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Daniel 3: “Nuestro Dios […] puede librarnos […]. Y si no”


Daniel 3: “Nuestro Dios […] puede librarnos […]. Y si no’”, Antiguo Testamento: Manual del maestro de Seminario, 2026

Daniel 3: “Nuestro Dios […] puede librarnos […]. Y si no’”, Antiguo Testamento: Manual del maestro de Seminario

Daniel 1–7: Lección 144

Daniel 3

“Nuestro Dios […] puede librarnos […]. Y si no”

Es posible que a veces el Señor nos libre milagrosamente de nuestras pruebas. Otras veces, puede que no nos libere de la manera o en el momento que esperamos. Como fuere, podemos esforzarnos por ser como Sadrac, Mesac y Abed-nego y confiar en el Señor, independientemente de cómo y cuándo Él decida bendecirnos. Esta lección puede ayudar a los alumnos a sentir un deseo de confiar en Jesucristo, independientemente del resultado.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a pensar en fieles discípulos de Cristo que fueron librados milagrosamente de sus pruebas. Luego pídales que piensen en otros discípulos fieles que no fueron librados. Podrían meditar en lo que esos relatos les enseñan acerca de confiar en el Señor.

Posibles actividades de aprendizaje

Ejercer fe en Jesucristo

Considere comenzar la clase compartiendo la siguiente historia sobre Tyson, el hijo del élder Bowen.

Nota: La versión en video de la cita incluye información adicional que no se incluye en la cita escrita.

El élder Shayne M. Bowen, de los Setenta, compartió la siguiente experiencia personal:

11:26
Official Portrait of Elder Shayne M. Bowen.  Photographed March 2017.

Cuando [mi hijo] Tyson tenía ocho meses, aspiró [o inhaló] un pedazo de tiza que encontró en la alfombra. La tiza le quedó alojada en la garganta y dejó de respirar. Su hermano mayor llevó a Tyson al piso de arriba, gritando desesperadamente: “¡El bebé no respira; el bebé no respira!”. Empezamos la resucitación cardiopulmonar y llamamos al servicio de emergencia.

Llegaron los paramédicos y se llevaron a Tyson de urgencia al hospital. En la sala de espera, continuamos orando fervientemente pidiendo a Dios un milagro (“…porque yo vivo, vosotros también viviréis”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 16).

  • ¿Cómo podrían los diferentes posibles resultados de esta situación afectar a la fe que la familia tenía en Dios?

El élder Bowen continuó:

11:26
Official Portrait of Elder Shayne M. Bowen.  Photographed March 2017.

Tras lo que pareció ser toda una vida, la doctora salió a la sala y dijo: “Lo siento mucho. No hay nada más que podamos hacer. Tómense todo el tiempo que necesiten”; y se fue.

Cuando entramos a la habitación donde estaba Tyson, vimos a nuestro pequeño tesoro sin vida […].

En ese momento sentíamos como si se nos hubiera acabado el mundo (“…porque yo vivo, vosotros también viviréis”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 16).

Al igual que los Bowen, es posible que tengas experiencias en las que Dios no te bendiga de la manera que esperabas. Medita en experiencias que tú o tu familia hayan tenido en las que hayan sentido que el Señor los bendijo con el resultado que deseaban o no.

Podría ser útil mostrar las preguntas siguientes.

Hazte las preguntas siguientes:

  • ¿Cómo han influido tus experiencias en tu fe en el Padre Celestial y en Jesucristo?

  • ¿Sientes que puedes confiar en Ellos, independientemente de las bendiciones que recibas o no recibas? ¿Por qué sí o por qué no?

A medida que estudies Daniel 3 hoy, presta atención a cualquier impresión del Espíritu Santo que pueda ayudarte a fortalecer tu fe en el Padre Celestial y en Jesucristo, sin importar el resultado.

Una decisión difícil

Considere escribir los siguientes nombres en la pizarra: Sadrac, Mesac y Abed-nego. Muestre la imagen de un ídolo de oro e invite a los alumnos a compartir lo que sepan acerca de ese relato. Si lo desea, resuma con sus propias palabras el contexto que se presenta a continuación.

El rey de Babilonia, Nabucodonosor, hizo una gran estatua de oro. Medía aproximadamente 27,4 metros (90 pies) de alto y 2,74 metros (9 pies) de ancho (véase Daniel 3:1). El rey mandó a todos que se postraran y adoraran la imagen cuando se tocaba cierta música (véase Daniel 3:4–5). Las personas que no adoraran la estatua de oro serían arrojadas a “un horno de fuego ardiente” (Daniel 3:6).

Teniendo en cuenta las consecuencias de no adorar esa imagen, medita en lo que crees que habrías hecho si hubieras estado allí.

Sadrac, Mesac y Abed-nego escogieron honrar a Dios al no adorar la imagen (véase Daniel 3:12).

