“La media blanca”, El Amigo, diciembre de 2023, págs. 36–37.
La media blanca
Chakell no pensaba que su hermano cambiaría.
Esta historia ocurrió en EE. UU.
Chakell se rio de los dibujos graciosos de su hermana. Era Nochebuena, y ella y su familia estaban jugando a dibujar alrededor de la chimenea.
La Nochebuena era el día favorito de Chakell en todo el año. Ella se sentía cómoda y feliz después de todas las golosinas y risas. ¡No quería que terminara!
“Bien”, dijo la mamá. “¡Es hora de la media blanca!”.
Chakell sonrió. La Nochebuena era su día favorito, y esta era una de sus tradiciones preferidas.
Donde vivía, la gente colgaba medias grandes y vistosas junto a la chimenea durante la Navidad. En la mañana de Navidad, ¡estaban llenas de golosinas! Pero esta media era extraespecial. Chakell y su familia la llenaban de regalos para Jesús.
La mamá sacó una hermosa media blanca con borde dorado. Luego le entregó a cada persona un pequeño trozo de papel y un lápiz. “Escriban algo que quieran prometerle a Jesús para el próximo año”, dijo ella.
“Luego colocaremos los papeles en la media y los leeremos el año que viene en Nochebuena”, agregó el papá. “Pero primero, leamos nuestras promesas del año pasado”.
Él metió la mano en la media y sacó los pequeños trozos de papel del año anterior. Los entregó y Chakell leyó el suyo en silencio: “Ayudaré más en casa”. Pensó que había hecho un buen trabajo este año. Pero, ¿qué escribiría esta vez?
“¡Sé lo que voy a escribir!”, dijo su hermana con felicidad.
Chakell pensó en lo que podía darle a Jesús. ¿Qué podría hacer mejor el siguiente año para ser más como Él? ¿Qué querría Él que ella hiciera?
Fue entonces cuando vio a su hermano mayor, Braeden, escribir algo en su papel.
Chakell frunció el ceño. No pudo ver lo que él escribió, pero estaba segura de que no era nada que él realmente haría.
Braeden se burlaba mucho de Chakell y no habían sido muy amables el uno con el otro este año. Amaba a su hermano mayor, pero no pensaba que él alguna vez intentaría ser más como Jesús.
¿Por qué tiene que ser tan malo conmigo?, pensó.
Ella observó mientras él doblaba el papel y lo colocaba en la media blanca.
Braeden la vio mirando y sonrió. “No espíes”, le dijo.
Chakell volvió a mirar su papel y escribió: “Trataré de ser amable con todos este año”. Luego también puso el papel en la media.
Pronto llegó el momento de irse a dormir, pero Chakell no podía dejar de pensar en lo que Braeden había escrito. Se suponía que nadie debía leer la promesa que otra persona le había hecho a Jesús, ¡pero realmente quería saber!
Mientras los demás se preparaban para irse a dormir, Chakell se acercó a la media blanca. Encontró el trozo de papel de Braeden y lo abrió.
“Prometo ser más amable con Chakell este año”, leyó.
Ella no lo podía creer. ¿Era esto realmente lo que Braeden había escrito? Sintió lágrimas en los ojos y metió el papel dentro de la media cuidadosamente.
Su mamá siempre decía que tener fe en Jesucristo podría ayudar a cualquier persona a cambiar y llegar a ser más como Él. Tal vez ella tenía razón. Quizás Jesús realmente podría ayudarlos a Braeden y a ella a ser más amables el uno con el otro.
A la mañana siguiente, cuando Chakell se sentó a desayunar, todavía sentía una calidez en su interior. Tan pronto como Braeden bajó por las escaleras, ella lo rodeó con sus brazos en un fuerte abrazo.
Los ojos de Braeden se abrieron de par en par. “¿Y a qué se debe esto?”.
“Solo quería darte un abrazo”, dijo ella. “¡Feliz Navidad!”.
Braeden sonrió y la abrazó. “Feliz Navidad”.
Ilustraciones por Kevin Fales