“Mosíah 14–16: Redimidos por el Señor Jesucristo”, El Libro de Mormón: Manual del maestro, 2024
“Mosíah 14–16”, El Libro de Mormón: Manual del maestro
Mosíah 14–16
Redimidos por el Señor Jesucristo
Aunque el rey Noé estaba listo para matarlo, Abinadí sabía que Dios le permitiría terminar de dar el mensaje para el que había sido enviado. Noé y sus sacerdotes necesitaban escuchar el mensaje de que Dios llama a todos los profetas a enseñar que Jesucristo es nuestro Redentor. Esta lección puede ayudarte a reconocer la importancia de saber que Jesucristo es el único que puede redimirnos del pecado y de la muerte.
Hablar, regocijarse y predicar de Cristo. Busque verdades acerca de Jesucristo e invite a los alumnos a compartir su testimonio de Él. Esto permite que el Espíritu Santo lleve un testimonio del Salvador “al corazón” de los alumnos (2 Nefi 33:1). Ese testimonio puede ayudarlos a reconocer a Jesucristo como la “fuente [a la que] han de acudir para la remisión de sus pecados” y profundizar su conversión a Él (2 Nefi 25:26).
Preparación del alumno: Invite a los alumnos a meditar en cuáles de las funciones y los títulos de Jesucristo son más significativos para ellos y por qué.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Las funciones y los títulos de Jesucristo
Cada uno de los muchos títulos y funciones de Jesucristo puede tener un significado especial para nosotros en ciertos momentos de nuestra vida. Por ejemplo, podríamos identificarnos bien con Jesucristo como “el Señor, el Dios Todopoderoso” (Mosíah 11:23) cuando necesitamos la ayuda que solo Él puede dar.
Dedica un minuto a hacer una lista de los títulos de Jesucristo que figuran en las Escrituras y que nos enseñan acerca de Él.
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¿Sobre cuál de los muchos títulos de Jesús crees que resultaría útil saber más? ¿Por qué?
Invite a los alumnos a leer Mosíah 13:33 y 16:15 para localizar más títulos de Jesucristo y lo que solo Él podía hacer.
Jesucristo, nuestro Redentor
El mensaje de Abinadí al rey Noé y a los sacerdotes se centró en Jesucristo. Abinadí enseñó esta verdad: Solo podemos ser salvos mediante la redención de Jesucristo (véanse Mosíah 13:33; 16:15). Al estudiar las palabras de Abinadí, busca lo que puedes aprender acerca de Jesucristo basándote en Su función como nuestro Redentor.
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
Entre los títulos más significativos que describen a Jesucristo está el de Redentor […]; la palabra redimir significa saldar una obligación o una deuda. Redimir también puede querer decir rescatar o liberar, como cuando se paga un rescate. Cuando alguien comete un error y luego lo corrige o remedia, decimos que se ha redimido. Cada uno de estos significados sugieren diferentes aspectos de la gran Redención que realizó Jesucristo con Su expiación, la cual incluye, según el diccionario, “librar del pecado y sus castigos mediante un sacrificio que se realiza a favor del pecador” (véase D. Todd Christofferson, “Redención”, Liahona, mayo de 2013, pág. 109).
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¿Qué puedes aprender acerca de Jesucristo a partir de Su título de Redentor?
Si lo desea, invite a los alumnos a marcar la palabra redención en Mosíah 16:15 y a anotar su significado.
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¿En qué momento de su vida creen que entender esto les resultaría de mayor utilidad? ¿Por qué?
Los alumnos podrían realizar el estudio siguiente de forma individual, en grupos pequeños o como clase. Tenga en cuenta las necesidades de sus alumnos cuando decida si les pedirá que completen las tres indicaciones de estudio o solamente una o dos de ellas. Si los alumnos están estudiando por su cuenta o en grupo, podría ser útil mostrar las indicaciones de estudio y su contenido para que puedan avanzar a su propio ritmo. También podría reproducir himnos suavemente de fondo. Si pide a los alumnos que compartan algo con la clase, pedírselo con anticipación podría ayudarlos a reducir su ansiedad y a que se esfuercen al máximo.
Es posible que los alumnos tengan preguntas acerca de los versículos que lean; podría conversar brevemente con ellos para ayudarlos a entender las Escrituras a medida que estudian.
Piensa en alguien en tu vida que creas que se beneficiaría de comprender que Jesucristo es su Redentor.
