2022
Conocí a mi tatarabuelo en la misión
Septiembre de 2022


Solo para versión digital

Conocí a mi tatarabuelo en la misión

Mientras servía en una misión en un sitio histórico, una impresión me ayudó a sentirme cerca de un antepasado.

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Vista panorámica de la zona de St. George

Fotografía por Valerie Ann Anderson

Un domingo por la mañana, llegó un correo electrónico de FamilySearch a mi bandeja de entrada. Hablaba de mi tatarabuelo, Thomas Jefferson Thurston. Me enteré de que lo sepultaron en St. George, Utah, EE. UU., donde yo prestaba servicio como misionera en un sitio histórico. Al examinar más mi árbol genealógico, descubrí que Thomas se mudó a St. George en 1880, a la edad de 75 años, para estar cerca del Templo de St. George, Utah. También aprendí que Thomas construyó una de las primeras casas de madera de pino en St. George. Estaba entusiasmada e intrigada porque esos detalles eran nuevos para mí, ya que solo conocía a Thomas por nombre.

Quería buscar su lápida al día siguiente. Temprano en el día dije: “Esperemos a ir después de haber servido en la casa de Jacob Hamblin” (uno de los sitios históricos donde prestaba servicio). Poco después, sentí la impresión de decir: “Vamos ya”.

Tras haber visto una foto de la lápida de Thomas en FamilySearch.org, la lápida fue sorprendentemente fácil de encontrar. Mientras estaba de pie al lado de la lápida, noté que una señora se apresuraba hacia mí. Allí, junto a la lápida de nuestro antepasado, descubrimos que éramos primas terceras. Nos abrazamos, reímos y nos tomamos fotos juntas. Sentí que el Espíritu Santo me guio, especialmente en cuanto al momento oportuno, para llegar al cementerio antes que Susan, mi prima recién descubierta, saliera del cementerio.

Dejé el lugar emocionada por ir directamente a la dirección que FamilySearch muestra como el lugar donde había vivido mi tatarabuelo. Allí estaba la casa. Habían pasado 140 años desde que él había comenzado su construcción. Al ver la casa, experimenté inesperados sentimientos de amor por mi tatarabuelo y un vínculo con él.

Una placa en el frente del terreno confirmaba que aquella era la casa que había edificado. Mientras leía la placa, el dueño salió en auto por la entrada. Se detuvo y le dije que era tataranieta del constructor de esa casa. El hombre amablemente se ofreció a mostrarme el lugar. Pude ver y tocar la casa de mi tatarabuelo que había nacido en 1805.

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Vista al exterior desde una ventana del Tabernáculo de St. George

Caminé por el piso original de pino en la sala de estar. Miré a través de las ventanas originales. Subí las empinadas escaleras históricas hasta la segunda planta. En la quietud, imaginé a mis antepasados comiendo, durmiendo y aprendiendo el Evangelio en ese hogar. Si hubiera llegado minutos después, no me habrían invitado a la casa donde Thomas había vivido. Mi Padre Celestial estuvo en los detalles cuando visité la casa de mi tatarabuelo y sentí una cercanía con él mayor de lo que hubiera imaginado.

Pensé en las palabras del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles: “Nuestros deseos, fidelidad y obediencia nos invitan y nos ayudan a discernir Sus misericordias en nuestra vida […]. Cada uno tiene ojos para ver claramente, y oídos para oír perfectamente las entrañables misericordias del Señor a medida que nos fortalecen y nos ayudan en estos últimos días”1.

En poco más de 24 horas, me había conectado con mi tatarabuelo Thurston. Aprendí de su obediencia, sus sacrificios y sus logros. FamilySearch fue mi fuente para aprender acerca de él, pero los susurros del Espíritu me conectaron con mi legado. El amor que mi Padre Celestial me manifestó me fortaleció y permanecerá en mi memoria para siempre. Sé que la serie de acontecimientos y los detalles de aquel día fueron bendiciones del Señor.