Pornografía
Mi cuerpo procede de Dios


“Mi cuerpo procede de Dios”, Ayuda para los padres, 2019

“Mi cuerpo procede de Dios”, Ayuda para los padres

Imagen
niña balanceándose

Mi cuerpo procede de Dios

“¿Qué ocurriría si en verdad tratásemos el cuerpo como a un templo? Los resultados serían un impresionante aumento en la castidad, en el recato, en el guardar la Palabra de Sabiduría, y una disminución similar en los problemas referentes a la pornografía y el maltrato, porque consideraríamos el cuerpo como un templo, como un santuario sagrado del espíritu” (Susan W. Tanner, La santidad del cuerpo”, Liahona, noviembre de 2005, pág. 13).

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27).

Nuestros cuerpos fueron creados a imagen de Dios. Son un regalo del Padre Celestial que nos permite experimentar la vida terrenal y continuar llegando a ser cada vez más como Él. Ese conocimiento puede cambiar la manera en que tratamos nuestro cuerpo y lo que sentimos acerca de nuestro Padre Celestial y de nosotros mismos. Cuando tratamos nuestros cuerpos como templos sagrados creados por Dios, obtenemos bendiciones físicas, emocionales y espirituales.

Una manera en que podemos mostrar respeto por este fantástico don de Dios es evitando la mala conducta sexual, la cual abarca toda relación con la pornografía. La pornografía es cualquier material que represente o describa el cuerpo humano o la conducta sexual en una manera que despierte o intente despertar deseos sexuales de manera inapropiada. Se distribuye a través de muchos medios de difusión, entre ellos, las revistas, los libros, la televisión, las películas, la música e internet. Debemos prepararnos para que, cuando nos encontremos con materiales de este tipo, podamos responder en maneras que preserven nuestro bienestar espiritual y nos protejan de futuros contactos con la pornografía.

Prepárese espiritualmente

Los siguientes pasajes de las Escrituras y recursos pueden ayudarle a profundizar su conocimiento de la doctrina relacionada con este asunto. Mientras estudia, piense en maneras de compartir la doctrina con sus hijos.

Escrituras:

Discursos de conferencias y artículos de revistas:

  • David A. Bednar, “Ye Are the Temple of God [Sois templo de Dios]”, Ensign, septiembre de 2001, págs. 14–21

  • Susan W. Tanner, “La santidad del cuerpo”, Liahona, noviembre de 2005, págs. 13–15

  • Vicki F. Matsumori, “Mi cuerpo es un templo de Dios”, Liahona, agosto de 2011, págs. 64–65

Otros recursos:

Si desea más materiales que pueda utilizar para enseñar a los niños, consulte “Cuerpo” en Recursos para enseñar a los niños, ChurchofJesusChrist.org.

Presentar la doctrina

Elija alguna de las siguientes ideas o utilice las suyas para presentar la doctrina de que nuestro cuerpo procede de Dios.

  • Averigüe lo que sus hijos sepan ya acerca de nuestro cuerpo. Pregúnteles quién creó nuestro cuerpo y por qué es especial. Hablen de cómo podemos respetar nuestro cuerpo. Aliente a sus hijos a hacer cualquier pregunta que tengan sobre la importancia de su cuerpo.

  • Muestre una foto de una persona de su familia y una foto de un templo, una al lado de la otra. Pregunte a su familia en qué sentido el cuerpo es como un templo (véase 1 Corintios 6:19).

  • Invite a cada persona a compartir por qué es importante mantener nuestro cuerpo y mente limpios y sanos.

  • Invite a un miembro de su familia a hablar de una ocasión en la que dedicó mucho tiempo y esfuerzo a hacer algo (algunos ejemplos podrían ser pinturas, redacciones u otros proyectos). ¿Qué sentimientos tenía en cuanto al proyecto? ¿Qué nos enseña esto sobre lo que Dios siente por nosotros como creador de nuestro cuerpo?

  • Si viven cerca de un templo, podrían compartir la lección de la noche de hogar en los jardines del templo y analizar su carácter sagrado, así como la belleza del edificio y los jardines.

Aprender juntos

Siga la inspiración del Espíritu y seleccione una o más de las siguientes actividades que sean adecuadas para las edades y las necesidades de su familia. Una vez que haya enseñado la importancia y el carácter sagrado de nuestro cuerpo, ayude a su familia a relacionar esta doctrina con el hecho de evitar la pornografía y responder adecuadamente a ella. Quizá deba dar una descripción de lo que significa la pornografía que sea apropiada para la edad de los niños.

Ideas para los niños:

  • Muestre una foto de su familia y enseñe que Dios creó nuestro cuerpo y que es especial. Después, imprima una copia de la actividad de “Mi cuerpo es un templo de Dios” (Vicki F. Matsumori, Liahona, agosto de 2011, págs. 64–65) para cada miembro de la familia. Enseñe qué es bueno y qué es malo para nuestro cuerpo mientras realizan la actividad.

  • Prepare un juego de búsqueda en su casa. Escriba una lista de elementos que podemos utilizar para cuidar y respetar nuestro cuerpo, como frutas y verduras, equipo para hacer ejercicio, ropa modesta, protector solar, dentífrico, jabón, botellas de agua, vitaminas y materiales de primeros auxilios. Dé cinco minutos a cada uno para encontrar todos los elementos de la lista que puedan. Después reúnanse para compartir lo que encontraron y hablar de la importancia de cuidar nuestro cuerpo.

  • Enseñe a su familia la canción de la Primaria “El Señor me dio un templo” (Canciones para los niños, pág. 73). Quizá deseen escuchar una grabación de la canción mientras colorean imágenes del templo o podrían hablar de lo que la letra nos enseña sobre nuestro cuerpo.

Ideas para los jóvenes:

  • Susan W. Tanner, quien fuera Presidenta General de las Mujeres Jóvenes, preguntó: “¿Qué ocurriría si en verdad tratásemos el cuerpo como a un templo?” (“La santidad del cuerpo”, Liahona, noviembre de 2005, pág. 13). Seleccione una o dos secciones de su discurso “La santidad del cuerpo” (págs. 13–15) para analizarlas en familia. Podrían hablar juntos de la respuesta a su pregunta o bien usted podría dar tiempo a los miembros de su familia para que escriban una respuesta en su diario.

  • En familia, analicen cómo representan los medios de comunicación el cuerpo humano. Podrían hacer esto conversando al respecto, pidiendo a cada uno que haga una lista en una hoja de papel o escribiendo una lista en un cartel o una pizarra blanca. Después vean juntos el video “Be Not Moved [¡No seáis movidas!]”. Luego de ver el video, pida a cada uno que haga otra lista que describa cómo quiere Dios que consideremos nuestro cuerpo. Analicen lo que podemos aprender de esta actividad y cómo podemos poner en práctica lo que aprendamos.

  • Pida a cada miembro de su familia que lea una sección del artículo del élder David A. Bednar “Ye Are the Temple of God [Sois templo de Dios]” (Ensign, septiembre de 2001, págs. 14–21). Pídales que compartan lo que hayan aprendido sobre cómo la manera de tratar nuestro cuerpo guarda relación con nuestro propósito en la tierra.

Invitar a actuar

Invite a los miembros de su familia a pensar y compartir cómo respetarán y honrarán su cuerpo. Haga una lista y colóquela en un lugar donde su familia la vea a menudo.

Otras lecciones para enseñar a los hijos: