al del humilde Samuel?…

“Muchos son los que se parecen a Saúl en el Israel de la actualidad. Hay personas que obedecerán parte de lo revelado por el Señor en cuanto a la salud, pero de vez en cuando no pueden resistir una [taza] de café; también las hay quienes no fumarán ni tomarán bebidas alcohólicas, pues no se sienten atraídas por esas cosas, pero no encuentran que sea demasiado malo alguna que otra taza de té de vez en cuando.

“Sabemos que hay quienes sirven en un cargo en la Iglesia dado que ello les brinda una actividad que les gusta y les ofrece el reconocimiento que tanto les apetece… mas justifican el no pagar sus diezmos, lo cual hallan muy difícil de cumplir. Dicen que no les alcanza el dinero… No están seguros de que se emplee ese dinero de la manera en que ellos lo harían, y después de todo, ¿quién se enterará de que no lo pagan?

“Hay personas que asistirán a algunas reuniones, pero al igual que Saúl, justificarán su ausencia de otras. ¿Por qué motivo se va a privar de [ver] un evento deportivo en la televisión, ver una película, ir de compras o tener actividades recreativas como se hace cualquier otro día?

“Otros cumplirán incuestionablemente con sus deberes para con la Iglesia, pero por otro lado harán caso omiso de las necesidades de la familia, rara vez tendrán sus oraciones familiares y demás.

“Así era Saúl. Estaba dispuesto a hacer ciertas cosas indispensables, pero era diestro en encontrar coartadas para aquellas que contravenían sus deseos” (en “Conference Report”, octubre de 1954, pág. 51; citado en El Antiguo Testamento, Suplemento del maestro del curso de Doctrina del Evangelio [PCSS56QASP], págs. 63–64).

2. Cómo vencer a nuestros Goliats

Corte un trozo de cordel de 3 metros de largo, la altura que tenía aproximadamente Goliat. Lleve a la clase el cordel, cinta engomada, varias hojas de papel y un marcador (rotulador). Asegure el cordel a la pared en forma vertical sujetándolo en los dos extremos con la cinta engomada (si la pared no fuera tan alta siga por el piso con el resto del cordel). Diga a los miembros de la clase que el cordel representa a Goliat. Pídales que nombren cosas que podrían ser peligrosas para ellos (entre las respuestas se podrían nombrar el orgullo, la pornografía, los celos y las drogas). Escriba cada peligro en una hoja de papel y sujétela con cinta engomada a la pared, sobre el cordel. Cubra el cordel de arriba abajo.

Explique que necesitamos armas para derrotar a Goliat. Pida a los miembros de la clase que nombren armas con las cuales podríamos vencer a Goliat (entre las respuestas se podrían nombrar el confiar en el Señor, la oración, el estudio de las Escrituras, el aprendizaje de la verdad, el ser moralmente puros y el escoger buenos amigos.) A medida que los miembros de la clase vayan mencionando cada una de las armas, vaya sacando una hoja de papel y la cinta engomada que sujete el cordel a la pared. Deje que el cordel se vaya cayendo sobre la hoja de papel que esté debajo. Una vez que haya quitado todas las hojas de papel, el cordel caerá al piso y el Goliat será vencido.