A fin de ayudar a los alumnos a estudiar los versículos siguientes, podría invitar a cinco que así lo deseen a leer los papeles del rey Nabucodonosor, Sadrac, Mesac, Abed-nego y el narrador. Los que lean los papeles de Sadrac, Mesac y Abed-nego podrían leer un versículo de Daniel 3:16–18 cada uno.

Lee Daniel 3:13–18 para saber lo que puedes aprender de esos hombres acerca de la fe en Jesucristo.

  • ¿Qué lecciones aprendes sobre la fe en Jesucristo?

    Ayude a los alumnos a darse cuenta de que podemos demostrar nuestra fe en Jesucristo al confiar en Él, independientemente del resultado.

    Considere invitar a los alumnos a marcar la frase “puede librarnos” (versículo 17). Señale que saber que Dios puede bendecirnos con lo que esperamos demuestra fe en Él.

    Luego, invite a los alumnos a marcar la frase “y si no” (versículo 18). Pregúnteles qué aprenden sobre la fe en Dios de la disposición de estos hombres a aceptar que era posible que Dios no eligiera bendecirlos con lo que ellos esperaban.

  • ¿Cuál es la diferencia entre tener fe en Jesucristo y tener fe en un resultado?

  • ¿Cuáles son las situaciones actuales en las que alguien necesitaría demostrar fe en Jesucristo en lugar de demostrar fe en un resultado?

El resultado de nuestra fe

Considere mostrar la imagen del horno de fuego ardiente que se encuentra al comienzo de la lección. Los alumnos podrían estudiar los versículos siguientes y analizar las preguntas a continuación, de dos en dos o en grupos pequeños.

Lee Daniel 3:19–28 y marca las palabras o frases que te llaman la atención de lo que experimentaron Sadrac, Mesac y Abed-nego.

A fin de ayudar a los alumnos a visualizar esos versículos, podría mostrar el video “Sadrac, Mesac y Abed-nego” (1:39), disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

1:39
  • ¿Qué te llamó la atención de este relato?

  • ¿Qué aprendiste sobre Dios en este relato?

Podría ser útil explicar que, aunque Dios libró a Sadrac, Mesac y Abed-nego, quizás no siempre nos libre de los resultados negativos. Para demostrarlo, los alumnos podrían completar la actividad siguiente.

Piensa en relatos de las Escrituras en los que las personas ejercieron fe en Jesucristo y aun así experimentaron resultados negativos.

Considere escribir Y si no… en la pizarra. Luego, los alumnos podrían anotar debajo de esa frase los nombres de las personas en las que pensaron. Si el tiempo lo permite, podrían escudriñar los relatos de esas personas en las Escrituras en busca de evidencias de que confiaban en Dios. Los siguientes son ejemplos a los que podría remitir a los alumnos según sea necesario: Nefi (véase 1 Nefi 18:10–16), Abinadí (véase Mosíah 17:9–20), José y Hyrum Smith (véase Doctrina y Convenios 135:1) o varias personas justas (véase Hebreos 11:36–40).

  • ¿Cómo te ayudan estos relatos a confiar en el Señor independientemente del resultado?

  • ¿Qué sabes sobre el Padre Celestial y Jesucristo que te ayuda a poner tu confianza en Ellos, independientemente del resultado?

Depender de Cristo

Considere recordar a los alumnos la experiencia del élder Bowen. La cita siguiente puede ayudarlos a ver cómo él confió en el Señor a pesar del resultado que experimentó.

El élder Bowen continuó compartiendo su experiencia:

Official Portrait of Elder Shayne M. Bowen.  Photographed March 2017.

Al sentir que la culpabilidad, el enojo y la autocompasión trataban de consumirme, pedí en oración que mi corazón cambiara. Mediante experiencias sagradas muy personales, el Señor me dio un nuevo corazón y, aun cuando todavía me sentía solo y lleno de dolor, toda mi perspectiva cambió. Se me dio a conocer que no se me había privado de nada, sino que me esperaba una gran bendición si era fiel.

Mi vida comenzó a cambiar y pude ver hacia adelante con esperanza, en vez de hacia atrás con desesperación […].

Testifico que gracias a Él, nuestro Salvador Jesucristo, esos sentimientos de pesar, soledad y desesperación un día serán absorbidos en una plenitud de gozo. Testifico que podemos confiar en Él (“…porque yo vivo, vosotros también viviréis”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 17).

  • ¿Cómo puede ayudarte la experiencia del élder Bowen?

  • ¿En qué ocasiones tú o alguien a quien conoces han demostrado fe en el Padre Celestial y en Jesucristo al confiar en Ellos, independientemente del resultado?

En tu diario de estudio, escribe lo que te ayuda a querer confiar en el Padre Celestial y en Jesucristo, independientemente del resultado. Podrías incluir la forma en que las lecciones que aprendiste de Daniel 3 pueden ayudarte en las pruebas que afrontas o lo que esperas recordar en el futuro.

Puede invitar a los alumnos que así lo deseen a compartir sus respuestas. Considere concluir con su propio testimonio o sentimientos en cuanto a confiar en el Señor.