2022
Entrevista a la hermana Ana María Ávila de López, Asesora de Organizaciones del Área Sudamérica Sur
Diciembre de 2022


Voces de los Santos

Entrevista a la hermana Ana María Ávila de López, Asesora de Organizaciones del Área Sudamérica Sur

¿Cómo conoció la Iglesia?

Soy nieta de pioneros en la Iglesia, mis abuelos maternos Ramón y Elisa Ávila conocieron el Evangelio por medio de una nueva vecina. Esta fiel hermana de la Iglesia, al enterarse de que su hijo menor (mi padre José Luis Ávila) enfermó gravemente, les ofreció una bendición de salud por parte de los misioneros.

Mis abuelos aceptaron el ofrecimiento y esa noche el niño comió, durmió y salvó su vida. A partir de entonces ellos abrazaron el Evangelio. Y aunque la capilla se encontraba muy lejos, cada domingo caminaban por la mañana y por la tarde a las reuniones.

Mi madre, luterana de religión, se bautizó años después de casarse con mi padre, no sin la ayuda de los misioneros y fieles maestras visitantes. Crecí viviendo el Evangelio, sirviendo y acompañando a mi madre siempre en sus asignaciones.

Junto a mi esposo, nos sellamos en el primer templo de Sudamérica, ubicado en San Pablo, Brasil. Tuvimos cinco hijos maravillosos y fieles, que hoy me apoyan y sostienen en esta parte de mi camino de la vida sin mi compañero eterno.

¿Qué les diría a los padres y madres que se sientan incapaces o abrumados ante el deber de enseñar a los hijos?

Nuestro modelo de aprendizaje y progreso eterno es la familia. El modelo que sostuvimos aun con nuestras vidas.

Tenemos de Dios Su autoridad y poder, tenemos el poder de las Escrituras y la oración; estos son medios sencillos que traen grandes bendiciones. Utilicemos el poder del sacerdocio para bendecir y sostener a nuestras familias en unidad. Utilicemos todos los recursos inspirados, como el manual Ven, sígueme y el programa Niños y Jóvenes. Así, nuestro hogar será un refugio contra los males del mundo y un lugar de sanación.

¿Cómo explicaría la naturaleza y funciones del padre y la madre dentro de la familia?

El padre preside en el hogar, lo que significa que guía y vela por el bienestar de todos los suyos, trabaja en sociedad completa con su esposa para dirigir. La madre es su ayuda idónea, lo complementa con servicio, amor, ternura y con su ejemplo. Los llamamientos de padre, madre e hijos son eternos, todo lo que hagamos para perfeccionarnos en esta sagrada asignación se levantará con nosotros en la eternidad. Las relaciones familiares bendecirán las generaciones que vengan; por lo tanto, seamos eslabones fuertes en la cadena de nuestras familias.

¿De qué manera podemos desarrollar la fe en Jesucristo?

Leyendo las Escrituras diariamente, utilizando el recurso inspirado de Ven, sígueme en nuestro hogar con nuestra familia y leer especialmente el Libro de Mormón.

Teniendo una relación personal y familiar con Jesucristo, consultarle nuestros hechos cotidianos y de forma natural a través de la oración sincera. Predicando, hablando y testificando de Cristo con nuestros hechos y palabra. Escuchando a nuestros profetas.

¿Cómo podemos mantener la esperanza de un mundo mejor?

No importan las condiciones que nos rodean, podemos permanecer en lugares santos. Edificando la causa de Jesucristo en nuestras capillas, en nuestros hogares y en nuestro propio corazón.

Haciendo muchas cosas buenas en nuestras comunidades, para que se revele el brazo de Dios en el mundo y sea aliviado el dolor. Contamos con la voz del profeta y la ayuda de Dios, como leemos en el Libro de Mormón:

“Y sucedió que los siervos fueron y trabajaron con todas sus fuerzas; y el Señor de la viña también trabajó con ellos; y en todo obedecieron los mandatos del Señor de la viña” (Jacob 5:72).

Sé que Dios avanza Su obra, aun en medio de las peores situaciones, y edifica Su reino, por lo tanto, “Escogeos hoy a quien sirváis… yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15).