2016
Sé un auténtico héroe de acción
Diciembre de 2016


Sé un auténtico héroe de acción

El seguir adelante no es un deporte de espectadores. ¡Levántate y ponte en marcha!

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young man

Piensa en tu héroe de acción favorito. Listo… ¡ya! ¿Pensaste en algún temerario de capa y espada que lucha contra adversidades insuperables? ¿O quizá en un aventurero cautivador de cabello perfecto? ¿Pensaste en alguien de las Escrituras?

¿Alguien como Nefi, Noé, Abish o Pedro? Ellos no pelearon contra ejércitos solo con los puños y con un eslogan ingenioso; sin embargo, son lo que podríamos llamar auténticos héroes de acción. Ejercitaron la fe, confiaron en Dios y se pusieron en marcha. Actuaron.

¿Alguna vez has evitado hacer algo porque no has recibido instrucciones claras y detalladas? Tal vez haya alguien de tu clase o cuórum que no ha estado asistiendo a la Iglesia. ¿Dudas respecto a tratar de ayudarlos porque no sabes exactamente cómo hacerlo? La inspiración es importante, y siempre debemos buscarla, pero eso no significa quedarse sentado y esperar a recibir un mensaje de texto de un ángel antes de salir a hacer el bien. El Padre Celestial desearía que entablaras amistad con esa persona; ¡Él quiere que demos un paso hacia adelante y que actuemos!

¿Qué hubiera sucedido si Nefi, Noé, Abish y Pedro hubieran esperado? Todos tuvieron que hacer algo difícil. Imagínate que hubieran decidido sentarse tranquilos con una bebida y una galleta hasta que recibieran instrucciones adicionales. Las cosas habrían sucedido de una manera muy diferente…

¿Esperar a ver?

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scripture figures

“Esperaré para hacer lo que el Señor ha mandado, porque sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles una vía, de modo que no haré nada hasta saber exactamente cuál es la vía” (versión no existente de 1 Nefi 3:7).

Al poco tiempo de que la familia de Lehi abandonara su hogar en Jerusalén, el Señor mandó a los hijos de Lehi que regresaran y obtuvieran las planchas que tenía Labán. Sin embargo, hasta donde sabemos, no les dio ninguna indicación de cómo lograrlo. Lo único que Nefi y sus hermanos sabían era que el Señor les había mandado que obtuvieran las planchas. ¿Has sentido alguna vez que no tienes ni idea de cómo llevar a cabo lo que debes hacer? (¡Quizá esa fue una de las razones por las que Lamán y Lemuel se quejaron!). Nefi tuvo que usar el cerebro, ejercitar la fe e ir y hacer. ¿Pero qué hubiera sucedido si se hubiera quedado y perdido el tiempo? ¿Qué hubiera ocurrido si Nefi hubiera rehusado actuar hasta que Dios le proporcionara un plan? Obtener las planchas era difícil; ¡él y sus hermanos lo intentaron dos veces y fallaron! ¿Qué tal si Nefi simplemente se hubiera sentado junto al muro de Jerusalén y hubiera esperado que Dios le dijera qué hacer?

Posiblemente las planchas todavía estarían con el tesoro de Labán. Afortunadamente Nefi no esperó.

En vez de ello, siguió al Espíritu “sin saber de antemano lo que tendría que hacer. No obstante, seguí adelante” (1 Nefi 4:6–7; cursiva agregada). No se quedó esperando; no permitió que lo que no sabía lo detuviera. Sabía que Dios proporcionaría una vía, y tenía razón. Una vez que Nefi se puso en marcha, actuando y siguiendo adelante, el Señor lo guio y lo ayudó.

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Nephi

Pero, ¿por qué?

“Y cuestionó Noé todo lo que le mandó Jehová” (versión no existente de Génesis 7:5).

A veces Dios sí nos da instrucciones exactas. El caso de Noé es un ejemplo. Cuando Dios le mandó a Noé construir un arca, Dios le dio las medidas, le explicó qué materiales utilizar e incluso le dio la lista de pasajeros. Quizás tú hayas recibido impresiones específicas como esas; y todos hemos recibido mandamientos específicos tales como los principios que se encuentran en el folleto Para la Fortaleza de la Juventud. Pero, aun cuando sabes exactamente lo que debes hacer, ¿hay ocasiones en que de todos modos vacilas? ¿Hay ocasiones en que te sientes tentado a cuestionar al Señor en vez de obedecerlo?

¿Qué hubiera sucedido si Noé hubiera escuchado al Señor y después hubiera dicho: “Pero, ¿por qué? No lo entiendo”. ¿Qué tal si se hubiera quedado acostado en el sofá y hubiera rehusado moverse hasta que entendiera exactamente por qué el Señor iba a mandar un diluvio, preguntándose todo el tiempo si las instrucciones realmente provenían de Dios?

Hubiera habido un diluvio, pero, ¿hubiera habido un arca? ¿Y qué le habría sucedido al género humano? Fue algo muy bueno que Noé no se quedara sentado y cuestionara todo.

En lugar de ello, “hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová” (Génesis 7:5). No cuestionó; actuó con fe. Si se hacen con el espíritu adecuado, las preguntas son algo bueno; nos pueden ayudar a crecer y nos pueden conducir a una mayor porción de la verdad. Pero cuando rehusamos actuar hasta que recibimos las respuestas que deseamos, el cuestionar nos puede impedir que avancemos. Noé quizá tuvo preguntas, pero no permitió que lo detuvieran. Aun cuando pareciera extraño, construyó el barco en tierra seca, juntó a todos los animales e hizo que su familia subiera al arca; y cuando empezó a llover, probablemente estaba muy feliz de haberlo hecho. Noé actuó con fe, y Dios lo bendijo a él y a toda su familia.

