Como piloto de combate y comandante de una aerolínea, aprendí que, si bien no podía elegir la adversidad que encontraría durante un vuelo, sí podía elegir cómo me preparaba y cómo reaccionaba. Lo que se necesita en momentos de crisis es una confianza tranquila y lúcida.

¿Cómo conseguimos esto?

Afrontamos los hechos y volvemos a lo fundamental, a los principios básicos del Evangelio, a lo que más importa. Ustedes fortalecen su conducta religiosa privada, como la oración, el estudio de las Escrituras y el guardar los mandamientos de Dios. Toman las decisiones basándose en las mejores prácticas comprobadas.

Se centran en las cosas que pueden hacer, y no en aquello que no pueden hacer.

Se arman de fe y prestan atención a las palabras de guía del Señor y de Su profeta para que los conduzcan a un lugar seguro.

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