Daniel 1–7: Lección 145

Daniel 6

Encontrar verdades del Evangelio en las Escrituras

¿Qué relato del Antiguo Testamento te ha enseñado un principio significativo del Evangelio? Jesucristo mismo utilizó el Antiguo Testamento para ayudar a Sus discípulos a entender Sus enseñanzas (por ejemplo, véase Lucas 4:24–27). Un poderoso relato que ilustra muchas verdades del Evangelio es el de la fe de Daniel y su confianza en el Señor, incluso cuando estuvo en el foso de los leones. Esta lección puede ayudar a los alumnos a reconocer y compartir las verdades del Evangelio que se encuentran en Daniel 6.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a reflexionar sobre los relatos de las Escrituras que han aprendido del Antiguo Testamento en su estudio de este año. Podrían seleccionar una historia que haya sido significativa para ellos y prepararse para compartir una verdad del Evangelio que esa historia les haya ayudado a entender.

Posibles actividades de aprendizaje

La moraleja del relato

A fin de ayudar a los alumnos a practicar cómo reconocer la moraleja de un relato, seleccione una fábula local o un cuento popular. Por ejemplo, podría utilizar el de “El patito feo”. Como alternativa, podría mostrar el video “Las cosas que más importan”, desde 0:00 hasta 0:22, que se encuentra disponible en LaIglesiadeJesucristo.org. luego haga las preguntas siguientes:

• ¿Qué mensaje podría enseñar este relato?

• ¿Cómo podría ese mensaje ilustrar una verdad acerca de Jesucristo o Su Evangelio?

Así como podemos encontrar verdades en fábulas e historias comunes, podemos aprender a encontrar verdades importantes del Evangelio en los relatos inspirados de las Escrituras que el Padre Celestial y Jesucristo han preservado para nosotros.

Para ayudarnos a entender la manera en que los relatos de las Escrituras enseñan verdades del Evangelio, el élder Jay E. Jensen, de los Setenta, enseñó lo siguiente:

Cuando lean y estudien relatos [de las Escrituras], verán una palabra, una frase o un principio que les parecerá que tienen tanta aplicación hoy como en el pasado. Al continuar su estudio con ayuda de la oración, se les aclararán otros principios; y si enlazan esos principios, comenzarán a tender un puente sobre la brecha que hay entre los profetas y la gente de antaño —ellos-allá-entonces— y nosotros en nuestros días: yo-aquí-ahora (“Relatos de las Escrituras: Modelos para nuestra vida”, Liahona, julio de 2009, pág. 21).

• ¿Qué te llama la atención del mensaje del élder Jensen?

• ¿Qué relato del Antiguo Testamento te ayudó a entender mejor a Jesucristo o a Su Evangelio?

La autoevaluación siguiente podría ayudar a los alumnos a seleccionar la parte de la habilidad de determinar verdades en los relatos de las Escrituras que podrían practicar hoy.

En una escala del 1 al 5, califica cuán seguro te sientes al utilizar las siguientes técnicas para el estudio de las Escrituras:

• Puedo reconocer verdades del Evangelio en un relato de las Escrituras.

• Puedo ver fácilmente cómo un relato de las Escrituras enseña acerca de Jesucristo.

• Puedo aplicar los relatos de las Escrituras a mi vida.

• Puedo compartir eficazmente con los demás lo que aprendo de los relatos de las Escrituras.

Hoy estudiarás un relato del libro de Daniel y explicarás lo que aprendes de él. Podrías centrar tus esfuerzos en la habilidad con la que te sientas menos seguro. Invita al Espíritu Santo a ayudarte a aumentar tu capacidad para determinar verdades en los relatos de las Escrituras y para enseñar a los demás lo que aprendes sobre Jesucristo, Su vida y Su Evangelio.

Daniel es echado en el foso de los leones

Muchos años después de que Daniel y sus amigos fueran llevados cautivos a Babilonia, la nación fue conquistada por los medos y los persas. Darío, un medo, fue designado rey de Babilonia (véase Daniel 5:30–31).

