2022
Rompiendo mitos del servicio como misionero mayor
Septiembre de 2022


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Rompiendo mitos del servicio como misionero mayor

La decisión de servir una misión como adulto mayor puede ser complicada. La mayoría de las personas comparten ciertas preocupaciones: problemas de salud; dejar a sus hijos y nietos; sus finanzas; y qué hacer con su hogar mientras están fuera.

Hay que dar un primer “paso de fe y empezar los trámites” dice Manuel L. Zapata, quien junto con su esposa Genny Iris García, coordina a los misioneros mayores del área de México. “Verán cómo el Señor pone todo lo que necesitan para lograr la meta”.

Para los Zapata, dejar su hogar en Mérida mientras servían en la Ciudad de México fue una de sus primeras preocupaciones. Sin embargo, avanzaron con fe y en solo unos días encontraron a alguien para alquilar su casa.

Otra preocupación fue qué hacer con el trabajo del élder Zapata. Nuevamente se acercaron a este obstáculo con fe y se le concedió un año sabático que le permitirá reanudar su trabajo cuando la pareja completara su misión.

Otro caso de éxito es el de la hermana Sara Tapia, quien está sirviendo en la oficina de misión en Oaxaca. Esta es su tercera misión, su segunda como misionera mayor. Sus preocupaciones incluían el gasto de servir en una misión y el cuidado de sus padres ancianos mientras ella estaba fuera. Sin embargo, los miembros de la familia intervinieron para ayudar. Sus hijos se ofrecieron pagar sus gastos de la misión y su hermano le aseguró que cuidaría de sus padres. “Así que, como pueden ver, las preocupaciones desaparecieron con la ayuda que bajó del cielo”, dijo.

Por su parte, para Mariano López y Martha Eleuterio, quienes prestan servicio en el Centro de visitantes del Templo de la Ciudad de México, los problemas de salud eran una inquietud. Para lidiar con estos problemas y gozar de buena salud para servir, “tuvimos que vivir profundamente la ley de salud del Señor”, dijo el élder López.

Cuidar la salud es importante para poder servir en una misión. Además de las buenas prácticas de salud, puede ser necesario consultar a un médico y seguir sus consejos. Las cuestiones de salud son uno de los elementos que se tienen en cuenta cuando se emite un llamamiento misional.

Algunos candidatos potenciales a misioneros mayores también están preocupados por mantenerse al ritmo del horario requerido para los misioneros más jóvenes. La buena noticia es que los misioneros mayores no están obligados a mantener el mismo horario que los misioneros jóvenes. Las asignaciones dadas a los miembros mayores suelen ser menos extenuantes y requieren menos horas que las de los misioneros jóvenes. Además, los misioneros mayores también tienen reglas flexibles y más tiempo libre.

El costo de servir en una misión puede parecer desalentador. Si usted tiene el deseo de servir, analice lo que podría pagar con su presidente de estaca y él le ayudará a saber lo que es posible.

El élder Zapata da este consejo a otros miembros de la Iglesia que desean servir en una misión como misioneros mayores: “No tengan miedo. Vencer ese temor es decirle al Señor: aquí estamos”.