Nuevo Testamento 2023
Atender las necesidades de los niños pequeños


“Atender las necesidades de los niños pequeños”, Ven, sígueme — Para la Primaria: Nuevo Testamento 2023 (2023)

“Atender las necesidades de los niños pequeños”, Ven, sígueme — Para la Primaria: 2023

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Niños de la Primaria

Atender las necesidades de los niños pequeños

Los niños están dispuestos y deseosos de aprender el Evangelio si se les presenta de una manera en la que ellos lo puedan entender. En especial si enseña a niños pequeños, considere utilizar los siguientes tipos de actividades para ayudarles a aprender.

  • Cantar. Los himnos y las canciones de Canciones para los niños enseñan la doctrina de un modo poderoso. Utilice el índice de temas que se encuentra al final de Canciones para los niños para buscar canciones que se relacionen con los principios del Evangelio que esté enseñando. Ayude a los niños a relacionar los mensajes de las canciones con la vida de ellos. Por ejemplo, podría hacer preguntas sobre palabras o frases de la letra de las canciones. Además de cantar, los niños pueden realizar movimientos que correspondan con las canciones o simplemente escuchar las canciones como música de fondo mientras estén realizando otras actividades. Si necesita más ideas, véanse las secciones “Utilice música para enseñar la doctrina” y “Ayude a los niños a aprender y a recordar las canciones de la Primaria y los himnos” en el apéndice de este manual.

  • Escuchar o dramatizar un relato. A los niños pequeños les encantan los relatos, ya sean de las Escrituras, de la vida de usted, de la historia de la Iglesia, de su historia familiar o de las revistas de la Iglesia. Busque maneras de hacerlos participar en la narración; por ejemplo, podrían sostener láminas u objetos, dibujar lo que escuchen, hacer una dramatización del relato o ayudar a narrarlo. Ayude a los niños a reconocer las verdades del Evangelio en los relatos que comparta.

  • Leer pasajes de las Escrituras. Quizás los niños pequeños no sepan leer bien; sin embargo, aun así puede hacer que participen y aprendan de las Escrituras. Tal vez deba centrarse en un solo versículo, en una frase clave o en una palabra. Cuando lea un pasaje de las Escrituras en voz alta, podría invitar a los niños a ponerse de pie o a levantar la mano cuando escuchen una palabra o frase específica en la que usted desee concentrarse. Tal vez hasta sean capaces de memorizar frases cortas de las Escrituras si las repiten unas cuantas veces. Al escuchar la palabra de Dios, ellos sentirán el Espíritu.

  • Mantenerlos activos. Debido a que los niños pequeños a menudo son dinámicos, planifique actividades que les permitan moverse: marchar, brincar, saltar, inclinarse, caminar y hacer otros movimientos que se relacionen con el principio o relato que esté enseñando. Esos movimientos también pueden ser eficaces cuando canten todos juntos.

  • Mirar una ilustración o ver un video. Cuando muestre a los niños una ilustración o un video que esté relacionado con un principio del Evangelio o un relato, hágales preguntas que les ayuden a aprender de lo que están viendo. Por ejemplo, podría preguntarles: “¿Qué está sucediendo en esta lámina (o video)? ¿Qué sienten al ver esto?”. La aplicación Recursos del Evangelio, GospelMedia.ChurchofJesusChrist.org y ChurchofJesusChrist.org/children?lang=spa son buenos sitios para buscar ilustraciones y videos.

  • Ayudar y alentar a los niños a compartir experiencias. Es posible que los niños pequeños no tengan tanto para compartir como los mayores, pero si brinda guía específica, pueden expresar sus sentimientos y experiencias sobre lo que estén aprendiendo.

  • Crear. Los niños pueden armar, dibujar o colorear algo relacionado con el relato o el principio que estén aprendiendo. Anímelos a llevar a casa lo que hayan creado y a compartirlo con los integrantes de su familia a fin de ayudar a los niños a recordar lo que aprendieron.

  • Participar en lecciones prácticas. Una lección práctica sencilla puede ayudar a los niños a entender un principio del Evangelio que sea difícil de comprender. Cuando utilice lecciones prácticas, busque maneras que permitan que los niños participen. Aprenderán más si interactúan que si tan solo observan alguna demostración.

  • Hacer dramatizaciones. Cuando los niños hacen dramatizaciones de situaciones que es probable que afronten en la vida real, son más capaces de entender cómo cierto principio del Evangelio se aplica a su vida.

  • Repetir actividades. Es posible que los niños pequeños necesiten escuchar los conceptos varias veces para entenderlos. No tema repetir relatos o actividades con frecuencia, incluso durante la misma lección. Por ejemplo, podría contar un relato de las Escrituras varias veces y de diferentes maneras durante una lección: leerlo en las Escrituras, resumirlo con sus propias palabras, mostrar un video, permitir que los niños le ayuden a relatarlo, invitarlos a dramatizarlo, etcétera. Si se hace una actividad en la clase y también se repite en el hogar, esa repetición ayudará a que los niños aprendan y recuerden.

  • Interactuar con los demás. Los niños están desarrollando sus habilidades sociales y a menudo disfrutan de aprender y jugar con sus compañeros. Cree oportunidades para que compartan, se turnen y cooperen mientras estén aprendiendo.

  • Participar en diversas actividades. Los niños pequeños suelen tener una capacidad de concentración de corta duración, así como diferentes estilos de aprendizaje. Utilice diversas actividades y preste atención a las señales que indican que los niños necesitan un cambio de ritmo. Por ejemplo, quizá sea necesario alternar con frecuencia entre actividades tranquilas y movidas.

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Maestro y niño en la Primaria

Parte de su función como maestro de niños pequeños —además de enseñar principios del Evangelio— es ayudar a los niños a aprender la forma de participar de manera apropiada en una clase de la Iglesia. Por ejemplo, quizá sea necesario que aprendan en cuanto a turnarse, compartir, respetar a los demás, etcétera. Algunos maestros elaboran diagramas con asignaciones para que cada niño participe en la clase de una manera específica (como hacer la oración, sostener una lámina o repartir hojas de papel). Se pueden cambiar las asignaciones cada semana. Esto ayuda a los niños a turnarse y a concentrarse en el comportamiento debido en el salón de clases.

Los niños —en especial los pequeños— a menudo se benefician de una rutina regular y predecible. Ya que los niños pequeños tienen una capacidad de concentración de corta duración y a menudo se les dificulta concentrarse durante toda una clase, por lo general es mejor si dicha rutina incluye transiciones frecuentes de una actividad a otra. Por ejemplo, la rutina de su clase podría incluir descansos esporádicos para colorear un dibujo, entonar una canción, etcétera.