La actividad siguiente puede ayudar a los alumnos a practicar cómo reconocer verdades del Evangelio en los relatos de las Escrituras al estudiar el relato de cuando Daniel fue echado al foso de los leones (véase Daniel 6). Podría ser útil que hagan un breve repaso del relato antes de buscar en él las verdades del Evangelio. A continuación, se indican algunas maneras en que se podría resumir el relato:

1. Podría pedir a los alumnos que compartan el relato y organizarlos en grupos para que lean una parte. Invite a cada grupo a resumir su parte del relato para la clase. La siguiente sería una manera de dividir la lectura:

   Daniel 6:1–5

   Daniel 6:6–11

   Daniel 6:12–17

   Daniel 6:18–23

   Daniel 6:24–28

2. Usted podría resumir todo el relato para la clase. Para ello podría utilizar las imágenes que se encuentran en el artículo “Daniel and the Lions” (Friend, noviembre de 2018, FJ4–FJ6), si estuvieran disponibles, o el video “Daniel y el foso de los leones” (1:46), disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

A fin de ayudar a los alumnos a practicar cómo determinar los principios del Evangelio en los relatos de las Escrituras, utilice el volante “Los relatos de las Escrituras enseñan verdades del Evangelio”. Debido a que los alumnos presentarán a la clase lo que aprendan, podría ser mejor pedirles que trabajen con un compañero o en grupos pequeños. Considere asignar a los alumnos que podrían sentirse más ansiosos por hacer una presentación con aquellos que podrían sentirse más cómodos.

A medida que los alumnos utilicen el volante para preparar sus lecciones, usted podría caminar por el salón para ver las verdades del Evangelio que van encontrando. Si tienen dificultades, considere la forma en que podría ayudarlos a aprender a determinar las verdades del relato. Los siguientes son algunos ejemplos de verdades que ellos podrían reconocer:

• Como discípulos de Cristo, afrontaremos oposición a causa de nuestras creencias (Daniel 6:1–5).

• El Señor bendecirá nuestros esfuerzos cuando nos enfrentemos a la presión del mundo (Daniel 6:6–16).

• Cuando hacemos lo correcto y confiamos en el Señor, nuestro ejemplo de rectitud puede influir en los demás (Daniel 6:16–28).

Comparte lo que has aprendido

Después de que los alumnos hayan completado el volante, invítelos a compartir con otro grupo, o con la clase, la lección que prepararon. Si no comparten partes del relato que les recuerden a Jesucristo, podría mencionar algunas comparaciones como las siguientes:

• Tanto Daniel como Jesús hicieron la voluntad del Padre Celestial, aun cuando se enfrentaron la muerte (véanse Daniel 6:7, 10; Juan 6:38).

• De manera milagrosa, tanto Daniel como Jesús salieron vivos de un pozo cubierto por una piedra (véanse Daniel 6:17, 23; Marcos 15:46; 16:4–6).

Podría alentar a los alumnos a llevar a casa las lecciones que prepararon y a compartirlas con un familiar o un amigo.

Para concluir la clase, considere compartir la forma en que usted ha sido bendecido por los mensajes de Jesucristo o Su Evangelio que se encuentran en los relatos de las Escrituras. Invite a los alumnos a seguir procurando las impresiones del Espíritu Santo para que los ayude a ver las verdades del Evangelio en su estudio personal de las Escrituras.

Recursos adicionales

¿Cómo podemos demostrar valentía como la de Daniel en la actualidad?

El presidente Thomas S. Monson (1927–2018) compartió lo siguiente:

La valentía se demuestra de muchas formas. El autor cristiano Charles Swindoll escribió: “El valor no está limitado al campo de batalla […] ni a valientemente detener a un ladrón en nuestra casa. Las verdaderas pruebas del valor son mucho más sutiles; son pruebas internas, como permanecer fiel cuando nadie nos observa […] o mantenernos firmes cuando no se nos comprende” [Hal Urban, Choices That Change Lives (2006), pág. 122]. Yo agregaría que ese valor interior también incluye hacer lo correcto aunque tengamos miedo, defender nuestras creencias a riesgo de ser ridiculizados y mantener esas creencias aun cuando exista la posibilidad de perder a un amigo o nuestro estatus social. La persona que defiende firmemente lo correcto debe arriesgarse a ser, en ocasiones, rechazada y considerada poco popular.

Mientras yo servía en la Marina de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, supe de hazañas valerosas, actos de valor y ejemplos de valentía. Uno que nunca olvidaré fue el callado valor de un marinero [militar] de dieciocho años que no era de nuestra fe y que no se avergonzaba de orar. De los 250 hombres de la compañía, él era el único que todas las noches se arrodillaba al lado de la cama, a veces entre las bromas de los curiosos y la burla de los incrédulos y, con la cabeza inclinada, oraba a Dios; nunca vacilaba ni titubeaba. Él tenía valor (“Esfuércense y sean valientes”, Liahona, mayo de 2014, pág. 67).

