Abuso o maltrato
¿Cómo pueden los líderes de la Iglesia apoyar a las víctimas de abuso o maltrato?


“¿Cómo pueden los líderes de la Iglesia apoyar a las víctimas de abuso o maltrato?”, Cómo ayudar, 2018.

“¿Cómo pueden los líderes de la Iglesia apoyar a las víctimas de abuso o maltrato?”, Cómo ayudar.

¿Cómo pueden los líderes de la Iglesia apoyar a las víctimas de abuso o maltrato?

Los obispos, presidentes de rama y de estaca deben llamar a la línea de ayuda de la Iglesia de inmediato cada vez que se enteren de un caso de abuso a fin de ser asistidos a la hora de ayudar a las víctimas e informar debidamente. La ayuda proporcionada puede guiar los esfuerzos del consejo de barrio para apoyar a las víctimas de abuso o maltrato.

Debido al trauma del abuso, las víctimas pueden verse afectadas física, espiritual, mental y emocionalmente. Como líder, tal vez tenga preguntas sobre cómo ayudar.

El aumentar su conocimiento y comprensión de la influencia del abuso o maltrato lo ayudará a apoyar, ministrar y brindar guía y apoyo espirituales de manera eficaz.

Comprender a las víctimas

Las víctimas de abuso pueden pensar, sentir y comportarse de manera diferente a como lo hacían antes de ser abusadas. En su deseo de apoyar a las víctimas, busque información para responder con tacto. (Véase “¿Cómo puedo apoyar a alguien que ha sido abusado?” para obtener más información sobre cómo brindar apoyo).

Sea sensible a lo siguiente cuando trabaje con estos miembros:

Infunda confianza

El abuso daña la confianza, incluso con aquellos en quienes es más probable que se confíe, entre ellos familiares, amigos, líderes de la Iglesia y Dios. Aun cuando las víctimas acudan a usted en busca de apoyo, puede que no signifique que usted tiene una relación de confianza. Las víctimas pueden estar buscando personas en las que esperan confiar.

Es común que las víctimas de abuso solo compartan partes de su experiencia (véase “¿Y si estuviera teniendo dificultades para confiar en los demás?”). Es posible que deba dedicar más tiempo a establecer una relación de confianza y a responder a cuestiones de seguridad u otras inquietudes.

Qué puede hacer:

  • Procure responder con amor.

  • Crea en su experiencia.

  • Sea abierto y franco.

  • Durante las conversaciones, pregunte con frecuencia al miembro qué puede hacer para ayudarlo a sentirse seguro (por ejemplo, pregúntele si quiere que alguien lo acompañe, permítale elegir cuándo y dónde se reúnen y determine si se siente cómodo con los temas que se están tratando).

  • Explique sus pensamientos y acciones con claridad y anime a las víctimas a hacer preguntas si no entienden.

  • Tengan cuidado con sus palabras. Decir cosas como “olvídelo” o “es hora de seguir adelante” puede hacer que sientan que no le importa o que piensa que están exagerando (véase “Emociones, pensamientos y conductas que suelen experimentar los sobrevivientes del abuso sexual”).

  • Sea consecuente en sus interacciones.

  • Cumpla lo que dice que va a hacer.

Reafirme el valor y la dignidad

El abuso a menudo es destructivo para la fe de la víctima. La mayoría de las víctimas se sienten abandonadas por Dios y se preguntan por qué Él no las protegió ni detuvo el abuso. A menudo se culpan incorrectamente a sí mismas por el abuso. La mayoría de las víctimas cuestionan su valor. Algunas podrían centrarse en ser excesivamente religiosas para compensar sus sentimientos de indignidad personal. Otras pueden perder la esperanza y tener dificultades con su fe o abandonar las actividades espirituales.

Cómo puede ayudar:

  • Reconozca las creencias personales de las víctimas en cuanto a su valor y dignidad.

  • Enseñe con tacto los principios del Evangelio sobre el valor y la dignidad.

  • Haga hincapié en el amor que nuestro Padre Celestial y el Salvador sienten por ellas.

  • Asegure a las víctimas que el abuso no fue culpa de ellas (véanse “¿Qué pasa si creo que el abuso es culpa mía?” y “¿Tengo aún valor?”).

Aclare la adversidad

Las víctimas pueden creer erróneamente que el abuso fue una prueba que les dio el Padre Celestial para que pudieran aprender algo. Tal vez se les haya dicho que experimentar el abuso o maltrato era necesario para su progreso o que era parte del plan en su vida. Esta es una doctrina falsa; el Señor no es el autor ni la fuente de atrocidades en la vida de Sus hijos (véanse Santiago 1:13, 17; 2 Nefi 26:24; Omni 1:25; Alma 5:40; Moroni 7:12). Esa idea falsa puede hacer que busquen lo positivo en su situación y traten de ignorar su dolor. También puede hacer que piensen que Dios desea que sufran.

Qué puede hacer:

  • Evite decirles a las víctimas que Dios les dio esa prueba para que pudieran aprender algo o que era algo con lo que estuvieron de acuerdo en la vida preterrenal.

  • Ayúdelas a entender que el abuso fue el resultado directo de que otra persona escogiera usar mal su albedrío.

  • Enseñe a las víctimas que Dios las ama y que serán “sostenid[a]s en sus tribulaciones, y sus dificultades y aflicciones, y serán enaltecid[a]s en el postrer día” (Alma 36:3).

Refuerce los propios tiempos del sobreviviente para sanar y perdonar

Las víctimas a menudo se sienten presionadas a perdonar al agresor antes de estar listas. Si se les dice que perdonen prematuramente, pueden creer que la necesidad del agresor de ser perdonado es mayor que su necesidad de sanación. A medida que las víctimas sanen, la capacidad de perdonar vendrá.

