“Moisés 4:1–4: ‘Hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre’”, Antiguo Testamento: Manual del maestro de Seminario, 2026
“Moisés 4:1–4: ‘Hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre’”, Antiguo Testamento: Manual del maestro de Seminario
Génesis 3–4; Moisés 4–5: Lección 10
Moisés 4:1–4
“Hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre”
En la vida preterrenal, el Padre Celestial escogió a Jesucristo para que fuera el Salvador en Su plan. Jesucristo obedece constantemente la voluntad del Padre Celestial, aun cuando sea difícil. Esta lección puede ayudar a los alumnos a desear seguir el ejemplo de Jesucristo de obedecer al Padre Celestial.
Preparación del alumno: Invite a los alumnos a pensar en personas que conozcan cuyos ejemplos los inspiren a ser más obedientes al Padre Celestial. Pídales que acudan a clase preparados para compartir.
Posibles actividades de aprendizaje
Hacer la voluntad del Padre Celestial
Para comenzar la clase, considere la posibilidad de compartir una ocasión en la que el Padre Celestial le haya pedido a un adolescente que hiciera algo difícil. Puede ser una experiencia personal o una de la que haya escuchado. El relato siguiente es un ejemplo que podría utilizar. Anime a los alumnos a pensar en ocasiones en las que hayan tenido sentimientos similares.
El hermano M. Joseph Brough, antiguo miembro de la Presidencia General de los Hombres Jóvenes, compartió el relato siguiente acerca de su hija:
Jóvenes, Dios requiere que ustedes hagan cosas difíciles. Una jovencita de catorce años jugaba baloncesto de competición. Su sueño era jugar en el equipo de la escuela secundaria como su hermana mayor. Luego supo que sus padres habían sido llamados para presidir una misión en Guatemala.
Al llegar ahí, se enteró de que algunas de sus clases serían en español, un idioma que aún no hablaba, y que en su escuela no había ningún equipo deportivo femenino. Vivía en el piso catorce de un edificio que estaba muy vigilado. Para colmo, no podía salir sola a la calle por cuestiones de seguridad.
Durante meses, sus padres la escucharon llorar hasta el cansancio todas las noches (“Levanta la cabeza y regocíjate”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 14).
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Si estuvieras en la situación de esta joven, ¿qué habría sido lo más difícil para ti?
Reflexiona acerca de las siguientes preguntas:
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¿Cuál es una de las cosas más difíciles que Dios te ha pedido o te puede pedir?
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¿Cuán dispuesto estás a hacerla? ¿Por qué?
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¿Qué deseas aprender o sentir en esta lección que pueda ayudarte a estar más dispuesto a hacer lo que Dios te pide?
Mientras los alumnos estudian Moisés 4:1–4, aprenderán acerca de Jesucristo y Su disposición a hacer las cosas difíciles que le pide el Padre Celestial. Anímelos a buscar la ayuda del Espíritu Santo para saber la manera en que el ejemplo del Salvador puede ayudarlos con las cosas difíciles que Dios podría pedirles que hagan.
El carácter de Cristo
Si lo desea, explique la información del párrafo siguiente para ayudar a los alumnos a entender el contexto del pasaje que estudiarán hoy.
Vivimos en la vida preterrenal con nuestro Padre Celestial. Durante ese período se nos enseñó Su plan para ayudarnos a llegar a ser como Él. Moisés 4:1–4 contiene un relato del concilio de los cielos cuando Jesucristo fue escogido para ser nuestro Salvador. En esos versículos vemos el carácter de Jesucristo y Satanás cuando cada uno responde de maneras diferentes a la voluntad del Padre Celestial.
Si lo desea, podría hacer en la pizarra un cuadro sencillo como el siguiente para ayudar a los alumnos a ver claramente las diferencias entre Jesucristo y Satanás.
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Jesucristo |
Satanás |
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Lee Moisés 4:1–4 y busca lo que puedes aprender acerca de los motivos y las actitudes de Jesucristo y Satanás.
Invite a los alumnos a escribir sus ideas en la pizarra y a analizar lo que hayan aprendido. (Podrían mencionar cuántas veces Satanás utiliza la palabra “yo” y su deseo de recibir honor. Por el contrario, podrían fijarse en el uso que hace el Salvador de la palabra “tu” y en Su deseo de que la gloria sea del Padre. También podrían notar cómo Satanás “se rebeló contra” el Padre y “pretendió destruir el albedrío del hombre”. Por el contrario, podrían señalar el deseo del Salvador de obedecer la voluntad del Padre y aceptar Su plan).
