2021
Buscando el testimonio de Sabrina
Febrero 2021


Buscando el testimonio de Sabrina

La autora vive en Carolina del Norte, EE. UU.

Sabrina no estaba segura si tenía un testimonio.

“Por estas cosas sabemos que hay un Dios en el cielo” (Doctrina y Convenios 20:17).

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a girl and her mom writing in a journal together

Sabrina y su mamá hojeaban las páginas del libro de bautismo de Sabrina. Ella acababa de cumplir ocho años y faltaban dos semanas para su bautismo. Estaba entusiasmada y un poco nerviosa por bautizarse.

“¡Mira todo lo que hemos hecho ya!”, dijo su madre, mientras pasaba las páginas. El libro era para ayudar a Sabrina a prepararse para el bautismo. Ellas habían completado las páginas sobre las cosas favoritas de Sabrina y otra página sobre su familia. Luego llegaron a una página que tenía las palabras “Mi testimonio” en la parte superior.

“No quiero completar esa página”, dijo Sabrina.

“Está bien”, dijo la mamá, pasando la página. “Podemos completarla más tarde”.

“No creo que quiera completarla nunca”, dijo Sabrina.

“¿Por qué no?”, preguntó la mamá.

“Porque no sé qué es un testimonio”. Sabrina sintió que la cara se le ponía roja y caliente.

La mamá hizo una pausa. “Significa saber que nuestro Padre Celestial te ama”.

“Pero el Padre Celestial no ha contestado mis oraciones”. A Sabrina le ardían los ojos por las lágrimas. “He estado orando durante todo un mes para encontrar mi frazada, ¡pero todavía no la encuentro!”.

A Sabrina le encantaba su frazada; era suave y de color rosa. Su abuela se la había hecho cuando nació, y había dormido con ella todas las noches antes de que se perdiera.

La mamá abrazó a Sabrina. “A veces, nuestro Padre Celestial no contesta nuestras oraciones de inmediato, y en ocasiones, Su respuesta es no. Pero eso no significa que no escuche nuestras oraciones o que no nos ame”.

Sabrina suspiró; “tal vez”.

El domingo, la maestra de la Primaria de Sabrina, la hermana Lee, leyó un relato de la revista Amigos. Se trataba de un niño que estaba molesto porque había escuchado malas palabras en el autobús y oró en cuanto a su problema. Entonces pensó que podría ponerse los auriculares en el autobús. Esa idea era la respuesta a su oración.

“¡Ah! ¿Eso es todo?”, preguntó Sabrina. “¡Pensé que las respuestas a las oraciones eran algo más grande! Como escuchar una voz o ver un ángel”.

“A veces así pasa”, dijo la hermana Lee, “pero la mayoría de las veces, el Espíritu Santo contesta nuestras oraciones de manera silenciosa, como por medio de una idea o una sensación cálida”.

Sabrina miró la imagen del niño en el autobús. Pensó en el sentimiento de luz y felicidad que tenía en cuanto a su bautismo. Quizás ese era el Espíritu Santo que le decía que era una buena decisión.

Quizás de verdad tenía un testimonio.

Llegó el día del bautismo de Sabrina. Su padre la tomó de la mano y ella entró en el agua tibia. Cuando salió del agua, se sintió muy feliz; y cuando su papá le puso las manos sobre la cabeza para darle el don del Espíritu Santo, ella sintió algo cálido por dentro.

El domingo siguiente era domingo de ayuno. Las personas se levantaban para compartir su testimonio. Sabrina salió de su asiento de un salto y caminó hasta el frente de la capilla. Respiró hondo y sonrió. Sabía lo que iba a decir ahora, y sabía lo que iba a escribir más tarde en esa página en blanco del libro de su bautismo.

Todavía no había encontrado su frazada, pero había hallado su testimonio.

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Friend Magazine, Global 2021/02 Feb

Ilustraciones por Amanda Smith.