Mujeres caminando juntas

24 octubre

¿Cómo puedo acceder a “los poderes del cielo” en mi vida?

Doctrina y Convenios 121–123

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Deliberar en consejo

Dirigido por un miembro de la presidencia de cuórum o de clase; 10–20 minutos aproximadamente

Al principio de la reunión, reciten juntos el Lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico o el Lema de las Mujeres Jóvenes. Después dirijan un análisis sobre asuntos como los siguientes y planifiquen maneras de actuar de conformidad con lo que conversen (pueden decidir en la reunión de presidencia cuáles serán esos asuntos a analizar):

• Nuestro cuórum o clase. ¿Quiénes son nuevos en nuestro barrio y cómo podemos ayudarles a sentirse bienvenidos? ¿Qué estamos haciendo para que el tiempo que pasamos en nuestras reuniones de cuórum o clase sea significativo?

• Nuestros deberes y responsabilidades. ¿Cuáles son algunos deberes y responsabilidades que tenemos como hombres y mujeres jóvenes? ¿Cómo podemos cumplirlos mejor?

• Nuestra vida. ¿Qué estamos haciendo para llegar a ser más como Jesucristo y recibir Su poder en nuestra vida? ¿Qué estamos haciendo para ayudar a nuestra familia a venir a Él?

Según sea apropiado, hagan lo siguiente al terminar la lección:

• Testificar de los principios que se enseñaron.

• Recordar a los miembros del cuórum o de la clase los planes y las invitaciones que se hicieron durante la reunión.

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Enseñar la doctrina

Dirigido por un líder adulto o un(a) joven; 25–35 minutos aproximadamente

Prepárate espiritualmente

La autoridad y el poder del sacerdocio no son lo mismo. Una persona puede recibir la autoridad del sacerdocio mediante la imposición de manos; los hombres pueden ser ordenados a un oficio del sacerdocio, y tanto los hombres como las mujeres pueden ser apartados para un llamamiento. Sin embargo, el poder del sacerdocio —el poder de Dios o “los poderes del cielo”— solo pueden utilizarse “conforme a los principios de la rectitud” (Doctrina y Convenios 121:36), y tanto el hombre como la mujer pueden usar ese poder. Si queremos que nuestro servicio a los demás sea poderoso y cambie vidas, debemos ser dignos de invocar los poderes del cielo.

¿Saben los miembros de tu cuórum o clase cómo acceder al poder del sacerdocio? ¿De qué modo sus vidas y su servicio podrían ser diferentes si tuvieran ese conocimiento? Medita estas preguntas mientras estudies Doctrina y Convenios 121. También sería bueno estudiar dos mensajes del presidente Russell M. Nelson. Uno de ellos está dirigido a los poseedores del sacerdocio: “El precio del poder del sacerdocio” (Liahona, mayo de 2016, págs. 66–69). El otro está dirigido a las hermanas: “Tesoros espirituales” (Liahona, noviembre de 2019, págs. 76–79).

Un hombre joven orando

El poder del sacerdocio proviene de una vida recta.

Aprender juntos

Para iniciar un análisis sobre el poder del sacerdocio, podrías pedir a los miembros del cuórum o de la clase que compartan algo que hayan aprendido acerca de dicho poder durante su lectura de Doctrina y Convenios 121 esta semana. Si fuera de ayuda, podrías sugerirles que busquen en los versículos 34–46 cada ocasión en la que se utiliza la palabra poder(es) y que luego compartan lo que hayan aprendido. Puedes usar las siguientes actividades para ayudar a los miembros de tu cuórum o clase a entender mejor cómo pueden acceder al poder del sacerdocio de Dios en su vida.

• Podría ser útil comparar cómo se mantienen el “poder” y la “influencia” en el mundo con lo que el Señor enseñó en la sección 121 acerca de cómo se mantiene el poder del sacerdocio. Podrías hacer un cuadro de dos columnas en la pizarra, con los encabezados Poder del mundo y Poderes del cielo. Los miembros del cuórum o de la clase podrían llenar el cuadro con palabras y frases de Doctrina y Convenios 121:34–46. ¿De qué modo el comprender esos versículos afecta la forma en que procuramos influir en otras personas para bien, incluso en nuestros amigos, familiares y aquellos a quienes servimos y ministramos? Según esos versículos, ¿cómo puede el Espíritu Santo ayudarnos a influir rectamente en los demás?

• Para ayudar a los poseedores del Sacerdocio Aarónico a aprender a recibir poder en su servicio del sacerdocio, podrías mostrar varios objetos y pedir a los miembros del cuórum que adivinen cuánto vale cada uno. ¿Por qué algunos de estos objetos valen más que otros? ¿Qué cosas son de mayor valor en nuestra vida y qué precio tenemos que “pagar” por ellas? Los miembros del cuórum luego podrían buscar en el mensaje del presidente Russell M. Nelson “El precio del poder del sacerdocio” cuál es el precio que debemos pagar para recibir el poder del sacerdocio. ¿Cómo se ve afectada nuestra vida y la de otras personas cuando servimos con más poder del Salvador?

• Para ayudar a las mujeres jóvenes a entender mejor cómo pueden acceder al poder del sacerdocio, podrías pedirles que piensen en ocasiones en las que hayan sentido el poder de Dios en su vida. Explica que el poder del sacerdocio es el poder de Dios. Podrían repasar el mensaje del presidente Russell M. Nelson “Tesoros espirituales” en busca de verdades sobre la mujer y el poder del sacerdocio. ¿Qué pidió el presidente Nelson a las mujeres de la Iglesia que hicieran a fin de “atraer el poder del Salvador”? (página 77; véanse especialmente los cuatro párrafos a partir de “Toda mujer y todo hombre…”). ¿En qué ocasiones hemos atraído ese poder para bendecir nuestra vida y la de los demás? ¿Qué nos enseña Doctrina y Convenios 121:39–43 sobre cómo actuar con el poder del Señor en nuestra vida?

Actuar con fe

Insta a los miembros del cuórum o de la clase a meditar y anotar lo que harán para actuar de conformidad con las impresiones que hayan recibido el día de hoy. ¿En qué forma se relaciona la clase de hoy con las metas personales que se han puesto? Si lo desean, los miembros del cuórum o de la clase podrían compartir sus ideas.

Recursos de apoyo

• Russell M. Nelson, “Cómo obtener el poder de Jesucristo en nuestra vida”, Liahona, mayo de 2017, págs. 39–42

• David A. Bednar, “Los poderes del cielo”, Liahona, mayo de 2012, págs. 48–51

Enseñar a la manera del Salvador

Al procurar seguir el ejemplo de Jesucristo y ser digno(a) de acceder a Su poder, podrás enseñar con poder y autoridad.