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¿Qué te enseñan esos versículos sobre la relación entre Jesucristo y Su Padre?
Una verdad que los alumnos podrían reconocer durante el análisis es que Jesucristo obedece humildemente a nuestro Padre Celestial.
Los relatos siguientes acerca del Salvador pueden ayudar a los alumnos a aprender de Su ejemplo. Ayúdelos a entender que el aprender más acerca de la obediencia del Salvador al Padre, aun cuando era difícil, puede aumentar nuestro deseo de seguir Su ejemplo.
Lee los relatos siguientes y busca el deseo constante de Jesucristo de obedecer al Padre Celestial, aun cuando era difícil.
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Lucas 2:49 (cuando tenía doce años)
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Juan 8:28–29 (de adulto)
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Mateo 26:36–39 (en el Jardín de Getsemaní)
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3 Nefi 11:10–11 (como un ser resucitado)
Analice con los alumnos lo que aprenden acerca de Jesucristo a partir de esos ejemplos y luego pídales que compartan otros ejemplos de la vida del Salvador en los que Él haya obedecido humildemente la voluntad del Padre.
Invite a los alumnos a recordar aquella cosa difícil en la que pensaron al principio de la clase. Para ayudarlos a conectar lo que aprenden sobre Jesucristo con su vida, haga preguntas como las siguientes:
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¿Qué dijo o hizo Jesucristo que pudiera inspirar a alguien a decidir obedecer al Padre Celestial aun cuando sea difícil?
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¿A quién conoces que sea un buen ejemplo de obedecer la voluntad del Padre Celestial? ¿Qué has aprendido de su ejemplo?
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¿Qué te motiva a obedecer la voluntad del Padre Celestial aun cuando sea difícil?
Seguir el ejemplo de Cristo
La joven del relato al comienzo de la lección es hija del hermano Brough. Si compartió ese relato, diga a los alumnos que ella enfrentó con valentía los tres años que sus padres sirvieron como líderes de misión en Guatemala.
Comparta la continuación del relato e invite a los alumnos a buscar los atributos semejantes a los de Cristo que vean en su ejemplo. Si compartió un relato diferente al comienzo de la clase, podría contar lo que pasó después, como la conclusión de la historia u otra experiencia de la misma persona. Invite a los alumnos a buscar en esa persona atributos semejantes a los de Cristo.
El hermano Brough prosiguió:
Al final de nuestra misión, le pregunté a mi hija si serviría en una misión de tiempo completo. Su respuesta fue: “No, papá, ya la serví”.
¡Quedé conforme con la respuesta! Sin embargo, seis meses después, el Espíritu me despertó por la noche con este pensamiento: “He llamado a tu hija a servir en una misión”.
Mi reacción fue: “Padre Celestial, ella ya ha dado mucho”. El Espíritu me corrigió de inmediato, y entendí que el Señor requería el servicio misional de ella.
Poco después, llevé a mi hija a almorzar. En la mesa le dije: “Ganzie, ¿sabes por qué estamos aquí?”.
Ella dijo: “Sí, papá. Ya sabes que tengo que ir a servir en una misión. No quiero hacerlo, pero iré”.
A causa de que ella le dio su voluntad al Padre Celestial, sirvió con todo su corazón, alma, mente y fuerza. Ella le ha enseñado a su padre cómo hacer cosas difíciles (“Levanta la cabeza y regocíjate”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 14).
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Piensa en los versículos que leíste hoy acerca de Jesucristo. ¿Cómo siguió esa joven Su ejemplo?
El hacer preguntas abiertas puede ayudar a los alumnos a descubrir las verdades del Evangelio y ponerlas en práctica según sus circunstancias personales. Podría utilizar preguntas como las siguientes para permitir que los alumnos expresen lo que aprendieron y cómo pueden ponerlo en práctica en su vida. (Para obtener capacitación adicional al respecto, véase “Aprenda la doctrina de Jesucristo por usted mismo” en Habilidades para el desarrollo del maestro).
En tu diario de estudio, escribe una respuesta a las dos preguntas siguientes, prestando atención a los pensamientos o impresiones del Espíritu:
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¿Qué aprendiste hoy acerca de Jesucristo que pueda ayudarte a obedecer al Padre Celestial, aun cuando Él te pida que hagas cosas difíciles?
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¿Qué te sientes inspirado a hacer debido a lo que aprendiste o sentiste hoy?
Testifique del ejemplo de Jesucristo y de Su capacidad para ayudarnos a hacer lo que Dios nos ha pedido.