Números 11–14; 20–24; 27: Lección 57

Números 21

Acudir al Salvador con fe

Mientras los hijos de Israel continuaban avanzando por el desierto, se quejaron del Señor. En respuesta, Él les envió serpientes venenosas. Luego, mandó a Moisés que colocara una serpiente de bronce sobre un asta a modo de un símbolo del Salvador y prometió que quienes la miraran serían sanados. Esta lección puede ayudar a los alumnos a acudir a Jesucristo con fe.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a leer Números 21:7–9 y Alma 33:18–21 en busca de lo que podemos aprender de este relato del Antiguo Testamento. Anímelos a que se preparen para compartir lo que aprendieron en la clase.

Posibles actividades de aprendizaje

La mordedura de una serpiente

Si lo desea, podría comenzar la clase mostrando la imagen de una serpiente.

• ¿Cómo crees que se sentiría ser mordido por una serpiente venenosa?

  Ayude a los alumnos a comprender que la mordedura de una serpiente venenosa puede causar hinchazón, ampollas, dolor intenso y enfermedad. En casos extremos, incluso puede ser mortal.

• ¿Cuáles son algunas de las diferentes formas en que las personas pueden reaccionar después de una mordedura?

  Algunas respuestas posibles son: entrar en pánico, buscar venganza contra la serpiente y matarla, esperar a ver cómo reacciona su cuerpo a la mordedura o buscar ayuda de inmediato.

  Junto a la serpiente, escriba pecado. Invite a los alumnos a comparar cómo el pecado y sus consecuencias podrían ser como la mordedura de una serpiente.

• ¿Cuáles son algunas de las diferentes formas en que las personas pueden reaccionar después de pecar?

Algunas respuestas posibles son: racionalizar sus acciones, tratar de adormecer sus sentimientos, ocultar sus acciones debido a la vergüenza, esperar a ver qué otras consecuencias enfrentan o acudir al Señor en busca de ayuda.

Dedica un momento a reflexionar sobre cómo reaccionas tú. ¿Acudes al Señor en busca de ayuda? ¿Por qué sí o por qué no? Mientras estudias esta lección, busca la guía del Espíritu Santo para que te ayude a acudir al Salvador en busca de ayuda en tu vida. También puedes buscar ayuda si tienes preguntas o inquietudes sobre acudir al Salvador.

Las serpientes ardientes

Como lo habían hecho muchas veces antes, los hijos de Israel se quejaron del Señor mientras viajaban por el desierto. Lee los versículos siguientes y responde las preguntas que los acompañan. Puede resultar útil saber que ardiente significa “venenoso” (véase la nota 6b al pie de la página).

Considere mostrar o escribir los versículos siguientes, así como sus preguntas, en la pizarra. Podría invitar a los alumnos a estudiarlos juntos en grupos pequeños o a estudiarlos por su cuenta y, luego, comentar sus respuestas con un compañero o un grupo pequeño para confirmarlas. Si le parece útil, explique que debido a que a los hijos de Israel no se les permitió atravesar la tierra de Edom, sino que tuvieron que rodearla (véase Números 21:4), su viaje sería más largo y más difícil.

Números 21:4–5. ¿Por qué los hijos de Israel se quejaron del Señor y de Moisés?

Números 21:6. ¿Qué envió el Señor en respuesta?

Números 21:7–9. ¿Qué ordenó el Señor a Moisés y a los hijos de Israel que hicieran para ser sanados?

1 Nefi 17:41; Alma 33:18–21. ¿Por qué algunos de los hijos de Israel no miraron?

Considere invitar a los alumnos a escribir los versículos del Libro de Mormón como pasajes correlacionados con Números 21:9 o a resaltar la nota 9a al pie de la página.

• ¿Qué te llamó la atención de este relato?

• ¿De qué manera podríamos parecernos a los hijos de Israel en ocasiones?

Un símbolo para el Salvador

Durante Su ministerio terrenal, el Salvador nos ayudó a entender lo que simbolizaba la serpiente de bronce en el asta. Lee Juan 3:14–16 en busca de la respuesta. (Si lo deseas, márcalo como un pasaje correlacionado con Números 21:7–9).

Después de que los alumnos compartan lo que encontraron, considere mostrarles las imágenes siguientes.

