2006
Protejamos a la familia
Agosto de 2006


Mensaje de las Maestras Visitantes

Protejamos a la familia

Por medio de la oración, seleccione y lea de este mensaje los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas que satisfagan las necesidades de las hermanas a las que visite. Comparta sus experiencias y su testimonio e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.

Las bendiciones del pertenecer a la Sociedad de Socorro: La familia es ordenada por Dios; es la unidad básica de Su reino en la tierra y en la eternidad. La Sociedad de Socorro ayuda a las hermanas a entender que es más factible que se logre la felicidad en el matrimonio y en la vida familiar si se tienen como base las enseñanzas de Jesucristo.

¿En qué forma las enseñanzas de Jesucristo brindan felicidad a la vida familiar?

Élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles: “No todos encontrarán un compañero en la tierra ni tendrán una familia, pero cada persona, sin importar las circunstancias individuales, forma parte de la familia valiosa de Dios” (“Lo más importante es lo que perdura”, Liahona, noviembre de 2005, pág. 41).

Élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles: “¿Vemos cómo la importancia del matrimonio eterno se puede comprender únicamente dentro del contexto del plan de felicidad del Padre? La doctrina del plan lleva a los hombres y a las mujeres a esperar el matrimonio eterno y a prepararse para él, y vence los temores y supera las incertidumbres por las que tal vez algunas personas demoren el matrimonio o lo eviten. Asimismo, un entendimiento correcto del plan fortalece nuestra determinación de honrar tenazmente el convenio del matrimonio eterno” (“El matrimonio es esencial para Su plan eterno”, Liahona, junio de 2006, pág. 53).

¿Cómo podemos proteger a nuestras familias?

Bonnie D. Parkin, Presidenta General de la Sociedad de Socorro: “Protegemos a nuestros hijos cuando les enseñamos que tienen valor divino, al ir a la iglesia como familia, al efectuar la noche de hogar, al realizar la oración familiar y al estudiar juntos las Escrituras. Son cosas muy sencillas, pero les testifico que brindan una fuerte protección.

“En la proclamación se enseña que los padres tienen la responsabilidad sagrada de proteger a sus hijos… Para proteger a sus hijos, los padres saben en cuanto a su selección de amistades… También debemos proteger a nuestros hijos de las influencias de los medios de comunicación… Cuando seguimos al profeta viviente somos protegidos” (“Los padres tienen una responsabilidad sagrada”, Liahona, junio de 2006, pág. 62).

Élder L. Tom Perry, del Quórum de los Doce Apóstoles: “Tengan en cuenta las necesidades espirituales de sus hijos. ¿Cuánto tiempo es necesario para que estén seguros de que están cerca de ellos? Ustedes tienen la responsabilidad, como padres y madres, de fijar el tiempo adecuado para enseñarles, puesto que la instrucción más importante que los hijos recibirán en la vida debe provenir de sus padres. Debemos estar al tanto de lo que la Iglesia esté enseñando a nuestros hijos a fin de hacer concordar esa enseñanza con las instrucciones que demos a cada hijo o hija” (“La solemne responsabilidad de amarse y cuidarse el uno al otro”, Liahona, junio de 2006, pág. 58).

Presidente Thomas S. Monson, Primer Consejero de la Primera Presidencia: “Podemos aprender del Señor, el Supremo Arquitecto. Él nos ha enseñado cómo edificar… El Maestro aconsejó: ‘Organizaos; preparad todo lo que fuere necesario; y estableced una casa, sí, una casa de oración, una casa de ayuno, una casa de fe, una casa de instrucción, una casa de gloria, una casa de orden, una casa de Dios’ (D. y C. 88:119; véase también 109:8)” (“Hogares celestiales, familias eternas”, Liahona, junio de 2006, pág. 66).