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21 – 27 enero. Juan 1: Hemos hallado al Mesías


“21 – 27 enero. Juan 1: Hemos hallado al Mesías”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar Nuevo Testamento 2019 (2019)

“21 – 27 enero. Juan 1”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar 2019

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Mujer comparte el Evangelio en una estación de tren

21 – 27 enero

Juan 1

Hemos hallado al Mesías

Al leer Juan 1, y al meditar en ello, anote las impresiones espirituales que reciba. ¿Qué mensajes serán de mayor valor para usted y su familia? ¿Qué podría compartir en sus clases de la Iglesia?

Anote sus impresiones

¿Se ha preguntado alguna vez si hubiera reconocido a Jesús de Nazaret como el Hijo de Dios si hubiera vivido durante Su ministerio terrenal? Por años, los israelitas fieles habían esperado y orado por la venida del Mesías prometido; entre ellos, Andrés, Pedro, Felipe y Natanael. Cuando lo conocieron, ¿cómo supieron que Él era Aquel que habían estado buscando? De la misma forma que todos nosotros llegamos a conocer al Salvador: al aceptar la invitación “Venid y ved” (Juan 1:39) para saber por uno mismo. Leemos acerca de Él en las Escrituras. Escuchamos Su doctrina. Vivimos conforme a Su manera de vivir. Sentimos Su Espíritu. En el proceso, descubrimos, como lo hizo Natanael, que el Salvador nos conoce, nos ama y desea que nos preparemos para recibir “cosas mayores” (Juan 1:50).

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Ideas para el estudio personal de las Escrituras

El Evangelio según San Juan

¿Quién era Juan?

Juan era un discípulo de Juan el Bautista y, posteriormente, llegó a ser uno de los primeros seguidores de Jesucristo y uno de Sus Doce Apóstoles. Él escribió el Santo Evangelio según San Juan, varias epístolas y el libro de Apocalipsis. En su Evangelio, él se refiere a sí mismo como el discípulo “a quien Jesús amaba” o el “otro discípulo” (Juan 13:23; 20:3). El entusiasmo de Juan por predicar el Evangelio era tan fuerte que él pidió permanecer en la tierra hasta la Segunda Venida del Salvador a fin de poder traer almas a Cristo (véase D. y C. 7:1–6).

Véase en la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Juan hijo de Zebedeo” y “Evangelios”.

Juan 1:1–5

Jesucristo estaba “en el principio con Dios”.

Juan comenzó su Evangelio describiendo la obra que Cristo efectuó antes de nacer: “En el principio… el Verbo [Jesucristo] estaba con Dios”. ¿Qué aprende de los versículos 1–5 sobre el Salvador y Su obra? En la Traducción de José Smith, Juan 1:1–5 (en el apéndice de la Biblia) hallará aclaraciones útiles. Al comenzar a estudiar la vida del Salvador, ¿por qué es importante saber acerca de Su obra preterrenal?

Véase también “Preordenación”, Guía para el Estudio de las Escrituras, LDS.org.

Juan 1:1–18

Los discípulos de Jesucristo dan testimonio de Él.

Juan fue inspirado a buscar al Salvador por causa del testimonio de Juan el Bautista, cuando declaró que él “vino para dar testimonio de… la luz verdadera” (Juan 1:8–9, 15–18). El propio Juan dio un poderoso testimonio de la vida y la misión del Salvador.

Resulta interesante hacer una lista de las verdades que Juan incluyó en el comienzo de su testimonio de Cristo (versículos 1–18; véase también Traducción de José Smith, Juan 1:1–19 [en el Apéndice de la Biblia]). ¿Por qué piensa que Juan comenzó su Evangelio con estas verdades? Considere la posibilidad de escribir su propio testimonio de Jesucristo, ¿qué le gustaría compartir? ¿Qué experiencias le han ayudado a llegar a conocer y a seguir al Salvador? ¿Quién podría ser bendecido por escuchar su testimonio?

Juan 1:12

¿Qué significa “llegar a ser hijos de Dios”?

