Perdida en el acuario
La autora vive en Columbia Británica, Canadá.
A Krista le encantaba el parque Stanley. Le encantaban las playas, el patio de recreo, el zoológico donde podían acariciar a los animales, el paseo en tren.
Pero, sobre todo, ¡le encantaba el acuario! Tenía toda clase de animales marinos. Observaba una foca de color marrón que nadaba en círculos.
Entonces, oyó algo. ¡Una niña estaba llorando! Nadie se detuvo para ayudarla.
Krista tiró de la manga de su madre. “Mira, ¡esa niña está llorando!”.
La madre miró. Tomó la mano de Krista y caminó hacia la niña.
“Hola”, dijo la madre. “¿Te podemos ayudar?”.
“No puedo encontrar a mi mamá”. La niña sollozó.
“Ven a sentarte con nosotros”, dijo la madre. “Esperaremos contigo”.
Krista y su madre se sentaron junto a la niña. Se llamaba Sarah.
“Cuando estás perdida, lo mejor que puedes hacer es quedarte donde estás”, dijo la madre. “Entonces tu mamá sabrá dónde encontrarte”.
Sarah parecía muy triste y asustada. Krista deseaba ayudar. Dijo una pequeña oración en su mente: Padre Celestial, por favor ayuda para que la mamá de Sarah regrese.
Krista trató de hacer que Sarah se sintiera mejor. Le hizo preguntas. Le habló de algunas cosas interesantes sobre las focas. Hasta le dio un hermoso caracol que había encontrado en la playa.
Luego de un rato, una mujer corrió hacia ellas. ¡Era la mamá de Sarah! Le dio a Sarah un fuerte abrazo. Las dos dieron las gracias a Krista y a su madre.
¡Krista estaba feliz de que pudo ayudar a alguien!
Ilustración por Mitch Miller.