2021
Firmes cimientos
Marzo de 2021


“Firmes cimientos”, Para la Fortaleza de la Juventud, marzo de 2021, págs. 14–15.

Firmes cimientos

Una pared que escalar

Imagen
mujer joven escalando una pared

Ilustraciones por Alyssa Petersen.

A mi lado, veinte jovencitas observaban una pared de madera de cerca de cinco metros de altura (dieciséis pies). Nuestro reto era ayudar a cada joven a llegar a lo alto. Para muchas de las chicas, ese era su primer campamento de Mujeres Jóvenes. Las más mayores y yo éramos líderes de jóvenes, pero nunca habíamos participado en una actividad como esa. Todas escuchamos las reglas con expectación.

Cada joven tenía que lograr escalar el muro y, una vez que lo lograra, podía pararse en una tarima y ayudar a subir a las demás. No obstante, si tocaba el suelo, ya no se le permitiría seguir ayudando a subir al resto de las chicas.

Al principio fue difícil, pero pronto nos las arreglamos para trabajar juntas y comenzar a subir a las chicas. Algunas tenían miedo de que las subieran tan alto, a pesar de las medidas de seguridad. A otras les inquietaba tener que usar sus propias fuerzas para llegar a lo alto. Todas tuvimos que aumentar nuestra confianza y apoyo mutuo, y al final, conseguimos superar el desafío con éxito.

Cuando las últimas jovencitas hubieron descendido, nos reunimos para hablar de las muchas lecciones que habíamos aprendido de la actividad de escalada.

Todos afrontamos situaciones que parecen imposibles de superar. No obstante, no estamos solos. A nuestro alrededor hay personas que nos ayudan a elevarnos y nos dan su apoyo. El Padre Celestial y Jesucristo están ahí para ayudarnos y fortalecernos cuando acudimos a Ellos.

Megan B., Ohio, Estados Unidos

“Te prometí que vendría”

Imagen
hombres jóvenes

Siempre he deseado compartir el Evangelio con otras personas, pero durante muchos años no tuve éxito; hasta que entablé amistad con un chico llamado Tiago. Vivíamos cerca, de modo que cada día regresábamos juntos a casa después de la escuela.

Un día tomamos un camino diferente de regreso a casa y pasamos por la capilla a la que yo asistía. Le dije que era miembro de la Iglesia desde hacía mucho tiempo y le expliqué lo que creíamos y lo mucho que eso había bendecido a mi familia. Invité a Tiago a la Iglesia ese domingo y él dijo que asistiría.

Llegó el domingo y lo esperé ansioso en la Iglesia, pero no fue. Esa semana, lo volví a invitar, y así lo hice durante dos o tres meses, pero él siempre tenía una excusa para no ir. No obstante, yo no cesé de invitarlo.

Un domingo por la mañana me encontraba en la reunión sacramental y vi que Tiago estaba allí. Me sorprendió verlo, pero él se me acercó, se sentó a mi lado y dijo: “¡Te prometí que vendría!”.

Le presenté a los misioneros y ellos comenzaron a enseñarle. Más adelante, se bautizó. Ahora ambos nos estamos preparando para ir a la misión. ¡Estoy muy contento de no haberme dado por vencido con respecto a él!

Meiry R., Brasil

Confía en el tiempo de Dios

Mi tía se divorció cuando su hijo mayor era el único que se había bautizado. A fin de mantener una buena relación con el padre biológico de los hijos, ella quería que él diera su permiso para que sus otros hijos fueran bautizados. Lamentablemente, durante muchos años no dio su consentimiento.

Con el tiempo, mi tía decidió que quería que sus hijos se bautizaran a pesar de que el padre no estuviera de acuerdo; pero después de que mi tía y mis primos ayunaron y oraron en cuanto a esa decisión, cada uno recibió la impresión de que debían seguir esperando.

Esa misma semana, el padre biológico de mis primos le dijo a mi tía que quería que los niños se reunieran con los misioneros y fuesen bautizados. Aún recuerdo el gozo que sentí cuando mi mamá me dio la noticia. Sabía que el Padre Celestial había bendecido a mis primos después de muchos años de paciente espera.

Puede que no siempre sepamos cuándo el Señor dará respuesta a nuestras oraciones, pero sé que Él siempre lo hará. No sé por qué el Padre Celestial quiso que mis primos esperaran para ser bautizados, pero sé que Él los bendijo a causa de su fidelidad.

Bre J., Florida, Estados Unidos