Estudia las indicaciones siguientes con la intención de que te ayuden a enseñar a la persona en la que pensaste.
Indicación de estudio 1: ¿Qué hizo Jesucristo para redimirme?
Abinadí habló de Isaías como ejemplo de uno de los muchos profetas que testificaron de Cristo. Leyó las enseñanzas de Isaías para demostrar que Dios mismo vendría a la tierra a fin de ser “oprimido y afligido” (Mosíah 13:35) y para rescatarnos de nuestro estado caído y perdido.
Lee Mosíah 14 y busca palabras y frases que te ayuden a entender el precio que Jesucristo estuvo dispuesto a pagar para librarte del pecado y de la muerte.
Si lo desea, comparta las explicaciones siguientes con los alumnos:
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“El castigo de nuestra paz fue sobre él” (versículo 5): por cada pecado que cometemos, hay una consecuencia, que incluye la culpa, el dolor, la miseria y la separación de Dios. Jesucristo sufrió la consecuencia de nuestros pecados para que pudiéramos experimentar el perdón y la paz.
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“Con sus llagas somos sanados” (versículo 5): por medio de Su sufrimiento, Jesucristo puede sanarnos de las heridas de nuestros pecados y de las consecuencias de la caída de Adán y Eva, lo cual incluye la muerte física y espiritual.
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“Mas quiso el Señor quebrantarlo” (versículo 10): el Padre Celestial estaba complacido de que Jesucristo se ofreciera voluntariamente para sacrificarse por los pecados de otras personas (véanse 3 Nefi 11:7, 11; Juan 3:16).
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¿Qué palabras o frases de estos versículos compartirías con la persona en la que pensaste?
Indicación de estudio 2: ¿Cómo puedo ser bendecido por medio de la redención de Jesucristo?
¿Te imaginas cómo sería la vida si Jesucristo no hubiera cumplido Su función como nuestro Redentor? Dedica un momento a pensar en cómo sería tu vida sin Jesucristo.
Lee Mosíah 15:19; 16:4–7 y busca la descripción que hizo Abinadí de la vida sin la redención de Cristo.
Lee Mosíah 15:20–25; 16:8–10 para ver qué bendiciones podemos disfrutar gracias a nuestro Redentor.
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¿Qué querrías que la persona en la que pensaste supiera acerca de Jesucristo de acuerdo con estos versículos?
A fin de ayudar a los alumnos a imaginar las bendiciones que tienen a su disposición únicamente por medio de Jesucristo, podría mostrar el video “Por qué necesitamos un Salvador” (2:15), que se encuentra en la sección “Actividades de aprendizaje complementarias” de la lección.
Indicación de estudio 3: ¿Por qué a veces a Jesucristo se lo llama Padre en las Escrituras?
Abinadí enseñó acerca de las funciones de Jesucristo como Hijo de Dios y como Padre. Un padre es alguien que da vida. Jesucristo es como un padre para nosotros porque Él puede darnos la inmortalidad y la vida eterna, pero esto no significa que Él y nuestro Padre Celestial sean la misma persona. Lee Mosíah 15:1–9 y busca razones por las que podemos referirnos a Jesucristo como nuestro Padre Eterno.
Podría resultar útil leer estos versículos como clase. Haga una pausa después de ciertos versículos para señalar palabras o frases que podría ser útil que los alumnos vean y para darles la oportunidad de hacer preguntas.
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:
Tal como Abinadí enseñó, Cristo fue “concebido por el poder de Dios” (Mosíah 15:3) y, por lo tanto, tiene las facultades del Padre dentro de Él. Además de tener esa relación lineal divina, Cristo también actúa en carácter de Padre en el sentido de que Él es el Creador del cielo y de la tierra (véase Mosíah 15:4), es el padre de nuestro renacimiento espiritual y de nuestra salvación, y es fiel en honrar la voluntad de Su Padre por encima de Su propia voluntad y, por consiguiente, puede reclamar el poder de esa voluntad del Padre (Jeffrey R. Holland, Christ and the New Covenant: The Messianic Message of the Book of Mormon, 1997, págs. 183–184).
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¿De qué formas es Jesucristo tanto un Padre como un Hijo?
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¿Por qué podría ser útil para la persona en la que pensaste saber esto acerca de Jesucristo?
Podría invitar a los alumnos a presentar lo que hayan aprendido ante la clase o en grupos pequeños. También se podría animar a los alumnos a compartir el mensaje en su hogar o con la persona en la que pensaron.