“¡Sigue adelante y cosecha!”, El Amigo, octubre de 2023, pág. 32.
De amigo a amigo
¡Sigue adelante y cosecha!
Ilustraciones por Garth Bruner
De niño, vivía con mi familia en California, Estados Unidos. En verano cosechábamos uvas en una viña. Éramos una familia grande y todos trabajábamos juntos. Yo era pequeño, pero mi padre me enseñó a trabajar arduamente.
Cortábamos los racimos de uvas de la vid y luego los apilábamos en una bandeja de metal. Cuando la bandeja se llenaba, se la llevábamos a mi padre y él extendía las uvas para secarlas y convertirlas en uvas pasas al calor del sol. El dueño de la viña pagaba a mi padre por las uvas pasas que preparábamos.
Cada vez que llevábamos uvas a mi padre, él nos decía: “Sigue adelante y cosecha”.
Así que íbamos a la siguiente vid para cosechar el siguiente racimo de uvas. Lo hacíamos una y otra vez, centrados en la siguiente vid y en el trabajo que teníamos por delante. No nos dejábamos distraer por lo que ya habíamos hecho antes.
Cada semana, mi padre nos pagaba a mis hermanos y a mí por nuestro trabajo. Nos enseñó a separar el diez por ciento para el diezmo y ahorrábamos el resto. Cuando teníamos suficiente, cada uno de nosotros compraba un avión de madera o nuestro dulce favorito. Pasábamos los sábados por la tarde jugando en el parque con los aviones y comiendo dulces.
La frase de mi padre, “sigue adelante y cosecha”, se ha convertido en una tradición en mi familia, que nos enseña el valor del trabajo arduo. Es importante que “sigamos adelante y cosechemos” en todo lo que hagamos. Cuando trabajamos arduamente y seguimos lo que Dios nos pide que hagamos, podemos hallar gozo en la vida.