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Un milagro que esperaron cuarenta años
El pasado domingo 3 de abril, durante la conferencia general, el Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Russell M. Nelson, anunció la construcción de 17 nuevos templos alrededor del mundo.
Uno de estos templos será edificado en San Luis Potosí, lo cual es visto por los miembros de ese estado como un milagro que esperaron por casi cuatro décadas.
En 1973 se estableció la primera Casa de Oración en San Luis Potosí y la primera estaca se constituyó en 1981. Desde entonces los miembros de la ciudad se pusieron la meta de ser merecedores de tener un templo en su estado.
La hermana Josefina Romero, que se unió a la iglesia en 1977, dice que desde el primer día que acudieron a los servicios dominicales sintieron una gran paz en sus corazones y desde entonces permanecieron fieles.
Una de las metas de su familia era estar unidos por tiempo y eternidad, por lo que viajaron en varias ocasiones al Templo de Mesa, Arizona, en los Estados Unidos. Ella recuerda con emoción cómo sus padres tuvieron que dividir a sus 13 hijos en varios viajes a fin de que todos pudieran sellarse.
La hermana sintió un enorme gozo de saber que ahora el templo estará muy cerca de su hogar, pues la primera vez que visitó la Casa del Señor recorrió más de dos mil kilómetros en camión, durante varios días de viaje, a fin de gozar de las bendiciones de ese santo lugar.
La paz del templo
Después de escuchar el anuncio de la construcción del templo de San Luis Potosí, la hermana Romero oró al Padre para agradecer tener un faro de luz y esperanza en la ciudad, para que “cuando las personas sientan miedo, angustia o temor visiten la Casa del Señor en busca de paz”, dijo.
Una de las experiencias más sagradas que atesora la hermana Romero en su corazón fue una ocasión que, caminando por los pasillos del templo, encontró la paz para superar la separación temporal de su esposo.
En 1994, ella junto con la familia de su esposo viajaban al Templo de la Ciudad de México, pero no pudieron llegar, por un accidente automovilístico en el que fallecieron 7 integrantes de la familia.
Durante varios meses tuvo una gran angustia en su corazón por el vacío que dejó la repentina partida de su marido; sin embargo, al caminar por el templo, pudo sentir que todo estaría bien, recordó que un día volverá a ver a su esposo. Este momento le llenó de gozo y le permitió vivir con una fe renovada.
Cuando estén preparados
El obispo, Francisco Sánchez, recordó que antes acudían al Templo de la Ciudad de México una vez por año y que poco a poco se fueron incrementando las visitas, explicó que ahora tienen la meta de asistir cada dos meses como barrio.
Destacó que el nuevo templo será un faro de luz para todos los habitantes de San Luis Potosí y será un refugio para todas las personas atribuladas.
La emoción de los miembros de las dos estacas de San Luis Potosí fue tan grande al conocer la noticia que hubo manifestaciones de gozo de diferentes tipos, como la del hermano Rolando Gallardo, consejero de la presidencia de la Estaca Benito Juárez, que sintió la inspiración de escribir un poema para recordar el momento tan significativo del anunció de un templo en su ciudad natal.
Por su parte, la hermana María de la Luz González, agradeció al Padre Celestial por el cumplimiento de sus promesas y mencionó que “esto no es solo un anuncio, es más bien un llamado al arrepentimiento, a ajustar nuestras velas, ceñir nuestros lomos y meter las hoces con toda nuestra fuerza y diligencia; ajustar nuestras vidas al modelo perfecto de Jesucristo, a la guía e instrucción que hemos recibido en esta conferencia. Es una invitación a hacer a un lado lo mundano y centrar nuestra atención en Jesucristo, alargando el paso para recoger al Israel disperso en ambos lados del velo y de esta manera preparar el camino en este lugar para Su segunda venida”.