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Noah building the ark

¿Mantenerse alejado y observar?

“Cuando vio que todos los siervos de Lamoni habían caído a tierra… supo que era el poder de Dios, y pensando que… el contemplar aquella escena… haría creer [a los demás] en el poder de Dios, se mantuvo alejada y esperó que alguien más reuniera al pueblo” (versión no existente de Alma 19:17).

Abish era una mujer lamanita. Se había convertido al Señor hacía muchos años, pero debido a que moraba entre lamanitas no creyentes, mantuvo su fe en secreto. Cuando Ammón enseñó el Evangelio al rey Lamoni, el rey y su casa se vieron dominados por el poder del Señor. Abish reconoció que era una oportunidad para que sus amigos y vecinos finalmente vieran el poder de Dios y creyeran en él; dependía de ella reunir al pueblo para que presenciara el milagro.

Pero, ¿qué tal si no lo hubiera hecho? Después de años de haber escondido su fe, el correr de casa en casa para contarle a todos probablemente le dio un poco de miedo. ¿Alguna vez has sentido la impresión de que debías hablar pero luego te sentiste nervioso de hacerlo? ¡Compartir tus creencias puede ser difícil! ¿Qué hubiera sucedido si Abish no hubiera hecho nada y hubiera esperado que la gente se acercara por su propia cuenta o que alguien más dijera algo?

Entonces nadie se habría reunido para ver al rey Lamoni y los de su casa en el suelo como si estuvieran muertos, ni hubieran presenciado su milagrosa recuperación. No hubieran estado allí para escuchar al rey Lamoni, a la reina y a Ammón enseñar el Evangelio.

Afortunadamente, ella no se se mantuvo a la distancia; por el contrario, “corrió, pues, de casa en casa, haciéndolo saber al pueblo” (Alma 19:17; cursiva agregada). Tenía un testimonio del Señor y no dejó que el temor la detuviera. No esperó a que alguien más dijera algo; cuando se le presentó la oportunidad, no vaciló; ¡corrió! Abish actuó, y el Señor le dio la bendición de ver a muchos de sus compatriotas convertirse al Evangelio (véase Alma 19).

¿Escuchar al mundo?

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Peter walking on water

“Y [Jesús] dijo: Ven. Y… Pedro se quedó sentado en la barca y no anduvo sobre las aguas para ir a Jesús” (versión no existente de Mateo 14:29).

Como pescador, Pedro sabía mucho de barcas. Por ejemplo, sabía que cuando había una furiosa tormenta en el mar, uno debía quedarse en la barca; sabía que las personas que trataban de ponerse de pie sobre el agua del mar se hundían de inmediato; ¿puedes imaginar lo que debe haber pensado cuando vio a Cristo caminar sobre el agua?

¿Qué habría sucedido si Pedro hubiera permanecido en la barca? Todos saben que las personas no pueden caminar sobre el agua; ¿qué habría sucedido si Pedro solo se hubiera concentrado en lo que el mundo “sabía”? En ocasiones, las enseñanzas de Cristo y de Sus profetas parecen ir en contra de lo que el mundo dice; y el mundo es persuasivo y fácil de seguir. ¿Qué habría pasado si Pedro le hubiera dicho a Cristo que caminar sobre el agua no era científico ni lógico? ¿Qué habría sucedido si Pedro hubiera tenido demasiado miedo de descender de la barca y caminar hacia Cristo?

Se hubiera privado de compartir una experiencia increíble con el Maestro; hubiera perdido la oportunidad de fortalecer su fe y quizás, en el futuro, hubiera cuestionado su fe cuando necesitaba determinación. Afortunadamente, Pedro no se quedó en la barca. A pesar de las olas, de la tormenta y de su experiencia con el mar, Pedro quiso descender de la barca y caminar hacia Cristo. A pesar de todo lo que el mundo “sabía”, Pedro caminó sobre el agua; y aunque desfalleció, Cristo estuvo allí para sujetarlo (véase Mateo 14:28–31).

¿Yo? ¿Un héroe de acción?

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young women

¡Fuiste enviado aquí para ser el héroe de acción de tu propia vida llena de acción! Eso no significa brincar todos los días de edificios en explosión ni conducir diariamente autos mientras te persiguen. Significa tomar decisiones, actuar y seguir adelante.

El Señor nos enseña que debemos “estar anhelosamente consagrados a una causa buena”. No nos dice exactamente qué causa buena debe ser, sino, por el contrario, desea que hagamos “muchas cosas de [nuestra] propia voluntad y [efectuemos] mucha justicia” (D. y C. 58:27). Eso significa que confía en ti para que tomes tus propias decisiones y decidas en qué manera efectuarás mucha justicia. A menudo, recibimos ayuda después de que hemos ejercido la fe y tomado los primeros pasos.

El Señor siempre está allí para guiarnos cuando lo necesitamos, pero si nos negamos a actuar y a seguir adelante por nuestra propia cuenta y esperamos que Dios nos diga cada cosa que debemos hacer, seremos un “siervo perezoso y no sabio” (véase D. y C. 58:26). ¿Y quién quiere ser un siervo perezoso cuando puede ser un héroe de acción?