2006
La modestia es importante
Junio de 2006


La modestia es importante

El vestir de manera modesta es un desafío en el mundo actual. A continuación, algunos miembros de la Iglesia comparten sus respuestas a las siguientes preguntas: ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestra ropa sea modesta? ¿De que manera has fomentado la modestia en tu familia, en el barrio o en la estaca (rama o distrito)? ¿Qué conocimientos has obtenido sobre la importancia de la modestia?

¿Quién deseaba ser?

Hace algunos años, un acontecimiento cambió mi actitud sobre la modestia. Mientras me alistaba para ir a una actividad de la Mutual, me puse unos shorts cortos; nunca me imaginé que fueran inapropiados. Entre las actividades que se planearon para ese martes se incluía que los misioneros nos dieran consejos prácticos sobre la obra misional. A mi lado se encontraba uno de los últimos asientos vacíos. Durante un breve momento, los élderes empezaron a discutir, de la manera más discreta posible, en cuanto a quién tendría que sentarse a mi lado. Aunque nunca lo dijeron expresamente, comprendí que se sentían incómodos debido a la forma en que estaba vestida.

En ese momento, pese a que me sentía avergonzada, empecé a comprender lo que significaba ser modesta. Me di cuenta de que estaba haciendo que hombres jóvenes puros se sintieran incómodos, y que también haría que hombres impuros se sintieran demasiado cómodos. Empecé a comprender mejor con qué tipo de persona me gustaría estar y, aún más importante, qué tipo de persona deseaba ser. A partir de ese momento, no sólo estaba preparada para los cambios que estaba a punto de hacer, sino que también ansiaba hacerlos.

Chelsea Anderson, Ohio, Estados Unidos

Un desfile de modas con ropa modesta

En octubre de 2004, las organizaciones de las Mujeres Jóvenes y de los Hombres Jóvenes de nuestra estaca llevaron a cabo una actividad titulada “Modestia en el vestir”, que se basó en el folleto Para la fortaleza de la juventud. Consistió en un desfile de modas que se dividió en tres partes: ropa informal, ropa deportiva y ropa de etiqueta. Le pedimos a cada uno de los hombres jóvenes y a cada una de las mujeres jóvenes que seleccionaran tres juegos de ropa, y después les ayudamos a escoger la ropa apropiada. A esa actividad invitamos a sus líderes y a sus padres. Destacamos algunos pasajes de las Escrituras sobre el hecho de que el cuerpo es un templo (véase 1 Corintios 6:19–20) y el consejo de nuestro profeta, el presidente Gordon B. Hinckley. La actividad produjo un efecto positivo, ya que la juventud de nuestra estaca ahora se preocupa más en cuanto a la forma apropiada de arreglarse y de vestir.

Teresa de Jesús Contreras de Ramírez, México

Consejos sobre la modestia

La modestia es definitivamente un desafío en el mundo de hoy, sobre todo para las jóvenes adolescentes. Lo sé; soy una de ellas. Pero tú puedes ser modesta en todo momento y aún así vestirte a la moda. A continuación presentaré algunos consejos que han sido útiles para mí:

  • Compra varias camisetas largas sin manga de diferentes colores que puedas llevar por dentro de tus pantalones a fin de no mostrar el estómago al usar una camiseta más corta.

  • Cose un pedazo de tela en la parte inferior de las camisetas cortas.

  • Si una camiseta es principalmente de algodón, compra una talla más grande de la que normalmente compras para que, al lavarla, no te quede demasiado ajustada ni demasiado corta.

  • Compra shorts largos para jóvenes cuando estén disponibles en el verano.

  • Si la parte superior de un vestido es inmodesta, toma en consideración cortarla y hacerle una alteración al vestido para crear una falda elegante; luego busca una camiseta bonita que le haga juego.

  • Haz tus compras con suficiente anticipación para los bailes formales u otras actividades especiales a fin de que no te veas tentada a comprar algo inmodesto a última hora.

Muchas jóvenes se dan por vencidas en lo referente a vestir modestamente debido a que piensan que es demasiado difícil, pero permítanme decirles que ¡se puede lograr!

Jami Elsmore, Nevada, Estados Unidos

Un recordatorio diario

En mi armario tengo una fotografía del Salvador y una del Templo de Londres, Inglaterra. Al abrirlo para sacar mi ropa, me hace recordar siempre que debo mantenerme limpia y ser modesta para que algún día pueda ir al templo y adorar allí a Dios.