• ¿Qué podemos aprender de esos relatos?

Es posible que los alumnos compartan un principio similar al siguiente: Si miramos al Salvador con fe, Él nos sanará espiritualmente. Podría escribir ese principio en la pizarra.

Para que entiendan mejor este principio, invite a los alumnos a leer las citas siguientes.

El presidente Russell M. Nelson enseñó:

¡Les ruego que vengan a Él para que Él pueda sanarlos a ustedes! Él los sanará del pecado conforme se arrepientan; los sanará de la tristeza y del miedo; los sanará de las heridas de este mundo (“La respuesta siempre es Jesucristo”, Liahona, mayo de 2023, pág. 127).

• ¿Qué te gustó o qué aprendiste de esta cita?

• ¿En qué se parece el ser sanado del veneno a ser sanado por el Salvador de las consecuencias del pecado?

Mirar al Salvador

Invite a los alumnos a dedicar un minuto a observar la imagen del Salvador en la cruz y a meditar en las formas en que podemos acudir a Él con fe en la actualidad. Luego, invítelos a hacer lo siguiente en grupos pequeños.

1. Anota varias maneras en las que podemos acudir al Salvador con fe en la actualidad.

2. Analiza las razones por las que podríamos tener dificultades para hacer esas cosas. (Podrías analizar por qué nosotros, al igual que los hijos de Israel, podríamos sentirnos tentados a creer que esas maneras de acudir al Salvador son demasiado sencillas o no nos ayudarán).

3. A pesar de cualquier dificultad, analiza por qué vale la pena acudir al Salvador. (Esto podría incluir compartir ejemplos de las sanaciones del Salvador en las Escrituras, tus sentimientos o testimonio acerca de acudir al Salvador, o experiencias que hayas tenido cuando acudiste al Salvador con fe y lo que sucedió).

Si los alumnos necesitan ideas de maneras en que podemos acudir al Salvador, invítelos a buscar ejemplos del joven en el video “La Expiación – No es algo momentáneo” (3:00).

Pida a los alumnos que compartan algunos de los puntos más destacados de sus análisis. Si no comparten sentimientos, testimonios o experiencias de forma natural, considere darles la siguiente frase incompleta:

Creo que vale la pena acudir al Salvador con fe porque .

La actividad anterior es un ejemplo de cómo ayudar a los alumnos a considerar sus sentimientos acerca de Jesucristo. Ayudarlos a hacer esto puede permitir que el Espíritu Santo testifique de Él.

(Para obtener capacitación adicional, consulte “Testifique a menudo e invite a los alumnos a compartir sus sentimientos, experiencias y testimonios”, en Habilidades para el desarrollo del maestro).

A medida que los alumnos compartan, asegúrese de que quede claro que el Salvador nos ayudará y nos sanará de la manera y en el momento que sea mejor para nosotros.

Lo que crees

Busca la ayuda del Espíritu Santo mientras escribes una manera en la que crees que el Señor quiere que acudas a Él, o que continúes acudiendo a Él, en tu vida. También podrías escribir por qué puede ser difícil, pero aun así vale la pena.

Recursos adicionales

¿Qué podemos hacer para buscar la sanación del Salvador?

El presidente Russell M. Nelson enseñó:

Cuando estemos llenos de pesares, será el momento de profundizar nuestra fe en Dios, de trabajar más arduamente y de prestar servicio a los demás. Entonces Él sanará nuestro corazón desgarrado de dolor. Él nos dará paz y consuelo. Esos grandes dones nunca serán destruidos, ni siquiera con la muerte (“Jesucristo: El Maestro Sanador”, Liahona, noviembre de 2005, pág. 87).

La hermana Cristina B. Franco, en ese entonces segunda consejera de la Presidencia General de la Primaria, enseñó:

¿No [estamos] todos […] un poco quebrados, agrietados y dañados, sintiendo que nunca volveremos a ser los mismos? Sin embargo, a medida que vengamos a Jesucristo al ejercer la fe en Él, arrepentirnos, y hacer y guardar convenios, nuestro quebranto, cualquiera que fuera la causa, puede sanar. Este proceso, el cual invita al poder sanador del Salvador a nuestras vidas, no solo nos restaura a lo que éramos antes, sino que nos hace mejores de lo que fuimos. Sé que a través de la Expiación del Salvador, Jesucristo, podemos ser reparados, volver a ser sanos y lograr nuestro propósito (“El poder sanador de Jesucristo”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 61).