El presidente Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo:

Un día se encontrarán ante el llamado de defender su religión o quizás hasta soportar un poco de maltrato personal por el simple hecho de ser miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En esos momentos se requerirá de parte de ustedes tanto valentía como cortesía […].

Quizá se pregunten si vale la pena defender los valores morales con valentía en la escuela secundaria o servir en una misión solo para que sus creencias más preciadas sean injuriadas; o luchar en contra de tantas cosas en una sociedad que a veces se burla de una vida de devoción religiosa. Sí, vale la pena […].

Sean fuertes; vivan el Evangelio fielmente, aunque los que estén a su alrededor no lo vivan en absoluto. Defiendan sus creencias con amabilidad y compasión, pero defiéndanlas (“El costo —y las bendiciones— del discipulado”, Liahona, mayo de 2014, págs. 6, 7, 9).

Actividades de aprendizaje complementarias

Jesús enseñaba con relatos de las Escrituras del Antiguo Testamento

Antes de preparar sus lecciones sobre Daniel 6, los alumnos podrían beneficiarse de ver que Jesucristo, a menudo, utilizaba relatos del Antiguo Testamento para enseñar verdades del Evangelio a Sus oyentes. Invite a los alumnos a estudiar uno de los siguientes pasajes de las Escrituras y a buscar la forma en que Jesús utilizó los relatos del Antiguo Testamento para enseñar verdades importantes:

• Mateo 12:38–40 (Jonás; véase Jonás 1:17)

• Mateo 24:36–39 (Noé; véase Génesis 6:13–22)

• Lucas 4:24–27 (una mujer en Sarepta; véase 1 Reyes 17:1, 8–16; y Naamán; véase 2 Reyes 5:1–14)

• Lucas 17:28–33 (la esposa de Lot; véase Génesis 19:24–26)

• Doctrina y Convenios 121:7–10 (Job; véase el lamento de Job sobre cómo lo trataron sus amigos en Job 6:14–15)

Después de que los alumnos hayan repasado el pasaje que seleccionaron, podría iniciar un análisis valiéndose de preguntas como las siguientes:

• ¿Qué mensaje pudo haber estado enseñando Jesús con este relato?

• ¿Cómo podría este relato del Antiguo Testamento dirigir al oyente hacia el Salvador y Su Evangelio?

Un “foso de leones” personal

Considere colocar a los alumnos en grupos pequeños y dibujar un león en la pizarra para cada grupo. Invite a cada grupo a analizar los diferentes “fosos de leones” (desafíos) que alguien podría enfrentar por escoger ser fiel en la actualidad. Después de concederles suficiente tiempo, invite a un alumno de cada grupo a pasar a la pizarra y titular uno de los leones con los desafíos que su grupo analizó. Pida a los alumnos que compartan una acción fiel que alguien podría realizar para responder a los desafíos. Ellos podrían analizar preguntas como las siguientes:

• ¿Por qué escogerían ser fieles al Señor aunque supieran que podrían sufrir alguno de estos desafíos como resultado?

• ¿En qué ocasión los ha ayudado el Señor a ustedes o a alguien a quien conozcan a resistir o vencer un desafío que surgió como resultado de serle fiel a Él?

Invite a los alumnos a pensar en situaciones de sus vidas en las que podrían experimentar desafíos por ser fieles al Señor. Aliéntelos a ser fieles a Él en esas situaciones y testifique que a medida que sean fieles, el Señor los ayudará.

Ejemplos de valentía moral

A fin de ayudar a los alumnos a ver la manera en que el Señor protege a Sus siervos en nuestra época, podría compartir uno de los ejemplos que aparecen a continuación. Si decide compartirlos, asegúrese de aclarar que, aunque hay ocasiones en que Dios protege a los justos, en Alma 60:13 se nos recuerda que, otras veces, el Señor permite que incluso los justos sufran.

Dos hermanas misioneras fueron protegidas milagrosamente de un daño. El élder Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, compartió este relato en “Cuando te hayas convertido” (desde 8:44 hasta 10:02).

Cuando tenía diecinueve años, Joseph F. Smith se enfrentó a una turba violenta que le preguntó si era miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días: “La preparación de Joseph F. Smith: De pura cepa, de pies a cabeza” (1:31).

Un severo oficial militar le preguntó al élder Larry Echo Hawk, de los Setenta, si creía en el Libro de Mormón: “Venid a mí, oh casa de Israel” (desde 0:00 hasta 3:05).