Carolyn Bailey, Inglaterra

La ropa ajustada también es inmodesta

Muchas personas creen que el vestirse de forma inmodesta se refiere sólo a que el cuerpo no está suficientemente cubierto. Pero la ropa ajustada también es inmodesta, aun cuando se cubra el cuerpo completamente. Eso se aplica tanto a los hombres como a las mujeres. Muchas personas no se dan cuenta de que la ropa ajustada concentra la atención en la anatomía, lo cual causa distracción cuando el propósito es la educación, los negocios, el liderazgo o la participación en los servicios religiosos. El utilizar ropa apropiadamente amplia permite que la atención del observador se dirija al rostro de la otra persona para mantener una comunicación más eficaz.

Judith Rasband, Utah, Estados Unidos

El cuerpo es un templo

El lugar donde vivo, Bahía, Brasil, tiene un clima muy caliente, lo que dificulta que las personas se vistan de forma modesta. Pero siento algo especial cuando me visto de una forma que invita al Espíritu a estar conmigo. Sé que el cuerpo es un templo de Dios y que se debe tratar con respeto.

Stephan Cerqueira Levita, Brasil

Un asunto de oración

Después de un día de compras desalentador en compañía de dos de mis hijas para conseguir los vestidos para un baile formal, volvimos a casa cansadas y tristes. No encontramos ni un solo vestido modesto. Alenté a mis hijas a que le hicieran saber sus deseos al Señor en oración. Me observaron confundidas, dudosas de que su preocupación por una prenda de vestir fuera motivo para orar. Les prometí que la convicción de Nefi en 1 Nefi 3:7 se aplica tanto a lo mundano como a las cosas mayores: “…sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles la vía para que cumplan lo que les ha mandado”. Mis hijas aceptaron orar en cuanto al problema y, en menos de una semana, encontramos en los lugares menos esperados vestidos hermosos que se podían alterar para que fuesen perfectamente apropiados.

Seguimos haciendo de la modestia un asunto de oración. He aprendido a seguir los suaves susurros del Espíritu, aun cuando tenga que viajar cierta distancia, tenga que buscar entre los percheros de ropa, o les tenga que hacer arreglos considerables. Quiero que mis hijas sepan que valoro la modestia lo suficiente como para esforzarme para lograrlo.

Jerie Jacobs, California, Estados Unidos

Discusión de mesa redonda

Una opción para promover la modestia entre las mujeres jóvenes es concertar una discusión de mesa redonda con los hombres jóvenes. Por ese medio, los jóvenes de nuestro barrio se unieron para considerar seriamente este principio del Evangelio.

Algunos de los presbíteros que invitamos al principio no estaban muy entusiasmados de participar, debido a que no querían ofender a las mujeres jóvenes que serían su auditorio. Para tranquilizar a los hombres jóvenes, nos reunimos con anticipación para hablar de las cosas que podrían decir sobre la modestia y de cómo presentar sus ideas de forma apropiada.

Sentimos el Espíritu durante la discusión. Las mujeres jóvenes se unieron a ella y escucharon atentamente lo que los hombres jóvenes tenían que decir. Uno de los participantes de la discusión les dijo: “¿Podríamos comenzar por no ver ninguna inmodestia en las reuniones de la Iglesia?”. Las mujeres jóvenes respondieron de forma muy positiva al consejo de sus amigos.

John Wilkinson, Utah, Estados Unidos

El cuerpo es una dádiva

Durante mi último año de la escuela secundaria, decidí que tendría que fortalecer mi testimonio antes de salir de casa para asistir a la universidad. Estudié todo lo posible sobre la vida del Salvador y Su sacrificio expiatorio. Al hacerlo, sentí tan profundamente la realidad de Su amor que me trajo lágrimas a los ojos. Me di cuenta de que verdaderamente soy una hija amada de Dios. Al comenzar a comprender de verdad ese concepto importante, me di cuenta de que el vestir de forma modesta no es sólo con el fin de evitar que los chicos tengan malos pensamientos, sino que es una forma de demostrar nuestro agradecimiento por una de las dádivas más maravillosas que Dios nos ha dado: un cuerpo.

