2022
Nuestra experiencia al escuchar a un apóstol del Señor
Agosto de 2022


Voces de los Santos

Nuestra experiencia al escuchar a un apóstol del Señor

Durante su visita al Área Sudamérica Sur, el élder y la hermana Bednar enseñaron en un devocional para jóvenes adultos solteros y en una conferencia de estaca, en las que participaron Martín Ríos de 20 años y Micaela Rios de 22 años, dos hermanos jóvenes adultos que actualmente se encuentran viviendo en dos de las estacas que fueron invitadas a participar de dichos eventos.

Testimonio y experiencia que Martín escribió luego de participar del devocional:

El miedo y la fe no pueden coexistir en el mismo lugar, ni al mismo tiempo. Fue una frase que resonó en mi interior al salir de este maravilloso devocional. Cuán agradecido estoy de poder escuchar y ver a uno de los apóstoles del Señor cara a cara, en estos tiempos tan difíciles y turbulentos; y sobre todo sentir paz al ver la seguridad en su rostro, de que la obra de Dios aún continúa y que se nos llama a ayudar. Sé sin ninguna duda que el élder Bednar fue llamado por Dios junto con su esposa Susan en este tiempo tan particular.

Desde que tengo noción, en cada una de las decisiones que tomé a lo largo de mi vida, fui guiado al escuchar y seguir Sus palabras a través del profeta; y siempre me dirigieron hacia un lugar mejor. Tengo un testimonio muy fuerte de ello; pude saber que si encontramos conflicto entre el conocimiento terrenal y las palabras del profeta, y si nos apegamos a las palabras de nuestro amado profeta y Sus apóstoles, seremos bendecidos enormemente, y el tiempo confirmará que hicimos lo correcto.

Me gustaría hacer eco de sus palabras, especialmente dirigidas a los jóvenes que buscan a su compañero o compañera eterna: “Jóvenes, si están buscando el matrimonio perfecto, jamás lo van a encontrar, porque no existe… no es algo que se encuentra, ustedes lo crean”.

Admiro la simpleza y el significado de estas palabras. A medida que avanzamos en este camino hacia la perfección, nos damos cuenta de que es un proceso que no concluye en esta vida, sino en las eternidades. El matrimonio pasa a ser un castillo que se construye un ladrillo a la vez.

De la misma manera, se nos invita a actuar un paso a la vez y utilizar ese don tan preciado que se nos otorgó, sí, el albedrío. El élder Bednar citó en este devocional: “Por tanto, id y predicad mi evangelio, bien sea al norte o al sur, al este o al oeste, no importa, porque no podréis errar” (Doctrina y Convenios 80:3).

Al terminar de leer, el élder Bednar nos miró y con una sonrisa dijo: “¡Comiencen a moverse!”; y continuó: “porque no pueden errar”.

Una de las impresiones que vino a mi corazón al escuchar estas palabras fue que nuestro Padre Celestial desea que no se actúe sobre nosotros (como se actúa sobre un objeto), sino que seamos nuestros propios agentes. Como hijos e hijas de Dios tenemos la capacidad de discernir y actuar por nosotros mismos; esos mismos atributos los heredamos de Dios, atributos que nuestros líderes nos alientan a utilizar de manera sabia. Tal vez nos encontremos frente a la posibilidad de un nuevo empleo, hayamos perdido uno o estemos buscando. Tal vez no estemos seguros sobre qué profesión seguir, o si realmente debemos servir una misión o nos enfrentemos ante un reto o desafío grande que nos dé temor en ese preciso momento. Recordemos lo que el Señor nos promete: “Id, porque no podéis errar”.

Nuestro Padre depositó una confianza plena en nosotros al enviarnos a este mundo caído; sabiendo que seríamos libres de escoger por nosotros mismos de acuerdo a nuestra voluntad, Él, aun así, nos ama con cada fibra de su Ser, y por esa razón ha enviado profetas y apóstoles a dirigir a cada uno de Sus hijos. Ruego que podamos dar oído a sus palabras.

Sé que, al reforzar nuestra conexión con Dios, dedicar tiempo al Señor, esforzarnos por servir a los demás y vivir en rectitud, la influencia de Satanás no tendrá poder sobre nosotros.

Sé que podemos recibir revelación y poder de lo alto, al escuchar las palabras de las Autoridades Generales y actuar con fe; sé que el sacerdocio ha sido restaurado, que se encuentra actualmente sobre la tierra, y que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la Iglesia verdadera. Ruego que nuestra fe pueda ser mayor a nuestros miedos. En el nombre de Jesucristo. Amén.

Testimonio y experiencia que Micaela escribió luego de participar de la conferencia de estaca:

Me gustaría compartir algunas impresiones que tuve al escuchar al élder Bednar en la conferencia de la estaca Ramos Mejía. Atesoro en mi corazón las palabras inspiradas que nos compartió, una de ellas se mantiene latente en mi mente: “Todos los convenios y ordenanzas que hacemos se centran en nuestro Hermano Mayor, Jesucristo, y esto nos ayuda a acercarnos más a nuestro Padre Celestial”.

Como lo expresó, los convenios nos ayudan a despojarnos y limar nuestro hombre y mujer natural. Nos ayuda a arrepentirnos de nuestros errores y pecados y volvernos a Dios, como niños pequeños, mansos y humildes. También sé que todas las pruebas que tengamos nos ayudarán a ser más humildes, a buscar a Dios en oración sincera y recordar que sin Él no somos nada. Tener presente que no estamos solos, que Jesucristo también pasó por lo mismo que nosotros y que al seguirlo a Él tenemos la promesa de que el Espíritu Santo nos guiará en nuestras vidas y nos consolará constantemente. No tengo dudas de que estamos en los últimos días, que hay y habrá desafíos grandes, pero todas las cosas que hoy en día suceden fueron profetizadas hace siglos.

El profeta Mormón, el padre de Moroni, también profetizó sobre los rumores de guerra, contiendas, degeneraciones y abominaciones del mundo en Moroni 9:25:

“Hijo mío, sé fiel en Cristo; y que las cosas que he escrito no te aflijan, para apesadumbrarte hasta la muerte; sino Cristo te anime, y sus padecimientos y muerte, y la manifestación de su cuerpo a nuestros padres, y su misericordia y longanimidad, y la esperanza de Su gloria y de la vida eterna, reposen en tu mente para siempre”.

El élder Bednar pidió que lo tengamos presente en nuestras mentes y que no nos desalentemos, que confiemos en Cristo y en Dios, que Ellos nos conocen y que todo estará bien para quienes les sean fieles.