Muchas personas se relacionan de forma amorosa

Que os améis unos a otros, por Emma Donaldson Taylor.

24 – 30 enero

Moisés 7

“El Señor llamó Sion a su pueblo”

Conforme estudie Moisés 7, piense en las personas a las que enseña y en cómo puede ayudarles a comprender lo que se enseña en este capítulo sobre Sion y otros principios del Evangelio.

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A veces, una simple pregunta y unos cuantos minutos para reflexionar bastan para ayudar a que las personas compartan lo que están aprendiendo en casa. Tal vez podría dar un poco de tiempo a los miembros de la clase para que repasen Moisés 7, encuentren un versículo que los haga sentir gratitud por las verdades restauradas en el libro de Moisés y luego lo compartan.

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Enseñar la doctrina

Moisés 7:16–21, 27, 53, 62–69

Podemos edificar Sion en la actualidad

• ¿Cuál sería la mejor manera de presentar el concepto de Sion en su clase? Una idea podría ser ponerse en contacto con los miembros de la clase durante la semana antes de la clase e invitarlos a que lleven un objeto de su casa, el cual sientan que represente las características del pueblo de Sion, según se describe en Moisés 7:18. Conforme analicen juntos el versículo, ellos podrían explicar el significado del objeto que llevaron.

  Personas saludándose

  Debemos esforzarnos por ser “uno en corazón y voluntad” (Moisés 7:18).

• Podría empezar un análisis sobre cómo podemos ser “uno en corazón y voluntad” (Moisés 7:18) en nuestros barrios y familias. Podría pedir a los miembros de la clase que piensen en momentos en los que hayan sentido unidad en sus familias o al servir con otras personas en el barrio o la comunidad. ¿Qué hizo la gente para crear unidad en esas situaciones? ¿Qué podemos aprender sobre Sion y la unidad en Moisés 7? (véanse en particular los versículos 16–21, 27, 53, 62–69). Otros pasajes que podrían servir son los siguientes: Filipenses 2:1–4; 4 Nefi 1:15–18; Doctrina y Convenios 97:21; 105:5.

Moisés 7:28–44

Dios llora por Sus hijos.

• Algunas personas podrían ver a Dios como un ser distante, inaccesible y hasta indiferente. ¿Cómo se puede valer de la visión de Enoc para ayudar a los miembros de la clase a comprender que Dios está presente en nuestra vida y se preocupa por nosotros? Podría pedirles que lean Moisés 7:28–44 y hagan una lista de algunas de las razones por las que Dios lloraba. ¿Qué nos enseñan esos versículos acerca de lo que Dios siente por Sus hijos? La declaración que se encuentra en “Recursos adicionales” podría enriquecer el análisis.

• La reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para uso individual y familiar sugiere reflexionar sobre lo que se enseña acerca de Dios en Moisés 7:28–31, 35. Quienes hayan hecho esto en el hogar podrían estar dispuestos a compartir sus ideas con la clase. O bien, podría invitar a los miembros de la clase a meditar en esos versículos y analizarlos en la clase.

Moisés 7:59–67

El Señor vendrá de nuevo en los últimos días

• ¿Cómo podría ayudar a los miembros de la clase a descubrir lo que se enseña en Moisés 7:59–67 acerca de la segunda venida del Salvador? Tal vez podría escribir en la pizarra dos o tres verdades o acontecimientos que se mencionen en esos versículos y pedirles que escudriñen los versículos y expandan la lista. ¿Por qué es una bendición tener un registro de la visión de Enoc que es una de las primeras profecías de la Segunda Venida?

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Recursos adicionales

Dios llora por Sus hijos.

El élder Jeffrey R. Holland enseñó:

“… en medio de una gran visión del género humano que el cielo abrió ante su vista, Enoc, observando las bendiciones y las dificultades de la vida terrenal, dirige su mirada al Padre y se asombra al verlo llorar. Él dice maravillado y con asombro a ese Ser, el más poderoso del universo: […] ‘¿Cómo es posible que llores?’.

“Al contemplar los acontecimientos de casi cualquier época, Dios responde: ‘He allí a estos, tus hermanos; son la obra de mis propias manos y les di […] mandamiento, que se amen el uno al otro, y que me prefieran a mí, su Padre, mas he aquí, no tienen afecto y aborrecen su propia sangre […]; por tanto, ¿no han de llorar los cielos, viendo que estos han de sufrir?’ [Moisés 7:29–33, 37].

“Esa sola escena fascinante enseña más acerca de la verdadera naturaleza de Dios que cualquier disertación teológica […]. ¡Qué imagen tan indeleble de la participación de Dios en nuestra vida! ¡Qué angustia del Padre cuando Sus hijos no lo escogen ni a Él ni al ‘evangelio de Dios’ que Él envió! “[Romanos 1:1]. ¡Qué fácil amar a Quien tanto nos ama!” (véase “La grandiosidad de Dios”, Liahona, noviembre de 2003, págs. 71–72).

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Aliente a los miembros de la clase a estudiar las Escrituras en el hogar. Una de las maneras en que puede alentar el estudio de las Escrituras en el hogar es brindando tiempo para que los miembros de la clase compartan los descubrimientos que hayan hecho y las impresiones que hayan recibido durante su estudio personal y familiar (véase Enseñar a la manera del Salvador, pág. 29).