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Creer sin ver: Perspectivas de miembros de todo el mundo
¿Cómo podemos tener fe en el Salvador si no lo hemos visto?
La visita del Salvador al pueblo de las Américas fue, sin duda, un acontecimiento que cambió la vida de todas las personas que presenciaron Sus milagros. Pero ¿cómo obtienen un testimonio personal de Jesucristo aquellos que nunca lo ven?
Afortunadamente, el Salvador mandó a las personas que visitó que escribieran sus experiencias para fortalecer a aquellos que no lo vieran (véase 3 Nefi 16:4). Aunque la mayoría de nosotros probablemente no veremos al Salvador con nuestros ojos físicos, el élder David B. Haight (1906–2004) enseñó que, cuando se trata de ver al Salvador, “la palabra ver tiene otros significados y sinónimos, tales como llegar a conocer, comprender, percibir, entender claramente, lo que, aplicado al Señor, significa conocerlo, discernirlo, reconocerlo a Él y Su obra, percibir Su importancia y llegar a entenderlo mejor”.
Entonces, ¿qué te ayuda a obtener un testimonio del Salvador y de Su Evangelio restaurado, aun cuando no lo hayas visto a Él físicamente?
Estas son algunas respuestas de miembros de todo el mundo:
Ser testigos de la influencia de Sus enseñanzas
“La paz y el gozo que provienen de seguir Sus enseñanzas sirven como recordatorios constantes de Su influencia en mi vida. La creencia en Jesucristo a menudo está respaldada por experiencias personales, una confirmación espiritual, el estudio de las Escrituras, la oración, el hermanamiento con la comunidad y el testimonio de la influencia positiva de Sus enseñanzas en uno mismo y en los demás”.
Nefi Statie, Bonaire, Caribe Neerlandés
Vivir por fe
“Creer sin ver significa vivir por la fe. Tal vez nos sintamos tentados a preguntarle al Señor si realmente está allí pero creo firmemente que estamos más cerca del Señor cuando ejercemos la fe. A pesar de que no lo he visto, conozco mi identidad como hija de Dios y discípula de Jesucristo. Él es mi Salvador y Su amor es infinito. Sin ver, puedo vivir por la fe.
“Aprendí acerca de la veracidad del Evangelio cuando tenía diecinueve años. Ahora, gracias a mi fe, mi vida está llena de bendiciones. Las Escrituras, las enseñanzas de los profetas y las palabras pronunciadas en la conferencia general bendicen mi vida todos los días y me dan el valor para seguir teniendo fe. Aunque no puedo ver a Cristo, veo Su luz en mi vida”.
An Vu, Hanoi, Vietnam
Confiar en Dios en tiempos difíciles
“El apóstol Pablo enseñó: ‘Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve’ [Hebreos 11:1]. Cuando creemos sin ninguna evidencia, nos abrimos a un sinfín de posibilidades. Para mí, la fe es evidencia de la fortaleza de nuestra conversión y ese conocimiento aumenta mi capacidad para pensar de manera celestial.
“En junio de 2023, me caí y me rompí gravemente el codo mientras mi esposo estaba de viaje cumpliendo un deber eclesiástico en Uganda. Tuve mucha ayuda de mi familia y amigos, pero cuando me di cuenta de cuánta ayuda necesitaba para hacer cosas sencillas, casi sentí lástima por mí misma. Mi hija me recordó que Dios nos tiene presentes y que yo tenía que confiar en el Señor.
“Confiar en Dios durante ese momento difícil me dio esperanza, permitiéndome creer que Él no me daría más de lo que yo podía soportar. El saber que Su Espíritu siempre está conmigo me mantuvo esperanzada y en paz durante los momentos difíciles. Ahora, después de más de siete meses, la lesión apenas se nota”.
Josephine Baddoo, Nairobi, Kenia
Reconocer Su mano por medio de los demás
“He visto la mano del Señor en mi vida por medio de los demás. A veces, siento que el Señor sabe que tengo problemas para concederme el beneficio de la duda o para creer en mí mismo, pero a medida que avanzo en mi vida, he podido reconocer Su mano por medio de otras personas que me han ayudado a aprender a creer en mí mismo y a verme como Él me ve.
“Lo veo por medio de mis padres que me criaron, los amigos que me apoyaron durante las transiciones en la universidad, mis compañeros de misión que me guiaron durante la misión y mis profesores universitarios que realmente se preocupan por mi educación y bienestar.
“Cada vez que me prestan servicio, también siento al Salvador allí”.
Michael Ávalos, Idaho, EE. UU.
Creer en Su tiempo
“He visto la mano del Señor innumerables veces en mi vida, pero mi mayor testimonio proviene de una prueba que he sobrellevado durante diez años.
“Quedé embarazada de mi segunda hija, pero tuve un aborto espontáneo a las siete semanas. Recuerdo haber llorado y suplicado al Señor, pero pensé: ‘Seguramente nuestro Salvador tiene un plan mayor para este bebé que lo que yo necesito en este momento‘. Al año siguiente quedé embarazada y tuve un aborto espontáneo de nuevo. Pregunté: ‘Dios, ¿por qué me has desamparado?’ (Mateo 27:46).
“Con el tiempo, de manera milagrosa quedé embarazada y tuvimos una niña sana.
Pero ese no era el final de la prueba. Desafortunadamente, terminamos teniendo cuatro abortos espontáneos consecutivos más.
“Después de mudarme a una nueva área y conseguir un nuevo proveedor de salud, me diagnosticaron un trastorno de coagulación de la sangre. Con esa información, mi médico y yo elaboramos un plan. ¡Tuve dos hijos perfectamente sanos!
“El tiempo del Señor es perfecto. Esta lección ha sido la más difícil que he tenido que aprender. Él te prepara el camino y pone personas y experiencias en tu vida para fortalecerte”.
Vicky Majano, Virginia, EE. UU.