Permítanme sugerir que se les enseñe a los miembros de la Iglesia a ser modestos por la simple razón de que se aman y se respetan a sí mismos y aman y respetan al Señor, y desean honrar Su dádiva. Nunca tuve un fuerte testimonio de la modestia hasta que aprendí a amar más profundamente a mi Padre Celestial y al Salvador.

Brenda Petty, Idaho, Estados Unidos

Intenten comprar por Internet

Un día, al salir del Templo de Los Angeles, California, me consterné al observar que algunas de las damas de honor llevaban puestos vestidos inmodestos. Después vi que las damas de honor de otro grupo llevaban puestos vestidos que eran modestos y sin embargo muy bonitos. Les pregunté dónde habían encontrado esos vestidos tan hermosos y, de forma entusiasta, me respondieron al unísono: “Por Internet”. El Internet puede ser un buen recurso para encontrar ropa modesta.

Anne Elwell, California, Estados Unidos

Tu modo de vestir es un reflejo de quién eres

“Los profetas de Dios siempre han aconsejado a Sus hijos a vestir con modestia. Tu modo de vestir es un reflejo de lo que eres en tu interior. Tu vestimenta y apariencia general comunican a los demás la clase de persona que eres e influyen en la forma en que tú y los demás se comportan. Cuando estás bien arreglado o arreglada y vistes de manera recatada, invitas la compañía del Espíritu y puedes ejercer una buena influencia en las personas que te rodean…

“Entre la ropa inmodesta se cuentan los ‘shorts’ y las faldas sumamente cortos, ropa ajustada, camisas o blusas que no cubren el estómago y otras prendas atrevidas. Las jovencitas deben llevar prendas que cubran los hombros y evitar ropa sumamente escotada por delante o por detrás, o que sea atrevida de cualquier otra manera. Los jóvenes también deben mantener la modestia en su apariencia. Todos deben evitar ser extremistas en el vestir, en la apariencia y en el peinado. Sé siempre pulcro y limpio o pulcra y limpia, evita andar desaliñado o desaliñada o el ser inapropiadamente informal en el vestir, en el arreglo personal y en la conducta. Hazte la siguiente pregunta: ‘¿Me sentiría cómodo o cómoda con mi apariencia si me encontrara en la presencia del Señor?’ ”.

Para la Fortaleza de la Juventud, folleto, 2001, págs. 14–16.

Recatada y a la moda

Cuando era más joven, quería vestirme igual que mis compañeras del colegio. Sin duda obedecí de mala gana el deseo de mi madre de que fuera modesta. Hoy día me siento agradecida a ella por haberme enseñado claramente las normas y por su ejemplo. Ahora tengo mi propio testimonio sobre la importancia de la modestia. En verdad es posible vestir de forma recatada y a la moda.

Roberta Eggenberger, Suiza

Testimonios sobre la modestia

Después de unirme a la Iglesia, comprendí poco a poco por qué debo vestirme con modestia. Ahora tengo un gran respeto por aquellas personas que visten de forma modesta y en cuyos ojos brilla la luz de la castidad. El vestir con modestia no siempre es fácil, pero si hacemos el esfuerzo, Dios está comprometido a ayudarnos.

Olga Khripko, Ucrania

Creo que demostramos nuestra humildad y respeto hacia nuestro Padre Celestial cuando nuestra apariencia es decente y pulcra, y nos cubrimos de forma apropiada.

Sharlene Cherry, Filipinas

La belleza interior

Antes de ser miembro de la Iglesia, no entendía el concepto de vestir de forma recatada. A los pocos meses después de mi bautismo, aprendí que una prenda de vestir no me haría más bella; por el contrario, la belleza está en el interior. Me esfuerzo por servir al Señor de la forma en que Él nos lo pide.

Roseangela Barreto, Brasil

Una protección en contra de la tentación

“El recato en el vestir y en los modales servirán de protección en contra de la tentación. Quizás sea difícil encontrar ropa modesta, pero se consigue con el debido esfuerzo… Pueden ser atractivas sin ser inmodestas… Tracen estrictos parámetros, una línea en la arena, por así decirlo, la cual no traspasarán”.

Presidente Gordon B. Hinckley, “Permanezcan en el sendero de la rectitud”, Liahona, mayo de 2004, pág. 114.