Escrituras
Ezequiel 37


Capítulo 37

Se muestra a Ezequiel un valle con huesos secos — Israel heredará la tierra en la Resurrección — El palo de Judá (la Biblia) y el palo de José (el Libro de Mormón) serán uno en la mano de Jehová — Los hijos de Israel serán recogidos y purificados — David (el Mesías) reinará sobre ellos — Recibirán el convenio sempiterno del Evangelio.

1 Y la mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el espíritu de Jehová y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.

2 Y me hizo pasar alrededor de ellos, y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del valle, y he aquí, estaban secos en gran manera.

3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: oh Señor, Jehová, tú lo sabes.

4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd la palabra de Jehová.

5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

6 Y pondré tendones en vosotros, y haré subir carne sobre vosotros, y os cubriré de piel y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.

8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y subió la carne, y quedaron cubiertos por la piel; pero no había en ellos espíritu.

9 Y me dijo: Profetiza al espíritu; profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Oh espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

10 Y profeticé como me había mandado; y entró espíritu en ellos, y vivieron y se pusieron de pie, un ejército grande en extremo.

11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo talados.

12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, oh pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas y os traeré a la tierra de Israel.

13 Y sabréis que yo soy Jehová cuando yo abra vuestros sepulcros y os saque de vuestras sepulturas, oh pueblo mío.

14 Y pondré mi espíritu en vosotros, y viviréis; y os haré reposar en vuestra tierra; y sabréis que yo, Jehová, he hablado, y lo haré, dice Jehová.

15 Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

16 Y tú, hijo de hombre, toma ahora un palo y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel, sus compañeros. Toma después otro palo y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel, sus compañeros.

17 Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.

18 Y cuando te hablen los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos explicarás qué quieres decir con eso?

19 Diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel, sus compañeros, y los pondré con él, con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano.

20 Y los palos sobre los que escribas estarán en tu mano delante de sus ojos;

21 y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes y los traeré a su propia tierra.

22 Y haré de ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel; y un mismo rey será el rey de todos ellos; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más estarán divididos en dos reinos.

23 Y no se contaminarán ya más con sus ídolos, ni con sus abominaciones ni con todas sus transgresiones; y los salvaré de todos los lugares en los cuales han pecado, y los purificaré; y serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

24 Y mi siervo David será rey sobre ellos, y para todos ellos habrá un solo pastor; y andarán en mis juicios, y guardarán mis estatutos y los pondrán por obra.

25 Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, y sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será su príncipe para siempre.

26 Y haré con ellos un convenio de paz; será un convenio sempiterno con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre.

27 Y estará en medio de ellos mi tabernáculo; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

28 Y sabrán las naciones que yo, Jehová, santifico a Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre.

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