Aunque todos somos hijos e hijas de Dios procreados en espíritu, cuando pecamos nos alejamos o separamos de Él. Jesucristo nos ofrece una manera de regresar. Mediante Su sacrificio expiatorio y nuestra obediencia a los convenios del Evangelio, Él nos “[da] potestad de llegar a ser hijos [e hijas] de Dios” nuevamente; nacemos de nuevo y llegamos a reconciliarnos con nuestro Padre y a ser dignos de Su herencia eterna y herederos de todo lo que Él tiene (véase Romanos 8:14–18; Jacob 4:11).

Juan 1:18

¿Alguien ha visto a Dios?

El Antiguo Testamento registra ejemplos de personas que vieron a Dios (véase Génesis 32:30; Éxodo 33:11; Isaías 6:5). Entonces, ¿por qué diría Juan: “A Dios nadie le vio jamás”? La Traducción de José Smith de este versículo (véase Juan 1:18, nota b al pie de página) aclara que Dios el Padre se aparece a los hombres, y cuando lo hace, Él da testimonio de Su Hijo. Por ejemplo, cuando Él apareció a José Smith en la Arboleda Sagrada, le dijo a José: “Este es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!” (José Smith—Historia 1:17; véase también D. y C. 76:23). Existen otras instancias registradas de personas que han visto a Dios el Padre en visión (véase Hechos 7:55–56; Apocalipsis 4:2; 1 Nefi 1:8; D. y C. 137:1–3) o que han escuchado Su voz dar testimonio del Hijo (véase Mateo 3:17; 17:5; 3 Nefi 11:6–7).

Juan 1:19–23

¿Quién es Elías, y quién es “el profeta”?

Los líderes judíos se preguntaban si Juan el Bautista era el cumplimiento de profecías antiguas que hablaban de profetas que vendrían entre el pueblo algún día. Le preguntaron si él era Elías, que es la forma griega del nombre del profeta que habría de restaurar todas las cosas (véase Malaquías 4:5–6). Además, le preguntaron si él era “el profeta”, en lo que puede ser una referencia al “Profeta” mencionado en Deuteronomio 18:15. Juan explicó que él no era ninguno de los dos, sino que era el profeta que Isaías dijo que iba a preparar el camino para la venida del Señor (véase Isaías 40:3).

Véase también la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Elías”.

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Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar

Al leer las Escrituras con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de cubrir las necesidades de su familia. A continuación, presentamos algunas sugerencias:

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Jovencita leyendo las Escrituras

Al leer las Escrituras, recibiremos inspiración para nuestra vida.

Juan 1:4–10

¿Cómo podría ayudar a su familia a visualizar lo que leen en estos versículos en cuanto a la luz? Los integrantes de la familia podrían turnarse para encender una luz en un cuarto oscuro y compartir cómo el Salvador es la Luz de sus vidas. Luego, conforme vayan leyendo Juan 1:4–10, los integrantes de la familia podrían tener reflexiones adicionales sobre el testimonio de Juan acerca de Jesucristo, la Luz del Mundo.

Juan 1:35–46

Fíjese en el testimonio de Juan el Bautista en el versículo 36. ¿Cuáles fueron los resultados de su testimonio? (véanse los versículos 35–46). ¿Qué aprende su familia de las personas descritas en estos versículos en cuanto a cómo compartir el Evangelio?

Juan 1:45–51

¿Qué hizo Natanael que le ayudó a obtener un testimonio del Salvador? ¿De qué forma hemos recibido nuestros testimonios?

Para consultar más ideas para enseñar a los niños, vea la reseña de esta semana de Ven, sígueme—Para la Primaria.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Enseñe lecciones prácticas. Pida a la familia que busquen objetos que podrían usar para entender los principios que se hallan en las Escrituras que están leyendo como familia. Por ejemplo, podrían utilizar una vela para representar la Luz de Cristo (véase Juan 1:4).

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Jesucristo creó la tierra

Jehová crea la tierra, por Walter Rane.