Qué puede hacer:

  • Ayude a las víctimas a enfocarse en su propia sanación.

  • Ayude al sobreviviente a ser paciente con su propio deseo de perdonar. Evite fijar un tiempo para la sanación y el perdón. Escuche a las víctimas para entender cuándo están listas para recibir ayuda en el proceso de perdonar. Los pasos de la sanación harán posible el perdón (véanse “¿Puedo sanarme de esto?” y “¿Es posible perdonar?”).

  • Ayude al sobreviviente a confiar en la ley suprema de justicia del Señor en la vida del agresor.

Ayúdelos a perdonarse a sí mismos

Las víctimas pueden tomar decisiones poco saludables como forma de afrontar el trauma o el dolor del abuso. Por ejemplo, podrían tratar de adormecer el dolor y el trauma consumiendo alcohol o drogas. Es posible que tengan dificultades para perdonarse a sí mismas por esas decisiones.

Qué puede hacer:

  • Recuérdeles que son amados.

  • Permítales que hablen de las cosas de las que creen que necesitan perdón o de las que deben arrepentirse.

  • Sin condonar su comportamiento, discuta compasivamente con el sobreviviente sus acciones y las formas en que las utilizó para hacer frente al trauma del abuso.

  • Asegúreles en cuanto a la misericordia y el amor del Salvador.

  • Asegúreles que los sentimientos que usted tiene hacia ellos siguen siendo positivos.

  • Ayúdelos en su camino hacia el perdón hacia sí mismos.

  • Anímelos a comprender que su obispo puede ayudarlos a saber de qué hay que arrepentirse y de qué no.

Tenga en cuenta el espacio personal

Muchas víctimas de abuso se muestran sensibles al espacio que las rodea. A menudo no se sienten cómodas con el contacto físico. Cuando se les pregunta si está bien abrazarlas, a menudo dicen que sí, cuando realmente quieren decir que no.

Qué puede hacer:

  • Ayude a las víctimas respetando su espacio personal.

  • Permita que la víctima hable sobre el contacto físico con el que se siente cómoda (ya sea sin contacto, un apretón de manos o un abrazo). Permítales que inicien esta conversación o podrían sentir una presión innecesaria para responder.

  • Tenga en cuenta que las víctimas a menudo dejan de lado su propia comodidad física para complacer a los demás.

Valide a la víctima en medio de recordatorios del trauma

El trauma del abuso hace que las víctimas sean vulnerables a factores desencadenantes, que son recordatorios de lo que sucedió. Los factores desencadenantes pueden ocurrir en cualquier lugar en cualquier momento. El sobreviviente puede experimentar un factor desencadenante por algo que ve, huele, oye, etc. Cuando las víctimas experimentan un factor desencadenante, a menudo sienten síntomas similares a los del momento en que sufrieron el abuso. Esto puede incluir estar demasiado consciente de su entorno, aumento de la ansiedad, aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración, temblores, pánico o la necesidad de alejarse de los demás.

Qué puede hacer:

  • Cuando las víctimas compartan esos sentimientos con usted:

    • Proporcione la validación de que estas respuestas son reales y comunes.

    • Permita que la víctima hable de sus necesidades en esas situaciones.

    • Valide las necesidades de la víctima.

  • Si una víctima experimenta un factor desencadenante mientras está con usted:

    • Asegúrele a la víctima que está a salvo.

    • Permita que el sobreviviente se vaya si siente la necesidad de irse.

    • Permita que el sobreviviente cuente con un mayor espacio; tal vez necesite que usted lo deje y le permita hacer frente a su factor desencadenante.

Ayudar a las víctimas a sentirse seguras

Las víctimas a menudo tienen dificultades para sentirse seguras física y emocionalmente. Crear un ambiente seguro para las víctimas puede ayudarlas a generar confianza y a encontrar sanación.

Al reunirse con las víctimas, considere lo siguiente:

  • Pregunte si les gustaría que alguien más (de su elección) estuviera presente.

  • Pregunte si les gustaría que la puerta estuviera abierta.

  • Invítelas a sentarse donde sea que les resulte más cómodo.

Si la víctima se encuentra en la misma congregación que el agresor, recuerde que la seguridad de la víctima es lo más importante. Considere lo que puede hacer para ayudar a la víctima a sentirse segura de participar en servicios o actividades de la Iglesia.

Proporcionar ayuda a las víctimas

Es posible que las víctimas necesiten muchas fuentes de apoyo a medida que avanzan en el proceso de sanación. Los obispos y otros líderes de la Iglesia pueden consultar con Servicios para la Familia, donde estén disponibles, sobre cómo apoyar mejor a las víctimas y encontrar los recursos disponibles.

Al ayudar a las víctimas a recibir apoyo, considere lo siguiente:

  • Ofrézcase para ayudar a las víctimas a obtener ayuda profesional.

  • Evite poner una plazo límite de cuánto tiempo debe tomar la terapia. Tenga en cuenta que la cantidad de tiempo en terapia varía, dependiendo de las circunstancias de la persona.

(Solamente el obispo)

  • Si fue autorizado, consulte con regularidad con el terapeuta de la víctima.

  • Considere cubrir el costo de la terapia profesional, independientemente de la capacidad de pago de la víctima (esto se puede cubrir mediante los recursos de ofrendas de ayuno).

Recursos comunitarios y de la Iglesia

(La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no ha creado, ni mantiene ni controla algunos de los recursos que se enumeran a continuación. Si bien estos materiales están destinados a servir como recursos adicionales, la Iglesia no respalda ningún contenido que no esté de acuerdo con sus doctrinas y enseñanzas).

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