2022
Transformar la contención en amor
Marzo de 2022


“Transformar la contención en amor”, Liahona, marzo de 2022.

Bienvenidos a este ejemplar

Transformar la contención en amor

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José de Egipto se reconcilia con sus hermanos

José de Egipto, por Michael T. Malm

En ocasiones, experimentamos conflictos en nuestras relaciones interpersonales. El saber cómo transformar el conflicto destructivo en un conflicto constructivo es de importancia fundamental para nuestro bienestar; sin embargo, nos resulta muy difícil hacerlo.

El conflicto destructivo parece ser demasiado abrumador; la contención aumenta vertiginosamente; sentimos como si cada vez tuviéramos menos opciones; nos sentimos débiles y con ansiedad. Entre los escombros, van quedando relaciones rotas y comunidades divididas.

No obstante, también podemos tomar parte en los conflictos que son constructivos, en los que nos vemos libres de la negatividad de la contención. Podemos cultivar justicia y misericordia, fortalecer nuestras relaciones y resolver problemas arraigados profundamente. La paz es posible en nuestras relaciones y nuestras comunidades.

Como mediador en conflictos, esposo y padre, he descubierto que el evangelio de Jesucristo puede darnos la luz y la fortaleza necesarias para transformar la contención en amor.

En este ejemplar, leerán en cuanto a cómo Jacob, Esaú y José pudieron lograr la reconciliación en los conflictos que había en sus familias, y en cuanto a cómo nosotros podemos hacer lo mismo en nuestros hogares y comunidades (véase la página 26). Además, podrán leer el conmovedor artículo del élder D. Todd Christofferson sobre la forma en que la adversidad puede refinarnos si acudimos al Señor en busca de ayuda (véase la página 6).

Muchos de nosotros llevamos la carga de grandes pesares debido a relaciones interpersonales rotas en el hogar y en el mundo. Espero que este número de la revista brinde esperanza a quienes sientan que no hay esperanzas de reconciliación, que inspire fe en que no estamos solos y, lo que es más importante, que sintamos el amor de Jesucristo de un modo que nos cambie no solo nuestro corazón, sino también el de aquellos con quienes tengamos dificultades.

Cordialmente,

Chad Ford

Profesor de Fomento de la Paz Intercultural, Universidad Brigham Young–Hawái

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