Actividad física

“Den al cuerpo con regularidad el ejercicio que precisa y que se merece. Si son físicamente capaces, decidan hoy mismo ser el dueño de su propia casa e inicien un programa de ejercicio a largo plazo y habitual, adecuado a sus posibilidades y combinado con una dieta más sana. La confianza espiritual aumenta cuando su espíritu, con la ayuda del Salvador, está verdaderamente al mando de su hombre natural”

—Jörg Klebingat, “Acerquémonos al trono de Dios con confianza”, , noviembre de 2014, pág. 35.

La actividad física no tiene que ser correr, levantar pesas u otras formas de ejercicio tradicionales. Puede beneficiarse de cualquier actividad que lo haga moverse y que aumente su ritmo cardíaco. A medida que trabaje para mejorar su salud física y estado de acondicionamiento, será más capaz de servir a otros y de hacer la obra del Señor en su misión.

Intente esto

Comprométase con su tiempo de actividad física plenamente cada mañana por una semana y vea como se siente. Escriba en su diario sobre su experiencia y cualquier diferencia que pueda haber notado, como en su salud mental, niveles de energía, manejo del estrés, enfoque y sueño.

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