Ejemplos de valor
Conoce a la Dra. Mattie
Martha (Mattie) Hughes, de 16 años, se entusiasmó al oír el anuncio del profeta. Sabía que algunas escuelas de Medicina al fin estaban permitiendo que las mujeres llegaran a ser médicos. Ser médico era su sueño.
Por supuesto, antes de ir a la escuela de Medicina, Mattie tendría que ahorrar mucho dinero y obtener una licenciatura. Tomaría mucho tiempo y requeriría de trabajo arduo; y lo sabía.
Mattie pensó en su hermana, Annie, que había fallecido en el viaje de carromatos a Utah. No había habido un médico que la ayudara cuando se enfermó. Luego, el padre de Mattie también falleció. Aquí en Salt Lake City, Mattie conocía a muchas personas que estaban enfermas o heridas. Si ella llegaba a ser médico, las podría ayudar.
Mattie decidió tener fe. El profeta había dicho que las mujeres deberían capacitarse para ser médicos, ¡y ella quería ser una de ellas! Dios la ayudaría a encontrar la forma de ir a la escuela de Medicina.
Trabajó mucho para ahorrar dinero. Consiguió un puesto de compositora tipográfica en un periódico. Tenía que colocar cada letra de cada palabra en el orden correcto para que el periódico se pudiera imprimir. Después del trabajo, Mattie asistía a las clases de la universidad para prepararse para la escuela de Medicina.
Entre la casa, el trabajo y la escuela, ¡Mattie caminaba 10 km todos los días! Llevaba botas pesadas de hombre porque sus zapatos normales no eran lo suficientemente fuertes para caminar entre el barro. Deseaba viajar en el carro tirado por mulas en lugar de tener que caminar, pero estaba ahorrando cada centavo que podía para ir a la escuela.
Le preocupaba no poder ahorrar suficiente dinero; sabía que su madre y su padrastro intentarían ayudarla, pero tenían otros hijos a quienes cuidar. ¿Qué más podía hacer?
Decidió llevar a cabo una recaudación de fondos y pedir a amigos y miembros del barrio que compartieran el dinero que pudieran aportar. Estaban encantados de ayudar. Mattie era solo la tercera mujer que seguiría el llamado del presidente Young, y querían que tuviera éxito y llegara a ser médico.
Después de las actividades para recaudar fondos, ¡Mattie tuvo suficiente para ir a la escuela de Medicina! Viajó a través del país para ir a la universidad y estudió mucho.
Dos años después, sostuvo la cabeza en alto y caminó a la plataforma de graduación para recibir su diploma. ¡Por fin era médico! Nunca se había sentido tan ilusionada.
Mattie miró hacia la multitud de personas extrañas que aclamaban; ninguno de sus familiares o amigos de casa podía estar allí, pero sabía que estaban orgullosos de ella. Pronto regresaría a casa para cuidarlos y enseñarles lo que había aprendido.
Después de regresar a Utah, Mattie trabajó en el hospital de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City. ¡Le encantaba estar cerca de las Montañas Rocosas! Y le encantaba su trabajo de médico. Ayudaba a tratar enfermedades, sanar lesiones e incluso enseñaba clases sobre cómo dar a luz.
Llegar a ser médico había costado mucho esfuerzo, pero el Padre Celestial la amaba y le había ayudado. Ahora, Mattie pasaría el resto de su vida ayudando a otras personas.