2021
Un sentimiento cálido
Febrero 2021


Un sentimiento cálido

La autora vive en Guatemala, Guatemala.

”… te estrecharé entre los brazos de mi amor” (Doctrina y Convenios 6:20).

Imagen
A young Guatemalan boy in the font after being baptized hugging his father. Boy in bed with stomach pains Boy in hospital bed with his parents at his side.

Era una hermosa y clara mañana en San José Pinula, un pequeño pueblo cerca de Ciudad de Guatemala. “¡Casi no puedo esperar!”, le dijo Joshua a su hermana pequeña. ¡Hoy era el día de su bautismo!

Después de que la familia llegó a la capilla, Joshua y su papá se vistieron de blanco. Al principio, Joshua se sintió un poco nervioso; pero su papá lo tomó de la mano mientras bajaban los escalones hacia la pila bautismal, y no se sintió tan nervioso. Cuando Joshua salió del agua, tenía una gran sonrisa en el rostro.

Joshua y su papá se pusieron ropa seca. Luego, el papá, los tíos y el abuelo de Joshua le colocaron las manos sobre la cabeza y lo confirmaron miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Joshua oyó a su papá decir: “Recibe el Espíritu Santo”.

“¡Estoy tan feliz!”, dijo, mientras le daba un gran abrazo a su papá.

“Recuerda las promesas que hiciste hoy”, le dijo el papá. “Si lo haces, el Espíritu Santo siempre podrá estar contigo. Nunca estarás realmente solo”.

Una mañana, unos meses después, Joshua se despertó llorando. ¡Le dolía mucho el estómago! “¡Mamá!”, gritó Joshua desde su cama. “¡Me duele mucho la barriguita!”.

El dolor empeoraba cada vez más; el niño ni siquiera podía caminar. El papá le dio a Joshua una bendición del sacerdocio, y luego él y la mamá lo llevaron a ver al médico.

El médico dijo que Joshua necesitaba ser operado de inmediato. Sonaba aterrador.

“Te llevaremos a una sala especial para la operación”, dijo el médico. “No sentirás nada, porque estarás dormido. Y tus padres te estarán esperando justo afuera”.

Joshua se sintió aún más asustado. ¿Por qué no podían quedarse sus padres en la habitación con él? No podía dejar de llorar.

La mamá le habló con ternura. “¿Qué podemos hacer para ayudarte a que te sientas mejor?”, dijo ella.

“Sé lo que podemos hacer”, respondió él. “Por favor, canten ‘Soy un hijo de Dios’ conmigo, y después hagamos otra oración”.

Mientras cantaban en voz baja, Joshua recordó haber cantado esa canción en su bautismo; y mientras oraban, pensó en lo que el papá le había dicho el día de su bautismo: “El Espíritu Santo puede estar contigo siempre. Nunca estarás realmente solo”.

Joshua todavía estaba asustado cuando las enfermeras lo llevaban a la sala de operaciones. No podía ver las caras del médico ni de las enfermeras porque llevaban máscaras, pero cuando los miró a los ojos, supo que eran sus amigos y que lo cuidarían bien.

Después de la operación, los médicos dijeron que Joshua necesitaba descansar. Todavía estaba cansado y adolorido, pero el dolor de estómago había mejorado. Ya no tenía ganas de llorar, y sabía que iba a estar bien.

“Sentí algo en mi corazón”, les dijo Joshua a la mamá y al papá. “Era una sensación cálida”.

“Esa es una de las maneras en las que sentimos el Espíritu Santo”, dijo la mamá.

Joshua asintió. Estaba contento de tener el don del Espíritu Santo. Gracias al Espíritu Santo, nunca estaría realmente solo.