¿Cuáles son algunos ejemplos de cosas pequeñas y sencillas que podemos hacer para acercarnos más al Salvador?

El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, reflexionó sobre lo que se pidió a los hijos de Israel que hicieran para ser sanados y dijo lo siguiente: “¡Una cosa tan sencilla produjo un resultado tan milagroso!”. También compartió algunos actos pequeños y sencillos que nos acercarían más a nuestro Salvador:

Consideren el estudio de las Escrituras que debemos incorporar en nuestra vida diaria, según se nos ha enseñado. O consideren las oraciones personales y las oraciones familiares de rodillas, que son prácticas habituales de los fieles Santos de los Últimos Días. Consideren la asistencia de los jóvenes a Seminario y de los jóvenes adultos a Instituto. Si bien cada una de estas actividades pueden parecer pequeñas y sencillas, con el tiempo producen un poderoso incremento y crecimiento espirituales. Esto ocurre debido a que cada una de estas cosas pequeñas y sencillas invitan a la compañía del Espíritu Santo, el Testificador, quien nos ilumina y guía hacia la verdad […].

La continua práctica del arrepentimiento, aun cuando se trate de transgresiones aparentemente pequeñas, es otra fuente de edificación y crecimiento espirituales. El hacernos autoevaluaciones inspiradas nos permitirá ver nuestras flaquezas y cómo podemos mejorar. Este arrepentimiento debe hacerse antes de que participemos de la Santa Cena (“Cosas pequeñas y sencillas”, Liahona, mayo de 2018, págs. 90, 91).

Actividades de aprendizaje complementarias

Un comienzo alternativo

Consideren mirar un video del Salvador sanando a otros, como “Jesucristo siente compasión y sana a las personas” desde 1:43 hasta 6:19.

• Si el Salvador estuviera aquí hoy, ¿a quién les gustaría llevar ante Él para que lo sane? ¿Por qué?

• Aparte de las enfermedades, ¿de qué otras maneras puede sanar el Salvador?

Las Escrituras relatan muchas ocasiones en las que el Salvador sanó a personas de enfermedades, ceguera, lepra y a quienes “padecían cualquier aflicción” (3 Nefi 17:9). El Salvador también enseñó que Sus sanaciones demostraban lo que Él podía hacer por las personas espiritualmente (véase Marcos 2:2–11). Reflexionen sobre aquello con lo que desearían la ayuda del Señor de forma personal y si tienen fe en que Él puede sanarlos.

Símbolos del Salvador

Si cree que resultaría útil centrarse en otro símbolo del Salvador en este capítulo, escriba en la pizarra las palabras cordero, roca y agua.

• ¿Qué tienen en común estas cosas? (Todas se usaron para simbolizar al Salvador).

• ¿Cómo podrían simbolizar al Salvador?

Durante los cuarenta años que los israelitas pasaron en el desierto, el Señor utilizó muchos objetos y experiencias diferentes para enseñarles acerca de Su poder para sanar y proveer a las personas que acuden a Él. En dos ocasiones diferentes el pueblo murmuró contra Moisés cuando les faltó agua en el desierto (véanse Éxodo 17:1–4; Números 20:1–5).

Podría invitar a la mitad de la clase a leer Éxodo 17:5–6 y a la otra mitad a leer Números 20:7–8 mientras piensan en cómo esos acontecimientos pueden recordarles simbólicamente a Jesucristo. Si es necesario, recuérdeles que se ha comparado al Salvador con una roca o una piedra en múltiples ocasiones (véanse Helamán 5:12; Moisés 7:53).

• ¿De qué manera los acontecimientos de estos versículos les recordaron al Salvador? (Si necesitan ayuda, consideren estudiar Moisés 7:53 y Juan 4:13–14).

Así como los israelitas dependían de Dios para obtener agua en el desierto, nosotros también dependemos de Él para satisfacer nuestras necesidades. Mediten en la forma en que estos símbolos los ayudan a conocer mejor al Señor.